Contundencia ante el ‘bullying’
Creo humildemente que una de las peores noticias que pueden recibir unos padres es conocer que su hijo acosa a otro compañero, que se dedica sistemáticamente a hundir su autoestima, a atacarle, convirtiéndolo en su objetivo personal, en una meta a alcanzar. La solución a este problema no es sencilla. Mucha gente se preguntará cómo atajarlo desde nuestra posición de meros ciudadanos. Algo tan sencillo como el silencio desaprobador, la mueca de desagrado, la cara que ya no expresa aprobación al presenciar esas actitudes; ese gesto que invita al acosador a callarse, a dejar de actuar porque ya no genera carcajadas ni aprobación al humillar al otro ya que lo único que genera en la sociedad que le rodea es lástima. Esa falta de tolerancia con el intolerante puede hacernos tanto bien que creo que merece la pena intentarlo.
Juan Sánchez Cano. Ávila