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ideas | ahora que lo pienso
Columna
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#Portodas

El proyecto de La Marea investiga qué sucede antes y después de un feminicidio, si hubo denuncias de maltrato o si se protegió a la mujer debidamente en los 55 asesinatos en España en 2014

Manifestación contra la violencia de género en Madrid. 
Manifestación contra la violencia de género en Madrid. Carlos Rosillo
Edurne Portela

Ya son mil las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas desde 2003, año en el que empezó a registrarse la violencia machista. La realidad sería mucho más terrible si se contabilizaran los crímenes machistas que ocurren fuera de la pareja. Recordamos casos como el de Diana Quer o Laura Luelmo, pero hay otros anónimos, feminicidios que pasan inadvertidos porque las víctimas son mujeres marginales. De algunos solo aparece una nota breve en un periódico de provincias, otros se vuelven fenómenos mediáticos. Cuando es así, la información a menudo se nutre y se amplía a través de la búsqueda del detalle morboso. Cuando la historia de la mujer asesinada no crea audiencias, su muerte pasa a ser un caso más, una estadística. Así, el resultado es bien la normalización del horror (la violencia machista se presenta como una lacra inevitable, casi como un desastre natural), bien su banalización en esas tertulias matutinas que hacen de la desgracia espectáculo. Se huye del análisis del problema de fondo: que la violencia machista no es espontánea, responde a un sistema de organización política, económica y social que se llama patriarcado. Detrás de cada una de las mujeres asesinadas hay causas y consecuencias, procesos de violencias acumuladas, medidas de prevención que fallan o que se implementan demasiado tarde, duelos imposibles, huérfanos perdidos en laberintos judiciales y burocráticos. De lo que ocurre antes y después de un feminicidio normalmente no nos enteramos porque los medios se ocupan solo de la noticia, mientras es noticia. En ese espacio que desconocemos busca respuestas #PorTodas, un proyecto de investigación impulsado desde La Marea, revista bimestral dirigida por la periodista Magda Bandera.

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#PorTodas investiga qué sucede antes y después de un feminicidio, concentrando su análisis en los casos de las 55 mujeres asesinadas en España en 2014. El proyecto no busca reconstruir la vida de las mujeres, sino investigar los antecedentes (si hubo denuncias de maltrato, orden de alejamiento, si se las protegió debidamente), analizar cómo los medios trataron el caso y las consecuencias de esa violencia en la familia y la comunidad, también si se han tomado medidas institucionales después. El equipo de investigación vuelve a los pueblos de las víctimas y se reúne con vecinos, representantes de instituciones, colectivos feministas y de protección de la mujer, en algunos casos con las familias si lo desean. Dos fotoperiodistas recorren los espacios evocando las ausencias que provoca el crimen, contextualizando los vacíos que deja la violencia. Poco a poco la página de #PorTodas se va nutriendo de información que da pie a un conocimiento más profundo y abre un debate ético sobre el papel del periodismo en el tratamiento de la violencia machista.

Una de las cuestiones más importantes que surgen de este proyecto es cómo informar sin normalizar la violencia y sin participar en el espectáculo del horror. #PorTodas tiene líneas éticas estrictas, como la decisión de no desvelar información sobre los huérfanos menores ni datos escabrosos de los sumarios y sentencias. Informan del aislamiento progresivo de la mujer que se va a convertir en víctima, la falta de recursos (a veces económicos, emocionales, o ambos), la dificultad de denunciar, la indefensión ante una justicia que no cree a la víctima, el estigma y el dolor que sufre la familia después del asesinato, el calvario de los procesos judiciales.

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