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La canción con la que Antonio Vega calló a aquellos que le decían: “Qué mal te veo”

El año que se cumple el décimo aniversario de la muerte del músico contamos la historia de una de sus últimas composiciones, donde ataca a los que le indicaban cómo debía vivir

Antonio Vega posa en Madrid en 2006, un año después de que publicara la canción 'Un día y otro'.
Antonio Vega posa en Madrid en 2006, un año después de que publicara la canción 'Un día y otro'.Foto: EFE

Antonio Vega (Madrid, 1957-2009) publicó su último disco, 3.000 noches con Marga, cuatro años antes de morir. Hablamos de 2005. En esa época el deterioro físico del músico ya era evidente, además de un tema de conversación recurrente en su entorno. Sin embargo, Vega estaba cansado de que muchos compañeros, preocupados por su salud, le dieran consejos y le recomendaran cuidarse. Así nació Un día y otro. Con esta canción, el compositor de himnos como La chica de ayer o El sitio de mi recreo quiso callar a todos aquellos que siempre tenían algo que opinar sobre su estilo de vida. "Cuanto menos se sabe de una historia más se comete la torpeza de juzgar. A mí la gente me viene y me dice: 'Qué mal te veo' o 'qué mal estás'. Y piensas: 'Joder, pues qué putada que me veas así, pero...", confesó Vega en 2005 a la revista Rolling Stone.

El tema con el que Antonio Vega soltó lastre estaba compuesto por versos tan directos como estos: "Hoy me han dicho dos o tres lo que tengo que hacer. / Por lo menos otros dos lo que he de deshacer. / Una voz serena que me dice 'cuídate' y 'qué mal te veo, estás mucho peor que ayer'. / Un día y otro la misma charla otra vez. / Esta gente no tiene nada mejor que hacer que pensar en lo que tengo o dejo de tener". Tal y como explicó en Rolling Stone, se valió de Un día y otro para acabar con la manía que tenían sus allegados de expresarle su preocupación.

En este vídeo se puede escuchar el tema 'Un día y otro'.

En este vídeo se puede escuchar el tema 'Un día y otro'.

“La gente no terminó de entenderle y tampoco él supo cuál era su grado de autodestrucción. Enrique y yo lo intentamos, pero Antonio iba a su aire y consideraba que no necesitaba ayuda”, aseguró Álvaro Urquijo a La Vanguardia el pasado mes de mayo con motivo del décimo aniversario de la muerte de Antonio Vega. Quien fue teclista de Antonio Vega, Basilio Martí, coincide con el menor de los Urquijo: “Odiaba que los de alrededor le dijeran que tenía que dejar las drogas y madurar. A todos ellos les dedicó Un día y otro para decirles: ‘Dejadme en paz que sois unos pesados'. Antonio tenía asumida su vida como era y utilizaba la droga también como inspiración para crear música sin parar. No era de esos toxicómanos que no hacen otra cosa que consumir y punto. Antonio aprovechaba las circunstancias para trabajar".

A pesar de que durante su carrera musical algunos se empeñaron en etiquetarle como poeta maldito, el madrileño no se sentía cómodo encorsetado en ese cliché: "¿Quieres poner un buen lugar común sobre mí? Pues lo de 'Antonio Vega nunca más volverá a escribir buenas canciones sin caballo', nunca falla. Siempre me ubican en un entorno tenebroso. La gente tiene la necesidad de remover la mierda de los demás para que la propia no huela. Esto se da mucho en el artisteo", confesó con cierta amargura a la publicación musical.

3.000 noches con Marga fue un disco duro para Vega. Está dedicado a Marga del Río, la pareja del músico y coautora de alguno de sus temas, que falleció en febrero de 2004. Es un disco hecho desde una profunda pena, pero no de melodías plañideras. Abundan las canciones rítmicas, como este Un día y otro, con cierta querencia funky. Escuchar hoy 3.000 noches con Marga es asistir al último estertor artístico de un músico único.  

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