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el médico de mi hij@
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Embarazo y salud dental: desmintiendo mitos

La gestación es una etapa de impasse, de cambios y esperas, de incertidumbres y miedos. Nos cambia el cuerpo, cambian nuestras prioridades, y, como no, nuestros dientes

Una mujer embarazada se lava los dientes.
Una mujer embarazada se lava los dientes.Getty

El embarazo es una etapa de impasse, de cambios y esperas, de incertidumbres y miedos. Nos cambia el cuerpo, cambian nuestras prioridades, y, como no, cambia el estado bucal. Antiguamente decían las señoras que cada embarazo les había costado un diente (y la tasa de natalidad superaba con creces la actual); aunque por suerte cada vez suena menos ese dogma. Los conocimientos sobre los cambios corporales durante la gestación han crecido, también crece la demanda de las mujeres: ya no nos resignamos (o no deberíamos) a aceptar ciertas aseveraciones sobre nuestros cuerpos y sobre una etapa tan importante de nuestro ciclo vital.

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Vivimos una época de empoderamiento femenino, de no aceptar dogmas que llevamos toda la vida escuchando. Así que igual que se critica la violencia obstétrica, el no considerarnos “recipientes” de un futuro ser humano, no debemos aceptar perder piezas dentales por el mero hecho de estar embarazada. No deja de ser una situación temporal, después de la cual ciertas partes de nuestra anatomía sí pueden volver a su estado previo (otras no lo harán aunque nos empeñemos, pero corresponde a otros especialistas contarlo).

El principal cambio a nivel oral durante el embarazo es una mayor probabilidad de tener gingivitis, debido a la acción de las hormonas gestágenas. La gingivitis consiste en la inflamación de la encía alrededor de los dientes; puede haber sangrado ligero tras el cepillado. La incidencia aumenta a partir del segundo trimestre; si no se trata a nivel profesional, la inflamación aumentará a medida que progrese la gestación.

Para evitarlo se recomienda hacer una profilaxis oral durante el segundo trimestre de embarazo y mantener una correcta rutina de higiene (buen cepillado tras cada comida, con productos adecuados y limpieza interdental).

Otro cambio que puede ocasionar patología, es la frecuencia de ingesta de alimentos, que aumenta el riesgo de caries como explicamos en un artículo anterior, Debido a los cambios morfológicos, las embarazadas tienden a comer menos cantidades pero repartidas en más comidas a lo largo del día.

Aquellas embarazadas que sufran vómitos matutinos o hiperémesis gravídica tendrán aún más riesgo: los ácidos gástricos tienen facilidad para dañar el esmalte dental, avisadle a vuestro dentista si los estáis sufriendo.

Una de minibulos

“Los dientes de la madre pierden calcio porque el bebé tira de ellos para formar sus propios dientes

Rotundamente no. Los dientes temporales del bebé se forman a partir de la semana 14 de gestación; pero el calcio lo obtienen de la dieta materna al igual que el resto de nutrientes. Si la dieta fuera pobre en calcio, este se obtiene a expensas del almacenado en los huesos de la madre, el gran reservorio natural de este elemento, nunca de sus dientes.

“Durante el embarazo no te puedes tratar ninguna afección bucodental”

Tarjeta roja otra vez. Se suelen posponer los tratamientos estéticos por los cambios gingivales, y los ortodonticos debido al riesgo de gingivitis (aunque si te quedas embarazada teniendo ya la ortodoncia no pasa nada, hay que extremar la higiene), pero el resto de tratamientos son seguros. Únicamente se suele evitar el primer trimestre, por ser el momento en que se forman todos los sistemas morfológicos, y el último debido a que las pacientes no aguantan tanto tiempo sentadas. Pero si hay alguna patología urgente se trata sin demora (en la boca suelen ser patologías infecciosas, y es mayor riesgo tener una infección activa durante varias semanas que un tratamiento puntual).

“No te puedes hacer radiografías estando embarazada”

Tomando las debidas precauciones, y si la radiografía está indicada correctamente, sí. Los aparatos que usamos en clínica están calibrados para emitir la mínima radiación, y esta se enfoca hacia la zona a radiar. Se debe proteger la zona abdominal con un delantal plomado que no deja pasar la radiación. Así son totalmente seguras

*Daniela Pasccon, Odontóloga en Clínica Dental Cobeña, Madrid.

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