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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Mujeres intrépidas contra el calentamiento de la Tierra

La autora destaca el papel femenino en la lucha contra el cambio climático y por un "mundo mejor"

Expedición de Homeward Bound, en la que 80 mujeres exploraron la Antártida.
Expedición de Homeward Bound, en la que 80 mujeres exploraron la Antártida.Carolina Oses (Generación Code / Homeward Bound)
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Junto con muchas otras mujeres comprometidas, fui afortunada al participar de la firma del Acuerdo de París en 2015, cuando los gobiernos de todo el mundo se unieron en una promesa de salvaguardar nuestro planeta esforzándose por mantener el calentamiento global hasta un límite de 1,5 grados por encima de los niveles preindustriales.

El acuerdo fue una extraordinaria colaboración multinacional y multisectorial que se desarrolló a través de las fronteras durante muchos años.

Sin embargo, en los tres años transcurridos desde aquel compromiso, las emisiones globales de gases de efecto invernadero han aumentado a medida que los combustibles fósiles continúan quemándose sin cesar. Representan el mayor riesgo para la salud de niños en todo el mundo, debido al aire tóxico que causan. Los récords de calor se han roto en todo el planeta. Los impactos climáticos devastadores están dejando cada vez a más personas sin hogar, sin cosechas o sobreviviendo a la pérdida prematura de sus seres queridos. Como de costumbre, son las más vulnerables, en particular las mujeres y las niñas, las más afectadas.

A nuestra atmósfera no le importa de qué país provienen las emisiones de efecto invernadero. Cada tonelada adicional es una tonelada más por la cual preocuparse. Es por eso por lo que este es un momento tan importante para que más mujeres tomen el poder, asuman más roles de liderazgo, trabajen de manera multilateral y tomen decisiones audaces y valientes.

Muchas mujeres ya han reconocido la gravedad única de este momento. Intrépidas líderes femeninas como Greta Thunberg, Jamie Margolin, Isra Hirsi y Nakabuye Flavia han movilizado a cientos de miles de jóvenes que demandan acción climática urgente. Niños de tan solo 10 años han coordinado las huelgas escolares en todo el mundo en un esfuerzo audaz por lograr que sus gobiernos tomen en serio el cambio climático y cumplan las promesas hechas en París. Miles más se unirán a la huelga escolar el 15 de marzo en todo Estados Unidos.

El activismo y el trabajo colaborativo de estas jóvenes de diversos orígenes es inspirador. Y viene en sintonía con los esfuerzos liderados por mujeres igualmente valientes que avanzan en la política, como Alexandria Ocasio-Cortez, quien está defendiendo un ambicioso Nuevo Acuerdo Verde (Green New Deal). Juntas, estas mujeres han desatado una nueva ola de esperanza: el anhelo de que realmente podamos hacer los cambios oportunos y transformadores necesarios para cumplir con los objetivos de París.

También sentí esa sensación de determinación y esperanza en un reciente viaje a la Antártida, donde, en los tres años transcurridos desde la firma del Acuerdo de París, se abrió un gigantesco agujero de 10 kilómetros de largo y 300 metros de altura en el glaciar Thwaites. Cerca de 14.000 millones de toneladas de hielo se han derretido en ese agujero.

La lucha contra el cambio climático es una enorme oportunidad para mejorar la salud, el empleo, el acceso a la energía y la seguridad alimentaria para poblaciones de todo el mundo

Como parte de una expedición de Homeward Bound (dirigida por la visionaria australiana Fabian Dattner) pasé 21 días en enero en un barco con 80 mujeres expertas en diferentes campos de la ciencia y la tecnología, la ingeniería, las matemáticas y la medicina. Juntas fuimos testigos de la asombrosa majestuosidad de los icebergs y de las ballenas que nadan en el océano. Contemplamos la fragilidad de todo un continente que la mayoría de las personas nunca tendrá la oportunidad de ver. Nos aventuramos a estar en el mar con ráfagas de viento de hasta 70 nudos y olas de 12 metros de altura. Discutimos sobre las barreras que hay que subsanar para lograr un cambio transformador, sobre el liderazgo y nuestro papel como mujeres en la protección de nuestra tierra y el futuro de la humanidad. Aprendí de nuevo, y me conmovió profundamente la forma en que las mujeres escuchan a fondo, en la empatía y en la sabiduría colectiva, especialmente en tiempos de transición. Estas cualidades nunca han sido más importantes o necesarias para nuestra especie.

Recordé en mi viaje a la Antártida lo que había aprendido cuando estábamos trabajando en el Acuerdo de París. Siempre debemos tener claridad absoluta en la meta final, mientras que tenemos flexibilidad en el camino para alcanzarla. Tenemos un objetivo claro establecido, recientemente reforzado por los mejores científicos del clima del mundo: debemos redoblar los esfuerzos por mantener el aumento de la temperatura global en 1,5 grados.

La forma exacta en que esto sucederá se desarrollará de múltiples maneras en todos los países, ciudades, empresas y la sociedad civil, y es una enorme oportunidad para mejorar la salud, el empleo, el acceso a la energía y la seguridad alimentaria para poblaciones de todo el mundo. Esta es la razón por la que las mujeres están sumándose a la lucha ahora, y por qué necesitamos aún más mujeres para hacer relevos. Veo en las que conocí trabajando en el Acuerdo de París, en las que actualmente lideran una nueva conversación sobre el cambio climático en las esferas públicas y políticas, y en las que conocí en la Antártida, un optimismo testarudo incorporado que nos permitirá prevalecer incluso cuando la tarea puede parecer insuperable.

Parte de mi propio optimismo testarudo proviene del conocimiento de que estas mujeres actualmente se están asegurando por completo de que cuando alguien dentro de 10 años les pregunte "qué hiciste", no responderán: "Hice lo mejor que pude". En su lugar, ellas dirán: "Hice todo lo que era necesario". Y ese es el verdadero liderazgo.

Christiana Figueres fue secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático desde 2010 hasta 2016. Actualmente lidera la organización Global Optimism y es la coordinadora de la Misión 2020. El texto se publicó originalmente en inglés.

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