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Cecilia Roth: “Fue un abuso y cada vez que pienso en eso recuerdo que ‘no’ es ‘no”

La actriz fue valiente al contar que sufrió una violación. Lo ha hecho cuando ha sentido que el "ecosistema ayuda". También está autorizada para reflexionar sobre su generación y la que se nos viene encima con los políticos actuales

Xavi Sancho
Cecilia Roth posa en Madrid en exclusiva para ICON con vestido y jersey de plumas Loewe, falda plisada Guess, zapatos Clavin Klein Jeans y pendientes Mango.
Cecilia Roth posa en Madrid en exclusiva para ICON con vestido y jersey de plumas Loewe, falda plisada Guess, zapatos Clavin Klein Jeans y pendientes Mango.Foto: Gianfranco Tripodo

Cecilia Roth está encantada con la ropa que se le ha preparado para la sesión. También con esta suite del Hotel Intercontinental de Madrid, que ejerce de camerino, de escenario y también de plató en el que todos los aquí presentes, dirigidos por ella, ejerceremos en algún momento del día de tertulianos, hablando de feminismo, de política, de Argentina, de cine… De la maldita vida.

Cecilia Roth (Buenos Aires, 1956) pertenece a esa generación de artistas a los que el paso del tiempo y el mundo, el dolor y la gloria, la efervescencia y el desgaste, el viajar de pie y el viajar en primera han variado muy poco su forma de ver el mundo. Para los guardianes de la esencia de la izquierda y las revoluciones fracasadas tal vez sea un dinosaurio que predica desde su suite con vistas a la Castellana. Para la nueva derechita valiente, tal vez sea otra progre, titiritera, que vive de sus paguitas y de su utopía en copa de champán.

“Estamos todos en dos bandos y no nos escuchamos. Lo bueno es encontrar a alguien que escuche a quien puedas convencer de que hay cosas que están mal y tome conciencia. En esto tengo mucha fe en las nuevas generaciones”, apunta la actriz, eterna chica Almodóvar, musa de una época donde estaba todo por hacer y se hizo lo que se pudo, hasta el punto de pensar que los que vendrían después podrían hacer ya lo que les diera la gana.

Cecilia Roth es el discurso hedonista y a la vez subversivo de Pepi, de Luci y de Bom metido en el cuerpo de una mujer cuya vida ya debería encajar más en los parámetros nostálgicos de Dolor y gloria, la última cinta de Pedro Almodóvar, en la que participa con un papel que, en un principio, no existía. “Surgió de una charla muy larga que tuve con Pedro. Hablamos de la vida y tras eso apareció el personaje como necesario para una situación de la película que no sé cómo la tenía antes él resuelta. Ahí Pedro se abrió en canal. Volver a él es como volver a casa”, recuerda la actriz. Volver a ella es como volver a aquella época en que con los artistas se podía hablar de todo, no eludían temas porque, o no les importaban, o les habían aconsejado no tocarlos. Nostalgia por alguien que pueda decirte algo sobre hoy con el valor que atesoraba cuando no tenía nada que perder. Ella.

"Y eso no se hablaba, no se lo contaba a mi madre. Me daba vergüenza, pensaba que era yo quien lo provocaba. Te decían y te decías: 'Acostúmbrate, usa falda larga…"

¿Echa de menos un arte más subversivo? No solamente el arte, sin duda. Vivimos un momento mundial de retroceso absoluto en el que cualquier exposición artística, política, incluso vital que trascienda la norma se cuestiona como si estuviéramos 50 años atrás. Creía que tras ese florecimiento ochentero, esa primavera en que llegué a Madrid, la cosa empezaba ahí y seguiría hacia arriba, cada vez más despojándolo todo de la norma y la convención. Sin embargo, el mundo entero ha pegado un giro muy peligroso. Cuando hablo con mucha gente de mi entorno, siento que estamos todos muy asustados ante las fuerzas del mal [ríe]. Lo digo como si fuera una peli de superhéroes porque desconozco quiénes son esas fuerzas del mal, pero sé lo que sucede, la gente entra en las fake news, vive necesidades que les imponen… Siento miedo.

Pero alguna culpa tendrán los artistas, ¿no? Eso tiene que ver con una situación mundial general. Nos hemos ido acomodando a una calidad de vida que nadie quiere perder. Todo esto impone no meterse con tal cosa o no romper tal límite, o incluso desconocer que existe la posibilidad de salir de esos límites. Parece que en algunos no está en su ADN trascender la norma. Los de mi generación nos dimos cuenta de lo felices que éramos y lo echamos de menos. Mientras, veo que otros hacen una obra de arte que vale seis millones de euros solo porque saben que la pueden vender por seis millones de euros. Todo es meramente decorativo, y eso es muy peligroso.

¿Recuerda cuando los periódicos tenían una sección de espectáculos y otra de cultura?  ¡Claro! Y ahora es solo espectáculos, pero pone solo cultura. Eso pasa aquí, en Argentina y en todas partes. Toda la cultura es hoy el mismo nicho.

¿Hay mucho miedo a ser vetado? Obvio. Mira, en Argentina, en los últimos festivales de cine se ha prohibido hablar a los actores por una supuesta cuestión de tiempo televisivo o de lo que sea. No hemos podido hablar, por lo que, cuando sales fuera del país, si puedes metes algún bocadillo [risas]. Es patético que esto suceda, y aunque no lo aceptes, sigue sucediendo. Es muy frustrante.

La actriz se mueve por los pasillos del hotel con camisa y pantalón M Missoni, bolso Tod's, gafas de sol Tom Ford Eyewear y zapatos Pura López.
La actriz se mueve por los pasillos del hotel con camisa y pantalón M Missoni, bolso Tod's, gafas de sol Tom Ford Eyewear y zapatos Pura López.Foto: Gianfranco Tripodo

Adelante con el 'bocadillo', pues. En la Argentina, como en casi todo el mundo, está esa nueva derecha que por ahí no es ni conservadora ni culta como la vieja derecha. Es de una brutal incultura, es meramente empresarial. Los nuevos políticos son CEO de compañías, pero un país no es una empresa y menos una empresa en la que puedes echar a gente porque quieres y cambiar las leyes laborales porque quieres. Este año hay elecciones en Argentina. Creo que lo que se necesita es una unidad que pueda terminar con el gobierno de Macri y arrancar una nueva idea de país. No este en el que hasta mis bisnietos le deberán dinero a los fondos buitre, que pone como crédito su propia riqueza natural. Te podría decir mucho más, pero me quedo con que es un modelo de país que no me gusta. Además, las elecciones de este octubre serán electrónicas y mucha gente no sabe manejar una computadora.

¿Vence la derecha porque nos ha convencido de que, sin ellos, esto sería un caos, aunque esto ya parezca un poco un caos? Pero es que no saben. Se cuestiona mucho las campañas del contrincante, no se oye un discurso político, sino uno de promesas que nadie te dice cómo llegar a cumplir. Macri, por ejemplo, prometió pobreza cero. ¿Pero cómo lo vas a hacer? También dijo que reduciría la inflación. A ver, ¿cómo? ¿El resultado? Estamos con una inflación enorme y en un nivel de pobreza descomunal.

¿Cree usted en la meritocracia? La idea de que cada uno llega donde quiere solo por su capacidad y voluntad es falso. Hace falta el Estado para equilibrar. No todos nacemos con las mismas opciones. La meritocracia para salir de la pobreza es una burrada. Mira, un ministro de Macri llegó a decir que había muchas opciones para dejar de ser pobre que la gente no abrazaba, como hacer cerveza artesanal. ¡Pero cómo vas a hacer cerveza artesanal si vives en una villa miseria!

¿Cómo fue lanzarse a contar aquello suyo tan personal? ¿Te refieres a la violación?

"El mundo entero ha pegado un giro muy peligroso. Cuando hablo con mucha gente de mi entorno, siento que estamos todos muy asustados"

Eso, gracias [confesó el año pasado que un periodista había abusado de ella en Madrid]. Ayudó el ecosistema nuevo. Joder, fue lo que fue. Fue un abuso y cada vez que pienso en eso recuerdo que "no" es "no". Cualquier otra cosa que vaya por eso de "es que en realidad tú quieres pero no me lo dices" es una mierda.

Todo lo que empieza con "es que…" acostumbra a acabar mal. Pues claro. A ver, ¿cómo sabes tú lo que quiero, lo que me pasa? Como se supone que soy frágil y vulnerable acepto y entiendo que lo que dice el otro sobre mí es verdad y que sabe más sobre mí que yo misma. Pues no. Sentí que era un alivio contarlo, una ayuda para que las mujeres pudieran recordar, porque todas hemos pasado por situaciones similares. Las mujeres estamos todo el rato cuidándonos de que no nos pase algo. Recuerdo de niña volver del colegio y deber cuidarme de escuchar barbaridades. Y eso no se hablaba, no se lo contaba a mi madre. Me daba vergüenza, pensaba que era yo quien lo provocaba. Te decían y te decías: "Acostúmbrate, usa falda larga…". Todo eso que hemos naturalizado durante siglos. Peleamos para que cambie.

¿Espera que le lleguen más guiones tratando estos temas? Creo que aparecen ya. Cada vez hay más con mujeres en situaciones en las que se tratan estos temas. Obvio que me gustaría que hubiera más. Y que cobremos lo mismo que un hombre cuando hacemos lo mismo. Y que las mujeres que llegamos una hora y media antes para maquillarnos y peinarnos cobremos ese tiempo, o salgamos una hora y media antes. Estamos en el camino. Mira, no es simplemente decorativo que la imagen iluminada que aparece en un semáforo nuevo sea una mujer. Para nada. 

¿Teme que salga a la luz que algún amigo o colaborador haya cometido abusos? Uf, no sé. Mira, yo creo que el comportamiento machista está naturalizado, sigo escuchando amigos míos diciendo barbaridades sin querer. Se lo dices y se dan cuenta. Y es maravilloso. A ver, no se nace feminista, uno va tomando en cuenta factores que no había descubierto antes y lentamente modifica su pensamiento.

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Sobre la firma

Xavi Sancho
Forma parte del equipo de El País Semanal. Antes fue redactor jefe de Icon. Cursó Ciencias de la Información en la Universitat Autónoma de Barcelona.

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