Pedir perdón
Los líderes políticos actuales se caracterizan más por el ansia de poder que por la coherencia y el sentido de Estado. Son capaces de mantener una posición y la contraria según sople el viento. No quiero decir que carezcan de ideales y convicciones políticas, pero la sensación que transmiten es la de anteponer sus intereses a los de España y, en ocasiones, a ningunear a los ciudadanos de a pie. Desde la celebración de las últimas elecciones generales se ha producido tal cúmulo de contradicciones y despropósitos en nuestros mandatarios que no han dejado indiferente a casi nadie. Por eso, el hecho de que Agustín Zamarrón haya pedido perdón por la falta de Gobierno al comenzar la nueva legislatura es algo que le honra y a lo que no estamos acostumbrados.
Javier Cordero Ruiz. Madrid
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