¿Qué es el dinero?
Me gustaría comenzar el nuevo año con una pregunta fundamental: ¿Qué es el dinero?
Es verdad que sabemos qué podemos hacer con dinero: podemos comprar comida sana, cenar en un restaurante elegante, viajar por el mundo, comprarnos un coche o un piso y hacer tantas otras cosas. Pero seguimos sin saber la propia naturaleza del dinero. ¿Qué es el dinero?
El primer intelectual que dio una respuesta acertada es Aristóteles quien, en su Ética Nicomáquea, dijo: "el dinero no existe por naturaleza sino por ley." Bernard Lietaer, experto mundial en monedas sociales, refinó esta definición, argumentando que es "el acuerdo dentro de una comunidad a usar algo como medio de intercambio" en su obra maestra El Futuro del Dinero. Vamos a extrapolar lo que significan estas palabras.
La emergencia de monedas sociales ha demostrado que la comunidad podría ser diferente al estado-nación
En estas definiciones se puede entender ley y acuerdo como sinónimos, o sea, ambos conceptos se refieren a un reglamento artificial que no es como la ley natural, que es inalterable (nadie puede saltar la Ley de Gravitación Universal, por ejemplo). Cualquier dinero nace como resultado de un consenso sobre la regla del juego alterable, lo que significa que siempre podemos cambiar la manera en que funciona el dinero. Por ejemplo, se abandonó el patrón oro porque su masa restringida era incapaz de adaptarse a la creciente demanda de la economía real, generando depresiones y chocando las actividades económicas. También llegó a aceptarse la transferencia bancaria como medio de pago al establecerse la confianza al sistema bancario, evitando la necesidad de transportar físicamente una gran cantidad de efectivo.
El segundo punto comunidad está relacionado con el colectivo de personas físicas y jurídicas comprometidas a aceptar este dinero. Mientras que los dineros tradicionales (peseta, peso mexicano, dólar estadounidense, libra esterlina, euro…) están o estuvieron basados en los colectivos nacionales, la emergencia de monedas sociales y otras criptomonedas nos ha demostrado que la comunidad = el ámbito del consenso monetario podría ser diferente al estado-nación. Los créditos en los clubes de trueque en Argentina eran sólo aceptados por los prosumidores que participaban en esos mercados mientras que las nuevas criptomonedas son sólo válidas dentro de cada grupo de personas que están de acuerdo con su uso, yendo más allá de las fronteras nacionales.
Pero también es muy importante resaltar la palabra algo, o sea la selección del medio de intercambio en sí es arbitraria. En la historia de la humanidad se han utilizado diferentes objetos (conchas, cigarrillos, sal, oro, plata, billetes, monedas en bronce, cheques…) y hoy en día se realizan también transacciones electrónicas (transferencia bancaria, tarjetas de crédito, paypal, Appel Pay…) donde lo único que se mueven son los saldos que existen sólo como datos almacenados en los ordenadores. De hecho, no es correcto que todos los efectivos son de papel o de metal, ya que algunos billetes son de polímero (Australia, Nueva Zelanda, Reino Unido y México, entre otros).
Esta definición revela la naturaleza del dinero actual: algo que tiene valor por consenso. Los billetes dejan de valer cuando van al exterior del país donde están considerados como dinero (por ejemplo, en España generalmente no se aceptan los billetes del yen japonés o del peso chileno porque el consenso de cada dinero se restringe a su respectivo país) y la mayoría de nuestro dinero, que está hoy en día almacenado como dato crudo en los ordenadores de los bancos, no tendría validez si desapareciera todo el software que descifra para explicarnos cuántos euros hay en cada cuenta bancaria.
Hemos visto que es el puro consenso humano que da valor al dinero, lo que nos lleva a preguntar a cuál consenso habría que llegar para construir un mundo más justo y sostenible. Necesitamos entender bien el mecanismo y el funcionamiento del dinero si queremos diseñarlo como medio para lograr una prosperidad equilibrada y duradera de la humanidad.
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