La película que Van Damme intentó ocultar sigue sorprendiendo 35 años después
En 1984 el héroe de acción debutó en el cine con ‘Monaco Forever’, un mediometraje en el que interpretaba a un karateka gay en una escena breve, que sigue provocando fascinación en YouTube
Un hombre estadounidense está haciendo autostop en el sur de Francia cuando se detiene ante él un pequeño descapotable de color naranja que conduce un joven de músculos de hierro. El coche, repetimos, es muy pequeño, así que los dos se sientan muy juntos mientras el joven musculoso arranca y comienza a conducir bajo el sol.
“Como otras estrellas que manipulan su filmografía, Van Damme no tiene ningunas ganas de hablar de 'karateka gay', su personaje en 'Monaco Forever”, publicó en 1995 la revista 'Entertainment Weekly'
“¿Eres de por aquí?”, pregunta el conductor. “¡Qué bonito está el cielo!”, añade. Y, tras colocar su mano en su muslo, le comenta: “¿Haces deporte? Tienes muy buen cuerpo”. Poco después, va más allá y planta la mano en sus genitales: “¡Buenas piernas!”, exclama.
Es demasiado para el estadounidense, interpretado por Charles Pitt, que se baja del coche y le reta a una pelea: “Voy a enseñarte buenas maneras”. Mala decisión: no sabe que se está enfrentando a un jovencísimo Jean-Claude Van Damme (Berchem-Sainte-Agathe, Bélgica, 1960), que se haría famoso pocos años después con el sobrenombre de "los músculos de Bruselas". Cuando le dice “¡vamos, maricón, pelea!”, Van Damme comienza a propinar sus famosas patadas voladoras al aire, deteniéndose a escasos centímetros de su cara. El estirado estadounidense comienza a correr a cámara rápida por la campiña francesa huyendo de él. Van Damme, haciendo gala de una pluma exagerada, se ríe y se aleja caminando.
Monaco Forever (1984) la película en la que se encuentra esta escena, no sería recordada hoy por absolutamente nada si no fuese porque aquel actor que hacía de karateka gay acabó convirtiéndose en una de las estrellas de acción más famosas del mundo. La película ha sido reeditada posteriormente, colocando en su portada a Van Damme aunque solo aparezca un par de minutitos.
Lo que sucedió después fue uno de los auges y caídas más rápidos y dolorosos que se recuerdan en Hollywood. Van Damme convirtió en éxitos una serie de películas de acción de bajo presupuesto e hizo que Hollywood se fijase en él. Tras el éxito de Soldado universal (1992) y Timecop: policía en el tiempo (1994), Van Damme estaba en todo lo alto. Acudía a fiestas con Cindy Crawford, era la estrella invitada en Friends y ocupaba portadas de revistas tan influyentes como The Face.
Entonces, cuando Universal Pictures le ofreció un contrato millonario de tres películas a razón de 12 millones de dólares por cada una, él exigió 20. Igual que Jim Carrey, el actor mejor pagado de Hollywood en aquel momento.
Por aquel entonces, Van Damme ocultaba Monaco Forever, sin saber que un día Internet y YouTube se convertirían en una hemeroteca implacable. “Pregúntale a Jean Claude Van Damme sobre su primera película y te dirá que es No Retreat, No Surrender, de 1986”, escribió el periodista George Mannes en Entertainment Weekly en 1995. “Como otras estrellas que manipulan su filmografía, Van Damme no tiene ninguna gana de hablar de 'karateka gay', su personaje en Monaco Forever”.
La hoy famosa escena de Van Damme en 'Monaco Forever' (1984), en la que el actor interpreta a un "karateka homosexual".
Van Damme no quiso hablar (ni entonces ni nunca) de esa película en público, pero sí se puso en contacto con el distribuidor Marc Bruder cuando se enteró de que, a rebufo del éxito de Blanco humano (1993), había comprado los derechos de Monaco Forever y planeaba distribuirla en Estados Unidos (por la espectacular suma de 30 dólares, unos 25 euros hoy que en aquella época eran mucho más). “La gente de Van Damme me contactó y me preguntaron qué podían hacer para que la película no viese la luz. Yo les pedí una determinada cantidad de dinero y nunca volvieron a responderme”, contó el productor.
Las ínfulas de Van Damme al querer ser el actor mejor pagado de la industria, los decepcionantes resultados de las películas que estrenó en la segunda mitad de los noventa y su adicción a la cocaína y tumultuosa vida personal acabaron apuntalando su destierro. Durante la primera década del siglo XXI sus películas se produjeron directamente para el videoclub y fueron ignoradas por la crítica y el público generalista, con una gloriosa excepción: JCVD (2008).
JCVD, cuyo nombre son las siglas del actor, es un filme belga donde Van Damme se interpreta a sí mismo como un actor de acción acabado que vuelve a su ciudad natal y se ve envuelto en un atraco. En una magnífica escena, Van Damme comienza a flotar hasta el techo y ejecuta un monólogo en el que habla de su vida sin tapujos: el éxito, el fracaso, las mujeres, la droga...
Pese a que la película fue estrenada directamente en DVD, como casi la totalidad del resto de su producción reciente, Van Damme vio por primera vez a la crítica rendida a sus pies. Richard Corliss, el temido crítico de la revista Time, posicionó su interpretación como la segunda mejor de aquel año por detrás de la de Heath Ledger en El caballero oscuro. “Vi el dolor en sus ojos, me hizo llorar”, dijo Nicolas Cage durante una entrevista sobre el trabajo del actor de acción.
Estos últimos años en su filmografía ha seguido habiendo lugar para la acción directa a vídeo (con casi 20 películas es uno de los actores más ocupados de Europa), su regreso a Hollywood (fue el villano de Los mercenarios 2 en 2012) y un espectacular anuncio de Volvo que se volvió viral y hoy acumula casi 100 millones de visualizaciones (este, en el que ejecuta su famoso spagat sobre dos camiones en marcha).
El verano pasado sorprendió con unas declaraciones poco propias de un actor que se había abierto ante los espectadores y que había debutado interpretando a un personaje homosexual. “¿Hombres que se casan con otros hombres? Hombres que se casan [entre ellos], mujeres que se casan, perros que se casan…”, exclamó en la televisión francesa para indignación de los telespectadores. “Tengo muchos amigos gais. Si quieren casarse, por mí vale. La cuestión es: si todos los chicos se casaran entre ellos y las chicas entre ellas, ¿cómo íbamos a tener hijos?”, añadió.
Hoy Van Damme mantiene sus músculos junto a un rostro ya propio de un hombre de casi 60 años. Un rostro de un actor de carácter que puede dar momentos grandiosos si le dan la oportunidad y un hombre luchador y simpático que puede conquistar al gran público de nuevo... si se piensa dos veces lo que dice ante las cámaras de televisión.
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