La isla que es rica gracias a los 10 salmones del tío Steinar
Uno de cada tres salmones ahumados que se venden en España es de Lovund, una pequeña isla noruega convertida en uno de los mayores productores de pescado del país. Y tras el salmón, llegó el turismo
Lovund es una más de las miles de islas que jalonan las costas de Helgeland, la región meridional del norte de Noruega. Pero no es una isla más. Tiene una historia en torno a la tenacidad humana y la cría de salmones que la hace especial. Lovund es un lugar de belleza tan prístina como crueles son los inviernos. Hay que ser noruego —y a veces, ni así— para sacarle rendimiento a una roca de cinco kilómetros cuadrados en la misma latitud que el norte de Siberia y abierta a los embates del Atlántico norte. Hace medio siglo sus 220 habitantes (mal) vivían de la pesca tradicional y de una mínima agricultura de subsistencia (patatas y poco más). Los más jóvenes se iban al continente en busca de un futuro mejor y la isla se despoblaba. Pero dos de ellos, que estudiaban magisterio, decidieron volver para mantener abierta la escuela y tratar de paliar así la despoblación.
Steinar Olaisen, uno de esos dos maestros retornados era además especialmente inquieto. Y pronto vio que solo con educación no se detendría la sangría de la emigración. Así que tras escuchar rumores de que en la costa de Noruega se empezaba a criar pescado, decidió intentarlo en su isla. En 1972 consiguió traer 2.000 alevines de salmón y los lanzó a una granja de acuicultura construida para tal efecto. El resultado no pudo ser más desolador. La primera noche murieron más de la mitad de los ejemplares porque no estaban habituados al agua salada. El resto fueron cayendo uno tras otro. Al final de la temporada solo 10 salmones habían sobrevivido y alcanzado un peso adecuado para su venta. Steinar no se amilanó y con los escasos beneficios volvió a comprar más alevines y a intentarlo de nuevo.
Steinar Olaisen murió hace siete años, pero aquella actitud visionaria transformó su isla. Hoy Lovund es una isla rica y Nova Sea, la empresa que él fundó, produce 300 toneladas de salmón al día, buena parte de las cuales van a España. En concreto, 2.500 toneladas anuales, cerca de 14 millones de raciones de salmón, ¡que es mucho pescado! Uno de cada tres salmones ahumados que se venden en supermercados españoles viene de Lovund. Según el Norwegian Seafood Council, Lovund, con solo cinco kilómetros cuadrados produce casi el 4% del pescado total que exporta Noruega (un país de más de 600.000 kilómetros cuadrados).
“Hoy, esto es lo que somos", cuenta Sivert Olaisen, sobrino de Steinar. "No tenemos pescadores actualmente, de hecho, tenemos que ir a otras islas vecinas para conseguir pescado blanco. Pero somos capaces de sacar cada día 300.000 kilos de salmón y exportarlo. En 1972, cuando en la isla vivían unas 220 personas, la edad media era de 40 a 45 años. Hoy somos más de 500 personas y la edad media es de 30 años. Tenemos 56 niños en la escuela”.
Sivert, el sobrino, es parte de la segunda parte de esta historia. Una vez asentada y en prosperidad la industria de la acuicultura, llegó el momento de plantearse el turismo. ¡Turismo en Lovund! Un lugar donde antes no se iba más que por equivocación. Tørgrim Olaisen, padre de Sivert y hermano menor de Steinar abrió junto a su esposa, Tøril, el primer y aún hoy único hotel de la isla. Era 1988. Motivados por el incombustible Steinar comenzaron con 40 camas. Si había salmón, había trabajo y si había trabajo, también habría turismo en la isla. Sivert reconoce que los principios fueron muy duros y que sus padres trabajaron sin descanso, animados por el tío Steinar. Hoy tienen 110 camas, reciben 7.000 turistas al año y han remodelado todo el hotel con un diseño vanguardista que contrasta con la severidad del paisaje invernal de Helgeland. Desde las ventanas de las habitaciones se ve el puerto, las montañas nevadas y el bravío mar de Noruega. En el restaurante el plato estrella, por supuesto, es el salmón: cocido a 45 grados, en cebiche, en tartar, en forma de sushi y por supuesto, sus deliciosas huevas.
Según Sivert, el salmón es una de las mejores maneras por las que la humanidad podrá obtener proteínas en el futuro porque es saludable, crece rápido y no necesitas darle mucha comida, "si a un salmón le das un kilo de comida, obtienes un kilo de salmón".
Pero a Lovund se puede ir por otras muchas razones además del salmón. La isla es famosa también por la gran colonia de puffins (frailecillos) que anida en las paredes de la gran montaña que domina la vertiente oeste de la isla, protegida como reserva natural Lundeura. Se calcula que hay unas 200.000 parejas de puffins. El 14 de abril es el día grande de Lovund —también conocido como el Lundkommardagen— en el que toda la isla y docenas de personas a bordo de todo tipo de embarcaciones se instalan frente a la costa para ver los frailecillos llegar y anidar en el poderoso muro de piedra tras el duro otoño e invierno. Estarán allí durante su temporada de reproducción, que abarca hasta agosto. Toca encontrar pareja.
También hay excursiones en barco, muy en especial en invierno, para capturar la luz tan especial que baña estas latitudes árticas en esas fechas. Hay visitas a las granjas de acuicultura. Y por supuesto, observación de auroras boreales, un fenómeno muy probable de ver en la isla en las noches de cielo despejado entre mediados de septiembre y principios de abril.
Diez salmones trajeron el pleno empleo, la riqueza, el WiFi y el turismo a Lovund. Pocas capturas habrán sido tan rentables en estas frías costas escandinavas.
Cómo llegar a Lovund: la isla está a dos horas de ferri del puerto de Sandnessjøen, en el continente. Sandnessjøen está aproximadamente a una hora de Mosjøen, la principal ciudad de la región y donde está el aeropuerto que conecta con el resto del país. Esta es la web del Lovund Hotel.
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