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15 lámparas de techo para todos los bolsillos, que son una obra de arte

De todos los muebles y elementos de decoración que tenemos que comprar para una casa nueva, las luminarias ocupan quizá el último lugar en nuestra cabeza, pero muchas veces son la pieza clave que transforma un piso en un hogar

Victoria Zárate

Saber iluminar con destreza un espacio es un don. Y un hogar, en el que la luz puede aportar –o restar– bienestar a nuestro día a día por arte de magia, mucho más. Las lámparas y puntos de luz que destinemos a alumbrar nuestra casa son uno de los elementos más importantes a la hora de decidir cómo queremos que sea su interior.

Un buen punto de partida es la misión que Walter Gropius otorga a la iluminación. El artífice del edificio de la Bauhaus solía incidir en la relevancia de saber iluminar un edificio o cualquier estancia desde su función, donde la luz natural no debe competir con la aportada por luminarias que añadamos, sino más bien reforzarla. Por ello, determinar el cometido que desempeñe en cada estancia es fundamental; no es lo mismo ser el foco principal en la zona de trabajo de una cocina o sobre un escritorio, que servir de luz indirecta para crear un ambiente relajado.

Una vez hayamos detectado su labor, las medidas del espacio y –sobre todo– del techo en el que penderá, es tan importante como el diseño que elijamos. Si buscamos una pieza con gran presencia y carácter, resultará agobiante si nuestro casa es baja o con varias alturas, siendo en cambio idónea para elevaciones de cinco metros que refuercen su grandiosidad.

En cuanto a estilos y diseño, se abre un universo infinito ante nosotros. Y es que en actualidad, lo retro e icónico tiene tanta presencia como las nuevas tecnologías y los materiales sostenibles, adquiriendo gran notoriedad los terminales LED, las guirnaldas rígidas y el juego de cascada sobre un mismo florón. En nuestra selección, todas tienen cabida y se adaptan a todo tipo de presupuestos, para que te ‘ilumines’ sin límites.

La flor de mi salón

En los 2000, los hogares se rindieron a la luz indirecta que generaban las lámparas colgantes en polipropileno con formas orgánicas y maleables. Las sombras decorativas que se proyectaban en el techo nos permitían crear ambientes únicos, y a un precio asequible, ya que fue Ikea la gran propulsora de este movimiento que sigue ganando adeptos cada día.

Es el caso de Ramsele, su ultimo lanzamiento diseñado por David Wahl para la marca sueca, un experto en este tipo de lámparas en suspensión. Para esta ocasión, añade a su reconocible silueta blanca de pétalos dos novedades; en primer lugar, el tono rojo obtenido por capas de fieltro sobre la forma geométrica. Y en segundo, incorpora dos cordones que permiten regular la intensidad de la luz a nuestro gusto, pasando de una iluminación general mas intensa a otra ambiental más tenue al tirar de ellos. Su precio, 59 euros.

Traída del Lejano Oriente

Japón inunda la última colección de Maisons du Monde, no sol en cuestión de mobiliario y textiles, sino también a la hora de crear ambientes según los puntos de luz. Esta lámpara de techo D.60 de la tendencia Azuki, nos traslada al arte milenario de los kasa, el sombrero tradicional japonés de forma cónica que protege del sol nuestra cabeza.

Con una función similar nace esta lámpara en metal cincelado, que aporta una luz suave y tenue a cualquier espacio de nuestro hogar. Encaja a la perfección sobre mesas de comedor que reclaman otras luminarias a su alrededor, bien del mismo modelo o añadiendo otros formas cónicas en rejilla o bambú… Y siempre, jugando con las alturas. Su precio, 99,99 euros.

Un jardín interior

Lo que parece una idea arriesgada en nuestra cabeza, cobra sentido estético de la mano de Bloomingville y su lámpara de techo con maceta incluida. La firma danesa fundada por Betina Stampe en 2000, hace alarde de su tesón por decorar nuestra casa con ideas novedosas envueltas en la belleza del diseño escandinavo.

Este modelo tan sencillo como rompedor, incorpora a su florón y cabezal dorado un recipiente de vidrio en el que que colocar una planta, preferiblemente colgante, para que vaya creciendo a su ritmo. Tanto sus raíces como sus hojas quedan a la vista, bajo la fuente de luz LED que se mantiene en el aire. Su precio, 100 euros en Nordicnest.es.

La guirlanda hipster

La fiebre actual por las tulipas en globo, más allá de interpretar múltiples corrientes del siglo XX como el Art déco o el retrofuturismo de los sesenta, han proporcionado nuevas fórmulas de iluminación aliándose con la suspensión y los difusores de cristal. Es el caso de la lámpara modular Mini Space de la firma Faro Barcelona, donde la estructura de metal y la luz fluyen al unísono aportando calidez y diseño.

Ideada por Nahtrag, el estudio ‘guerilla’ que fundaron Daniel Vila y Ester Pujol hace quince años para conceptualizar objetos cotidianos que mejoraran nuestro día a día, respira esa sencillez y funcionalidad de su trabajo en cinco formatos diferentes, según el número de globos de cristal que elijamos. Gracias a los ganchos que incorpora permite colocar el foco del luz donde más lo necesitemos. A la venta en Lamparas.tv a partir de 169 euros.

Sin miedo al mármol

Tras el regreso apoteósico del terrazo a la decoración, el mármol sigue manteniéndose como el niño mimado de esta disciplina en cuestión de minerales. Su elegante frialdad al tacto sobre mobiliario permanente como encimeras o platos de ducha, traspasa los límites del movimiento que impone su gran peso para aliarse con piezas en suspensión como la lámpara Marble Pendant de Hay.

Su media esfera aloja en su interior un LED de larga duración, que dirige el halo de luz hacia abajo y también al borde de la misma. Disponible en varias medidas y tres colores de piedra (blanco, gris asfalto y verde) hace posible nivelar su altura cable textil de 4 metros. Puedes combinarlas entre sí o darle protagonismo a una sola, por ejemplo, sobre una mesa rústica de comedor. Su precio, 179 euros en Aixo.es.

El comodín lumínico

Uno de esos modelos clásicos que siempre está vigente y que habrás visto hasta la saciedad en restaurantes de diseño y hoteles. La lámpara colgante Castore Sospensione 14 de Artemide se compone de una perfecta esfera, un florón en alienación de zamac y la varilla en resina termoplástica diseñada en 2003 por Michele de Lucchi & Huub Ubben. Esta sencilla composición ha recibido multitud de premios, convirtiéndose en un icono del mobiliario contemporáneo.

Su fuente de luz se basa en una bombilla halógena que se expande por toda la habitación gracias a un difusor esférico, reforzado por un vástago luminoso que se puede desmontar y estrechar. Esto permite que la parte de la estructura que suele cegarnos sea al contrario más suave y agradable. Su forma protofuturista encaja en cualquier ambiente y estilo. Desde 189,99 euros en Iluminika.

Belleza suspendida

La obstinación por los neones y las tulipas envolventes de la última década, hizo que la luz directa que puede aportar un foco en suspensión quedara en un segundo plano. El modelo Parentesi creado por Achille Castiglioni & Pio Manzù en 1971 para FLOS, es una pequeña obra de ingeniería haciendo posible que el cuerpo de luz se mueva en sentido vertical. Esto es fruto del deslizamiento de un tubo en acero perfilado, que se tensa sobre un cable entre el techo y el suelo.

La ligereza de su silueta hace que no limitemos su uso al centro de la estancia, siendo esta ‘cascada de luz’ un socorrido punto de luz para espacios en esquina o de difícil acceso. Su fuente luminosa de LED está disponible en diferentes tamaños y colores (blanco, negro, rojo y niquel) y gracias a sus 4 metros de longitud, se puede regular según las necesidades de momento. Desde 280 euros en Ambient Direct.

Una lámpara para Calder

Un regreso a la infancia y al concepto de arte como un miembro más de la familia. La serie Lines & Dots recuerda a los móviles que nos mecían de pequeños y a ese halo hipnotizante que desprende la obra de Alexander Calder. Una de las creaciones más llamativas de la familia Gofi, la marca que mantiene intacta la idea de su predecesora Home Adventures de fusionar experimentación con nuevos hábitos contemporáneos para dar con diseños atrevidos.

Es el caso de esta línea en acero pintado al polvo semi mate, coronada con (o sin) lunares de colores, en un total de treinta maneras distintas de combinarlas utilizando el cable como eje. Sus creadores dicen que es una lámpara–escultura, y razón no les falta. A partir de 290 euros en su web.

La clásica sostenible

Este modelo engloba numerosas tendencias en una sola pieza. Por un lado, se suma a la imposición eco de las luminarias LED sin importar el estilo que la acompañe, incluyendo la silueta clásica y sobria que envuelve a esta lampara Asteria que firma la marca Umage. Además, es regulable y puede alumbrar tanto a un salón de media altura como proporcionar luz a la zona de trabajo en una cocina sobre la encimera.

La dureza de los materiales que la forman, el acero y el aluminio, lo convierten en un objeto a prueba de largos usos que aportará sencillez y diseño minimal a cualquier lugar, sin importar su difícil acceso. Disponible en múltiples colores –del rubí al antracita, blanco perla o mostaza, entre otros– puedes adquirirla por 300 euros en Amara.

Cerámica que flota en el aire

Xavier Mañosa es un caso recurrente en el mundo del diseño. Cuando se mudó a Berlín buscaba deshacerse del oficio familiar, pero fue allí donde recuperó la tradición de ser ceramista para crear su propia marca Apparatu, donde mezcla materiales tradicionales con nuevas expresiones formales.

La lámpara Pu-erh que ha diseñado para Marset trata sobre esto y mucho más, porque fusiona en una misma pieza la artesanía con la innovación técnica hasta conseguir una pantalla con efecto textil de gran delicadeza. Casi como si fuera una seda plisada en un farolillo chino, simple pero inmensamente bello. Además, su luz rebota en el interior de la pantalla y nunca molesta. Desde 358,16 euros en Domestico Shop.

Metalizadas en el bosque

El latón se rejuvenece en este modelo que firma Olaf Retch para Bo Concept. El diseñador industrial de Luxemburgo que se especializó en la electrónica de consumo aplicada a la creatividad, plasma su destreza en el uso de los materiales con Pine Cone, una lámpara creada en 2018 que debe su nombre a la inspiración de su silueta, una piña de árbol.

Su impecable factura que une el clasicismo del latón mate con la modernidad de su media esfera, emula las formas redondeadas en distintos niveles que caracterizan al fruto del pino. El resultado es una pieza elegante que proporciona una luminosidad cálida y suave. Se recomienda unir varias modelos de Pine Cone en diferentes alturas para generar un efecto de cascada muy sugerente. Su precio, 439 euros.

La sesentona interesante

Quién diría que este diseño con módulo LED en latón o aluminio pulido posee más de cinco décadas en su haber. Creada en 1964 por Miguel Milá, inventor y pionero del diseño industrial en nuestro país, el modelo M64 ejemplifica su peculiar manera de exponer la belleza desde lo simple, lo útil y locotidiano.

Esta lámpara en suspensión forma parte de los Clásicos del Diseño, la colección de Santa & Cole que recupera hitos de esta disciplina para los nuevos tiempos. Una reedición fiel a su diseño original pero con mejoras tecnológicas, que permite que la luz brote del centro superior y se difunda dentro de una campana opaca. Mantente atento a la silueta que evoca, nada menos que el cuello y los hombros de una mujer. Disponible en su web por 568,70 euros.

La más pacífica

Diseñada en 1968 en plena efervescencia hippie, esta pieza del danés Verner Panton homenajea al movimiento Flower Power tanto en el nombre como en la forma. El gusto del arquitecto y diseñador industrial por los juegos geométricos, los colores vivos y los interiores envolventes se fusionan en la que quizá sea su obra más viva de todo su extenso catálogo.

El modelo Flowerpot enfrenta en su interior a dos esferas semicirculares a modo de cascarón, consiguiendo que la luz rebote en su pared interna para aportar una intensidad cálida y acogedora. Disponible en dos diámetros y multitud de colores, como el modelo VP2 en verde inglés a la venta en yoox.com por 609 euros.

Una cálida excentricidad

No hay pieza de mobiliario que no lleve impresa su huella autodidacta. Desde 2002, el diseñador británico Tom Dixon ha puesto su marca homónima al servicio de un imaginario que juega siempre a lo grande, y que está en continua ebullición dando lugar a ‘objetos extraordinarios para el uso del día a día’, como él mismo explica.

Su lámpara Melt Spot Mega Pendant System es una de esas piezas que no necesita nada más a su alrededor para aportar elegancia y distinción a un grandioso salón, porque eso sí, precisa un espacio de grandes dimensiones si no queremos restarle protagonismo. Formada por once bolas en policarbonato, emula la forma orgánica del vidrio derritiéndose y se mantiene en suspensión sobre un dosel que se espacia unos centímetros del techo. Desde 9.790 euros en su web.

La araña del siglo XXI

Abstenerse austeros. La lámpara Wireflow Chandelier de Vibia peca de todo menos de prudente y no entiende de límites. Diseñada por Arik Levy en 2014, reinterpreta la estética barroca de las lámparas de araña por medio de una estructura 3D, formada por cable eléctrico negro y terminales LED.

A pesar de su gran tamaño –396 centímetros de longitud– este cordón dibuja una figura en tres dimensiones que genera un sugerente efecto de transparencia, como si flotara en el aire. Solo apto para techos infinitos y paredes que tengan mucho que contar. Su precio, también a lo grande: 9.795,55 euros en Tech Luz.

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Sobre la firma

Victoria Zárate
Periodista vinculada a EL PAÍS desde 2016. Coordinó la web de Tentaciones y su sección de moda y estilo de vida hasta su cierre en 2018. Ahora colabora en Icon, Icon Design, S Moda y El Viajero. Trabajó en Glamour, Forbes y Tendencias y ha escrito en CN Traveler, AD, Harper's Bazaar, V Magazine (USA) o The New York Times T Magazine Spain.

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