“Mi madre me echó de casa cuando era adolescente. No me gusta la autoridad”
La nueva sensación de la música urbana se llama Octavian. Hace unos años dormía en las calles de Londres. Hoy, este francés ha recibido la bendición de Drake y ha desfilado para Louis Vuitton
Cuesta recordar a un rapero al que hayan dado tanto bombo como a este franco-británico de 23 años. Le entrevisto en medio de una jornada laboral de 18 horas, en un coche camino del rodaje de un videoclip al que acude tras haberse pasado todo el día ensayando en el estudio. Después volverá a la carretera para comenzar su gira europea. Un equipo de ejecutivos de la compañía discográfica trajina a su alrededor, contestando llamadas y enviando correos electrónicos. Octavian está en el centro, impasible a pesar de que su ascenso a la fama está siendo meteórico.
Hace un año lo petó de la noche a la mañana después de que Drake cantara en un vídeo su éxito Party here. Por Spaceman, su primera mixtape, le llovieron elogios por su ronca elocuencia, que flota sobre melodías de autotune, líneas de bajo minimalistas y originales ganchos de grime. Su música es rap, house, r&b y todo lo que hay en el medio. No le da miedo incluir a James Blake y a Bon Iver junto a Eminem y 50 Cent en su lista de influencias musicales. En enero, la BBC le proclamó el artista más prometedor de 2019, un galardón que en el pasado recibieron Adele y Sam Smith. “Sí, aquello fue importante”, dice lentamente. “Solo llevo haciendo música un año, así que tampoco me lo he currado tanto. Me siento agradecido por el premio, pero esto es solo el principio”.
Octavian no lo pone fácil. Contradice prácticamente todo lo que digo y, a lo largo de toda la entrevista, se muestra distraído y evasivo. Quizás tenga todo el derecho a serlo. De padre angoleño y madre británica, nació en Lille (Francia), pero a los tres años la familia se mudó a Londres. “Mi madre me echó de casa cuando era adolescente”, explica. “No hacía nada de lo que me decía. No quiero que nadie me diga lo que debo hacer, y punto”. Un día, a los 18 años, estando con unos amigos cogió un micrófono y se dio cuenta de que se le daba bien. Después consiguió una plaza en la prestigiosa escuela BRIT de Londres, una institución para estrellas del pop (Amy Winehouse y Jessie J fueron alumnas). “Aquella experiencia no me enseñó nada”, afirma. “No creo que puedas enseñar a alguien creativo a ser creativo, pero sí que puedes enseñar a gente que no es creativa. Sinceramente, no quería que me enseñaran nada, así que lo dejé”.
“Ahora admiro a mi madre. Antes no la respetaba, no podía con la autoridad, pero me ha ayudado a ser quien soy. Entiendo por lo que ha tenido que pasar”
A partir de ahí, Octavian pasó del sofá de un amigo al de otro, hasta que se vio en la calle. “He pasado por mucho”, dice con el semblante serio. “Pero hay muchos tíos por ahí que tienen cosas mucho peores que contar”. Después de publicar Party here todo cambió y los sellos discográficos comenzaron la carrera por ficharle. El pasado año participó en el primer desfile de Virgil Abloh para Louis Vuitton. “Aquello fue muy divertido”, dice. “Un día le dio un like a una de mis fotos en Instagram y después me envió un mensaje. Nunca había desfilado en una pasarela, y voy y me estreno con Louis Vuitton. No está nada mal para empezar”.
¿Y cómo le sienta a un rapero que odia la autoridad tener que responder ante una discográfica? “No me gusta la autoridad”, reitera. “No me gusta que me digan cuándo tengo que trabajar. Ya lo haré yo cuando lo vea oportuno”. ¿Tienes algún modelo al que seguir? Octavian hace una pausa. “Ahora admiro a mi madre”, dice impasible. “Antes no la respetaba, no podía con la autoridad, pero me ha ayudado a ser quien soy. Entiendo por lo que ha tenido que pasar. Ahora siento que debería apreciar a los demás, a la gente que me ha criado y que ha hecho cosas por mí, porque en este mundo nadie hace cosas por ti, especialmente en un negocio como este”.
¿Y qué tiene previsto para 2019? Una gira por toda Europa y conciertos en grandes festivales, incluido el Sónar. “También habrá muchos vídeos, vídeos potentes”, afirma. “Me encantaría colaborar con Cheef Keith. Ojalá. Pero hay demasiada gente como para nombrarlos a todos”. Solo una cosa más: ¿no es raro pasar en tan pocos años de estar en la calle a que todo el mundo sepa quién es? Se ríe: “Sí, la verdad es que el contraste es fuerte, pero cuando estaba en la calle siempre lo supe. Quería que la gente me conociera. Ahora tengo dinero y solo quiero llegar a lo más alto, ser el mejor artista que haya habido jamás”. Al salir del coche, algo me dice que es posible que lo consiga.
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