“Los padres no están aún concienciados con la salud bucal de sus hijos”
Guía de siete consejos prácticos para progenitores y menores. Los expertos explican que lo mejor es compartir el lavado de dientes con nuestros hijos
“Los padres aún no están suficientemente concienciados con la salud bucal de sus hijos y no son conscientes de la repercusión que la salud de los dientes de leche va a tener en relación con la salud bucodental futura”. La tajante afirmación es de Paola Beltri, presidenta de la Sociedad Española de Odontopediatría (SEOP). La expresó durante la presentación esta semana en Madrid del Manual Boquiabiertos de prevención y buenos hábitos en la higiene bucal de los más pequeños, un documento resultado del primer encuentro multidisciplinar de pediatras, odontopediatras, higienistas dentales y padres que tuvo lugar el pasado mes de junio en Madrid.
Los datos parecen darle la razón. En la última década la incidencia de la caries entre la infancia ha aumentado de forma considerable. Según los resultados de la última encuesta de salud oral en preescolares en España, un 17% de los niños de tres años tienen caries. Cifra que aumenta hasta el 26% a los cuatro años y se dispara hasta más del 36% entre los cinco y los seis años. “El mensaje que queremos trasladar con este manual es que la caries es una enfermedad 100% prevenible con buena información y buenos hábitos”, explicó Beltri.
El Manual Boquiabiertos surge de la colaboración entre la SEOP, Orbit pro y la comunidad de blogs de maternidad y paternidad Madresfera. Linda Rennings, responsable del programa Orbit pro, destacó durante el evento de puesta de largo de la guía la relevancia de esta acción para “concienciar de la importancia de la salud bucodental y ayudar a promover los buenos hábitos de higiene bucal entre los niños y las familias”.
Alinear mensajes
La prevención mencionada por Beltri, precisamente, es uno de los focos en los que centra su atención el manual, ya que los tratamientos bucodentales no están cubiertos por la seguridad social, de forma que esta es la medida “más barata, más eficaz y más sencilla”. Además de la prevención, en Boquiabiertos se destaca la importancia de la información, de la alimentación y de la colaboración entre todos los sectores sanitarios implicados. “Una de las conclusiones que hemos extraído haciendo este manual es que para promover los buenos hábitos es súper importante que haya una coherencia en los mensajes y que todos los profesionales vayan por el mismo camino”, explicó al respecto Linda Rennings.
Y en esa misma línea ahondó la presidenta de SEOP, que destacó el papel que deben jugar los pediatras a la hora de ofrecer medidas y consejos higiénicos a los progenitores y de derivar a los niños a la consulta del odontopediatra. El mensaje Paola Beltri lo recogió Amalia Arce, pediatra en el Hospital de Nens de Barcelona, que reconoció que los dientes “no suelen ser la prioridad en consulta pediátrica”. No obstante, Arce señaló que los pediatras cada vez están “más sensibilizados porque por desgracia cada día hay más patologías relacionadas con la dentición”.
En lo referente a la necesidad de que haya una coherencia de los mensajes, Beltri también destacó la incongruencia de que el Sistema Nacional de Salud siga fijando la primera revisión bucodental de los niños a los seis años de edad: “Muchos padres asocian ese mensaje con que antes de los seis años la salud bucodental no es un tema importante. Todo lo contrario. La primera visita debería ser antes del primer cumpleaños. Incluso lo ideal sería poder ver a las madres durante el embarazo, para explicarles hábitos y medidas higiénicas, porque están mucho más receptivas a la información”.
Para la odontopediatra, al final, se trata de un “problema de información”, por lo que destaca la importancia de estas acciones “para bajar a la calle y hacer llegar la información a padres y madres, sobre todo a las clases más desfavorecidas porque además son las que luego tienen más dificultades para acceder a tratamientos dentales”.
“Esperamos poner con este manual nuestro granito de arena para ir derribando mitos y para hacer mucho hincapié en mensajes muy claros, como que hay que visitar al odontopediatra antes del primer año de vida del bebé. Con eso ya adelantamos mucho, porque el odontopediatra ya puede empezar a ayudar y a informar a los padres”, añadió por su parte la portavoz de Orbit pro.
Recomendaciones para los padres
Durante la presentación del Manual Boquiabiertos las ponentes expusieron algunos de los consejos básicos de salud bucodental para padres que pueden encontrarse en la guía:
- Se recomienda visitar el odontopediatra para realizar una primera revisión dental antes del primer cumpleaños del niño. A partir de entonces, según Paola Beltri, lo ideal sería realizar un seguimiento como mínimo una vez al año, “pero mejor si es cada seis meses porque la boca de los niños cambia muy rápido”.
- Desde la erupción del primer diente hay que cepillar los dientes del bebé como mínimo dos veces al día.
- Para ello es recomendable utilizar cepillos con cerdas suaves, ya que estas cuidan el esmalte mucho mejor que las duras. Los cepillos hay que cambiarlos cada tres meses.
- Las pastas de dientes siempre con flúor, ya que como explicó la presidenta de la SEOP “sin flúor no hay protección contra la caries”. Desde la erupción del primer diente hay que utilizar una pasta con una concentración de 1000 partes por millón (ppm) de ión flúor. A partir de los 3 años se puede aumentar hasta 1450 ppm de flúor, que es la concentración que tienen las de adultos. ¿Y el miedo que tienen muchos padres a una intoxicación por flúor? “Hay mucho más riesgo de caries que de fluorosis”, respondió Lydia Almansa, auxiliar de odontología y experta en higiene dental, que recomendó, a la hora de comprar un dentífrico, “mirar los ppm y no las edades recomendadas, que no están actualizadas”.
- ¿Cuánta pasta poner en el cepillo? El tamaño de un granito de arroz desde la erupción del primer diente y el tamaño de un guisante a partir de los 3 años de edad.
- Las expertas recomendaron no mojar el cepillo con agua antes del cepillado, ni aclarar la boca con agua después, ya que de esa forma permitimos que el flúor remineralice los dientes de forma correcta.
- Lo ideal, a partir de los cinco años, es complementar el cepillado con un enjuague bucal con flúor. Sin embargo, y derribando otro mito y hábito muy instaurado, este no se debe llevar a cabo inmediatamente tras el cepillado, sino que hay que dejar un margen de tiempo. “Podemos lavar los dientes y después de leer los cuentos y antes de acostarnos, hacer el enjuague”, concluyó Beltri.
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