14 fotosSe acaba el agua del lago ChadLa inseguridad alimentaria, la violencia y el terrorismo ponen a prueba su capacidad hídrica y con ello la fuente de sustento para millones de personasEl PaísChad - 23 ene 2019 - 00:36CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceEl agua del lago Chad se acaba. Ha perdido el 90% de su superficie en 40 años: en 1994 tenía 25.000 kilómetros cuadrados, ahora poco más de 1.400, según datos de Naciones Unidas. La región sufre desde hace años las consecuencias de la larga campaña armada del grupo terrorista Boko Haram y desde entonces, su violencia se ha extendido también a los Estados vecinos que se asoman al lago, como Camerún, Chad y Níger, provocando cerca de 2,4 millones de desplazados. Además, la desertificación hace que la vida de la gente del lago sea aún más dramática e incierta. En la imagen, un grupo de mujeres ata el pescado para llevarlo a vender al mercado de Bol, en la isla de Iga, en la orilla del lago Chad.Cristina MastrandreaEl cambio climático, la intensificación del clima seco y árido y la reducción de las precipitaciones también han llevado a un incremento en el uso del agua de riego. La disminución del agua, el principal activo y motor de desarrollo económico y social del país, ha llevado a la destrucción de los medios de subsistencia y a la pérdida de la biodiversidad. En la imagen, varios niños sacan agua de un pozo en el campo de refugiados de Dar es Salam, gestionado por ACNUR, en Baga Sola.Cristina MastrandreaMás de siete millones de personas sufren inseguridad alimentaria y tienen dificultades para acceder a la comida, el agua, la educación y la salud y 500.000 niños padecen desnutrición severa, según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). En la imagen, un pescador saca un pez de la red cerca de la orilla del lago Chad en la isla de Iga.Cristina MastrandreaEn la imagen, un pescador al que los militares confundieron con un miliciano de Boko Haram y torturaron durante días colgado de las manos. La fragilidad de la población ha convertido la zona en terreno fértil para el reclutamiento de terroristas, pero también en una encrucijada de tráfico ilegal en las fronteras. El grupo yihadista ha aprovechado esta vulnerabilidad para reclutar a miles de agricultores y pescadores privados de sus medios de vida y para establecer bases en los centenares de islas que conforman el lago.Cristina MastrandreaEn la Conferencia de Berlín celebrada los días 3 y 4 de septiembre, participaron 70 países, ONG y agencias internacionales, y se asignaron 2.700 millones de dólares para invertir en los próximos años en toda la región del lago y combatir una crisis humanitaria de proporciones bíblicas que afecta a un total de casi 17 millones de personas. En la imagen, una niña se baña y se lava la ropa junto a la orilla del lago Chad.Cristina MastrandreaEl lago ya no puede garantizar la subsistencia de la población, debido en gran parte al creciente número de desplazados internos y de refugiados que llegan a sus orillas huyendo de los conflictos y de Boko Haram. En Chad hay unos 450.000 refugiados, de los que 3.400 son solicitantes de asilo y unos 163.000 desplazados internos (IDP International Displaced Persons) y retornados, chadianos que vuelven de otros países vecinos, según el informe de ACNUR (agosto de 2018). En la imagen una mujer enferma de sida en una unidad de enfermedades infecciosas de la zona.Cristina MastrandreaEn 2017, el Gobierno de Chad, con el apoyo de la sociedad civil y del UNFPA, estableció un centro multifuncional en Bol. El centro ofrece, entre otros, servicios integrados de salud sexual y reproductiva a personas vulnerables que huyen de las regiones afectadas por el terrorismo yihadista. Un grupo de mujeres y hombres cruza el lago en una piragua.Cristina MastrandreaUn pescador al que los militares confundieron con un miliciano de Boko Haram y torturaron durante días colgado de las manos, tendido en el suelo del hospital con una mano vendada e infectada. Una mosquitera lo protege de los insectos en el Hospital de Bol.Cristina MastrandreaUn grupo de niños en la madrasa, la escuela coránica en la que la educación se basa en el Corán y los textos islámicos.Cristina MastrandreaUna mujer en la asamblea de un pueblo en una isla situada a una hora de Bol en la que muchos excombatientes de Boko Haram arrepentidos han vuelto a su aldea.Cristina MastrandreaUn pescador en su piragua con las nasas al lado en la isla de Iga, junto a la orilla del lago Chad.Cristina MastrandreaUna niña de 15 años secuestrada por Boko Haram que logró escapar y refugiarse en el campamento de Dar es Salam, donde encontró a su madre. Los terroristas se deshicieron de su hijo ante sus ojos.Cristina MastrandreaUn niño aquejado de una forma grave de meningitis en la unidad de pediatría con su abuelo.Cristina MastrandreaEl ganado se desplaza junto a la orilla del lago.Cristina Mastrandrea