El plan de las primeras alcaldesas
La igualdad de género no se ha alcanzado en ningún lugar del mundo, tampoco en el poder local. Las mandatarias piden más
“Se ríen de mí”. Cuando Noraini Roslan, alcaldesa de Subang Jaya, una urbe malasia de más de un millón de habitantes, habla de desarrollo inclusivo, sus interlocutores suelen burlarse de ella. “Me cuestionan qué situación marginalizada sufren las mujeres si van a la escuela y hay más estudiantes universitarias femeninas que varones”, explica. Pero su ciudad tuvo que esperar casi dos décadas desde la aprobación de la Declaración de Beijing, adoptada en 1995 por 189 países para lograr la igualdad de género, para ver por primera vez una mujer a los mandos.
“Fue en 2015. Fui yo”. Este martes, su discurso en la Cumbre Mundial de Líderes Locales y Regionales, organizada por la red de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU) en Durban (Sudáfrica), ha obtenido una respuesta muy distinta de la que está acostumbrada. Aplausos.
Fatouma Awaleh Osman, alcaldesa de Djibouti (capital del país homónimo) desde que fue elegida en marzo de 2017, también es una primera en su cargo. “Al principio, incluso era difícil que una mujer se presentase. Tenemos que estar orgullosas de lo que hemos conseguido”, reclama. Para Ana Falú, experta en cuestiones de género de CGLU, si el siglo XX fue el de la defensa y reconocimiento de los derechos de las mujeres, la infancia o los indígenas, el XXI debe ser "el de la implantación".
En lo que respecta al poder local, los titulares sobre las primeras alcaldesas son cada vez más comunes. Ada Colau (Barcelona), Anne Hidalgo (París), Mónica Fein (Rosario, Argentina) y Célestine Ketcha Courtès (Bangangté, Camerún) son ejemplos de ello. Pero no existen estadísticas internacionales sobre la proporción de regidoras. CGLU estima que solo el 20% de los concejales y el 5% de los alcaldes del mundo son mujeres. "Pero estas estimaciones son solo eso: conjeturas basadas en la experiencia", aclara la organización.
No existen estadísticas internacionales sobre la proporción de regidoras en el mundo. CGLU estima que solo el 20% de los concejales y el 5% de los alcaldes son mujeres
En Sudáfrica, cerca del 42% de los alcaldes elegidos en 2016 son mujeres. Un porcentaje más cercano que en comicios previos al objetivo del 50%. "Nos obliga la ley", sentencia Thembi Nkadimeng, regidora de Polokwane y presidenta de la asociación de gobiernos locales del país (Salga, por sus siglas en inglés). "No ha sido un proceso fácil, ha requerido de muchos programas por parte del Gobierno para capacitar a las mujeres en liderazgo. Ha habido dificultades y retos", relata Nkadimeng durante un debate temático sobre la igualdad de género en el congreso, rodeada de un panel 100% femenino y una audiencia con escasa representación masculina. ¿Cómo hemos superado los retos? La unidad de las mujeres ha sido fundamental", continúa.
"El poder lo llevamos dentro y si trabajamos juntas con una única voz, llegamos a una gran cantidad de personas", coincide Marianne Overton, vicepresidenta de la asociación de gobiernos locales (LGA) y concejal del condado de Lincolnshire y del distrito de North Kesteven (Reino Unido). Pero, para lograr la igualdad en los órganos de poder, no basta con aprobar leyes ni "estar en Facebook y ser populares", opina. "Hay que seguir trabajando con campañas, formaciones... para cambiar la mentalidad".
Coincide Nkadimeng: "Una cosa es aprobar programas o leyes y otra asignar recursos, que es lo complicado. También hemos tenido que inculcar autoestima en las mujeres. No es que les falte, pero es difícil ser política, enfrentamos muchos retos. Por ejemplo, a nosotras nos toca conciliar". La formación, la confianza en sí mismas, la llegada al poder de otras, es fundamental, expone la alcaldesa de Polokwane, para que las primeras tengan relevo femenino cuando acabe su mandato. Y además, para que unas y otras puedan aspirar a promocionar sus carreras hacia la política regional y nacional, agrega.
Los políticos en Gambia, en África en general, no tienen la voluntad de implementar medidas para cambiar la vida de las mujeres. Son utilizadas para hacer campaña y atraer su voto Rohey Malik Lowe, alcaldesa de Banjul, capital de Gambia
"La sensibilización es un problema", continúa Rohey Malik Lowe, alcaldesa de Banjul, capital de Gambia. Y aclara: "Sin dinero no se puede sensibilizar y empoderar a las mujeres. El Gobierno central es hostil a darlo para temas de igualdad de género porque no es ventajoso para ellos". De hecho, la mandataria va más allá en su crítica. "Los políticos en Gambia, en África en general, no tienen la voluntad de implementar medidas para cambiar la vida de las mujeres. Son utilizadas para hacer campaña y para atraer su voto. Se nos usa como herramientas en la mayoría de partidos políticos", argumenta enérgica.
Malik no quiere, sin embargo, ser un trofeo en la estantería de la igualdad de género de su partido. Y no carece de propuestas para lograr los retos planteados en la Declaración de Beijing y el número cinco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), relativo a la igualdad de género. "Tenemos que empezar desde nuestros hogares, luego en la comunidad y así nuestros partidos políticos escucharán y el Gobierno empezará a implementar políticas", considera. "Pero no vamos a llegar a ninguna parte si las mujeres peleamos entre nosotras. Yo tuve una campaña difícil. Y precisamente, las que utilizaban los estereotipos en mi contra eran las propias mujeres", lamenta.
Roslan, la regidora de Subang Jaya, tampoco lo tiene fácil y, aunque es sujeto de mofas por respuesta cuando habla de desarrollo inclusivo, ahora cuenta con una aliada para conseguir su propósito de construir una ciudad inteligente, sostenible y la primera de su país amigable para las mujeres. "Tenemos una ministra y ella me recuerda constantemente incluir la perspectiva de género en todo lo que haga, hasta en el tamaño de los inodoros o las cocinas. Si los diseñan hombres, ellos no lo van a considerar", apunta.
Lo dice la ONU: no se lograrán los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2030 sin igualdad de género, si se desaprovechan la capacidad y el poder de las mujeres. Las alcaldesas citadas en Durban lo tienen claro. "Los problemas que enfrenta la humanidad tienen que abordarse desde el nivel local. Nosotras tenemos derecho a acceder a las instancias de toma de decisiones y servicios en igualdad de condiciones", han escrito en su declaración conjunta desde el congreso de CGLU sobre la situación de las mujeres. Están preparadas para el desafío. Y tienen un plan: sororidad.
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