El sol, las temperaturas extremas, la humedad y los productos agresivos son los peores enemigos de quienes tienen la cabellera más seca. Lo que ocurre es que "la fibra capilar se reseca, se debilita y pierde la cohesión de la queratina superficial", explica Garnacho. Y si llevamos la melena teñida y es verano este cóctel se nota mucho más.
Para solucionar esta situación, la experta recomienda usar champús sin sulfatos —que hacen menos espuma porque tienen una menor cantidad de químicos— y acondicionador. "Mejor sin aclarado, que contenga óxido de zinc y sea libre de siliconas", detalla Garnacho, quien añade que también es bueno hidratar el cabello con mascarillas y aceites que contengan aceite de oliva, coco, argán o rosa mosqueta. En estos casos, tampoco es aconsejable el uso de planchas y otros productos que apliquen calor directamente al pelo, pero, si las usas, que sean iónicas y que permitan regular la temperatura. También es importante nunca pasarlas con el pelo mojado porque "se produce un efecto conocido como 'burbuja', que es que el agua hierve dentro del pelo y daña su estructura, convirtiéndolo en una especie de queso gruyer".
La dieta, una vez más, tiene su papel: la experta aconseja consumir "alimentos ricos en polifenoles como el aceite de oliva, el cacao, la salvia y la albahaca, unas sustancias que deben su buena fama a que son antioxidantes. También es recomendable recurrir a las almendras, que aportan el magnesio necesario para activar reacciones enzimáticas importantes para la salud del cabello", concluye la dermatóloga.