ADN canino para cazar a vecinos incívicos
El Ayuntamiento mallorquín de Son Servera se suma otras poblaciones que identifican a los propietarios de perros que no limpian los excrementos de la vía pública
Guerra contra la suciedad y el incivismo en el municipio mallorquín de Son Servera. El Ayuntamiento de esta localidad costera de unos 12.000 habitantes ha aprobado una ordenanza municipal para la implantación de un censo de ADN canino en el que será obligatorio registrar a todos los perros del municipio. Los propietarios de los canes estarán obligados a incorporar las muestras genéticas de sus mascotas en este registro, para responder mediante el pago de una sanción en caso de que se encuentren excrementos sin recoger en la vía pública.
La Concejalía de Medio Ambiente impulsará una campaña de información y concienciación durante los próximos tres meses. A partir de julio, los propietarios de perros tendrán que acudir al veterinario designado por el Consistorio para que, mediante sangre o saliva, registre los datos de ADN de la mascota en el censo. El propietario recibirá entonces una chapa con un código que tendrá que incorporar al collar del perro y que le permitirá confirmar que ha cumplido con la ordenanza.
Los dos policías adscritos al departamento de Medio Ambiente serán los encargados de levantar acta cuando los servicios de limpieza se encuentren con un excremento canino en las calles del municipio. La muestra se enviará a una empresa de Barcelona, que identificará el perfil genético y dará con el propietario infractor tras comprobar el censo. La multa será de 150 euros más los 30 euros del coste de la identificación de las muestras. “La primera vez se advertirá al dueño de que ha abandonado la deposición, la siguiente vez ya se impondrá la multa” señala el técnico de la Concejalía de Medio Ambiente, Rafael Rosselló.
El Ayuntamiento subvencionará la práctica de la muestra de ADN de los primeros 300 perros que se inscriban en el censo y cuyo precio oscila entre los 25 y los 30 euros. “Es un proyecto positivo e innovador que ha dado buenos resultados en algunos lugares y que nos permitirá mantener nuestras calles limpias y ayudará a los propietarios a recuperar sus perros en caso de pérdida o robo” destaca el concejal de Medio Ambiente, Miquel Espases. La ordenanza también incorpora la obligatoriedad que portar una botella con agua para diluir la orina de los perros y de tener a la vista bolsas para recoger los excrementos.
Son Servera es el primer ayuntamiento de Baleares en poner en marcha este sistema que pretende hacer frente a un problema de suciedad e incivismo en el municipio, que actualmente no tiene un censo actualizado de los perros que residen en la localidad. En el resto de España, el Ayuntamiento de Xátiva fue pionero al poner en marcha la iniciativa, a la que después se sumaron otras poblaciones de Cataluña. Málaga también cuenta con un registro similar desde enero del año pasado.
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