Así se consigue que el autobús escolar sea más seguro para los niños
El Josep Madrenys de Vilobí d'Onyar (Girona) es el primer centro público en España en disponer de elevadores para que viajen de forma segura en sus excursiones
El cinturón de seguridad salva vidas. También los sistemas de retención infantil, obviamente. El primero, el cinturón, no fue obligatorio en España hasta el año 1974, y solo en carretera. Tendríamos que esperar a 1992 para que también fuera de uso obligado en zonas urbanas. Los sistemas de retención infantil (SRI) no se tuvieron en cuenta hasta 1990, momento en el que entraron a formar parte del famoso artículo 117 del Reglamento General de Circulación; aunque la posibilidad de ir a la playa o al pueblo durmiendo tumbados en la parte de atrás estuvo latente para muchos niños españoles hasta que en 2004 se comenzó a hablar de obligatoriedad en la utilización de dispositivos de retención infantil (hasta los tres años en 2004, ampliado hasta los 12 en 2006).
Hoy la ley es muy clara: los menores de 1,35 metros de altura deben utilizar un sistema de retención adaptado a su peso y talla. Y esto que está tan claro para los trayectos en coche, no lo está para los desplazamientos en autobús, donde aún prima que los pasajeros –niños y adultos– vayan sin cinturón –como es el caso de los urbanos– o que, en el mejor de los casos, dispongan de un cinturón de dos puntos. Sorprende a muchas familias que sus hijos deban utilizar por su seguridad un dispositivo adecuado cuando viajan en coche, pero que no exista esa misma obligatoriedad para los viajes en autobús, de ahí que cada vez más familias y colectivos demanden a los colegios, empresas e instituciones que cualquier trayecto se haga realmente con la máxima seguridad.
Demanden, claro, y también actúen, porque son las propias familias las que no solo inician campañas de concienciación en materia de seguridad en el transporte sino que además ponen en marcha cambios en las propias escuelas. Es el caso del colegio público Josep Madrenys de Vilobí d'Onyar (Girona), que gracias a al AMPA se ha convertido en el primer centro público en España en disponer de elevadores para que los alumnos puedan viajar de forma segura en sus excursiones en autobús. Según cuenta Francesc Gálvez, presidente del AMPA de Josep Madrenys, la medida ha tenido muy buena acogida por “la gran predisposición de las familias y la unanimidad que ha habido en todo momento”. También por el apoyo por parte de la dirección del centro que, tras la preocupación mostrada por la seguridad de sus hijos e hijas y la propuesta de mejora, “no pusieron ningún tipo de impedimento”. Por el momento ya cuentan con 90 alzadores, que son utilizados por alumnos desde segundo ciclo de Educación Infantil a 6º de Primaria en sus excursiones. Además, las familias han logrado que se contraten siempre vehículos con cinturones de seguridad con tres puntos de anclaje para garantizar la seguridad de los niños.
Las familias demandan una mayor seguridad en el transporte
Desde el AMPA se siente afortunados porque saben que no es tan fácil lograr un cambio tan sencillo y a la vez tan complejo. “Sabemos que hay familias en otros centros interesadas en la inclusión de esta medida de seguridad pero que no han tenido la misma suerte que nosotros”, lamenta Francesc. Lo confirman portavoces de la Asociación A contramarcha Salva Vidas, organización que ha asesorado en todo momento a las familias del colegio Josep Madrenys sobre el proceso a seguir, quienes reconocen que tras la noticia de la compra de los elevadores por parte de este colegio, se ha producido el “efecto llamada”, y son muchas las familias que les demandan información sobre el transporte seguro en el autobús y les piden consejo para interponer un escrito a sus centros. Los miembros de la asociación llevan meses trabajando en campañas informativas a través de redes sociales acerca de los riesgos reales de viajar en autobuses con cinturón de dos puntos y han elaborado un dosier informativo sobre cómo viajar seguros en el bus.
Lo sorprendente –o no– es que la conciencia en seguridad de las familias vaya por delante de las instituciones. Lo de la escuela gerundense es un gran paso y, según la Asociación A contramarcha Salva Vidas, “la demostración de que las cosas pueden cambiar gracias a la acción de las familias”. ¿Veremos buses seguros en toda España en un futuro próximo? “Salvando las distancias, la seguridad de los autobuses nos recuerda mucho al movimiento “a contramarcha”, a través del cual se hizo pública y accesible la información sobre por qué es más seguro que los niños viajen de espaldas a la marcha, y a raíz de ello es cada vez más demandando por las familias. En el futuro los niños deberían viajar lo más seguro posible en el autobús, pero eso solo será posible si todos los actores intervinientes reman en la misma dirección y libres de intereses comerciales y particulares”, responden desde la asociación.
Además de la campaña informativa y del asesoramiento a las familias que lo solicitan, desde la asociación han elevado la problemática existente con la seguridad en el transporte escolar al Defensor del Pueblo. Señalan que lo hacen para luchar “contra la dejadez de las administraciones públicas y organismos competentes en seguridad vial”, y con la intención de hacerles llegar el descontento que tienen miles de familias en España con la escasa seguridad que presenta el transporte escolar. “Las familias pedimos que igual que en nuestros vehículos particulares se nos exige que nuestros pequeños viajen seguros en sus sistemas de retención infantil, esa misma exigencia se le pida a los encargados del transporte escolar”, afirman. La contestación que han recibido no ha sido la esperada, por lo que han elaborado una replica a la respuesta del Defensor para que las familias se puedan sumar a la demanda. “Cuántas más personas presenten el mismo tipo de queja/solicitud más fuerza tendremos en este caso”, animan desde su web.
¿Son los elevadores la solución?
Los elevadores sin respaldo son seguros –tanto en un coche como en un autobús– siempre que sean utilizados correctamente. Estos dispositivos, homologados bajo la normativa R44/04, pueden ser usados por niños de más de 15 kilos y su objetivo es alzarles hasta alcanzar la altura necesaria para poder utilizar el cinturón de seguridad del propio vehículo; siempre que sea un cinturón de tres puntos. La compra por parte de los centros de elevadores y la contratación de autobuses con anclajes de tres puntos aumentaría la seguridad de los menores de 12 años que utilizan estos vehículos para los desplazamientos. Quedaría pendiente cómo resolver el transporte de los niños menores de cuatro años, para quienes el uso de este tipo de dispositivos no está recomendado. “Nosotros abogamos por el uso de sistemas de retención a contramarcha para menores de cuatro años también en el bus, ya que es la forma más segura de viajar en un vehículo. En los países nórdicos muchos escolares viajan en el autobús de esa manera”, señalan desde la Asociación A contramarcha Salva Vidas.
Para los portavoces de la asociación lo fundamental es propiciar un cambio en la legislación del transporte escolar. Para ello, proponen medidas como que se facilite a las empresas de transporte que dispongan de autobuses con cinturón de tres puntos optar con ventajas para la concesión del transporte escolar –y que se subvencione el uso de ese tipo de autobuses con cinturón de tres puntos– o que se prohíba el transporte de menores de tres años en el autobús si no están provistos de un sistema de retención adecuado, al igual que ocurre con los vehículos particulares.
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