Pedro Pascal: "Almodóvar es uno de mis grandes iconos como director"
Recordamos al actor chileno, de sobra conocido por su papel en 'Narcos' o 'Juego de Tronos', que renovó la imagen de LOEWE SOLO hace un año
La carrera de Pedro Pascal (Santiago de Chile, 1975) se podría resumir en una palabra: constancia. O en dos: constancia y supervivencia. El chileno se pasó veinte años yendo de casting en casting para conseguir pequeños papeles en series. Y justo cuando empezaba a convencerse de que la actuación anónima también podría considerarse un éxito, le llegó ese papel en Juego de Tronos con el que dejaría de ser un simple aspirante a actor para convertirse en una auténtica estrella. Porque el arrollador príncipe Oberyn no consiguió salir con vida de Desembarco del Rey, pero Pedro Pascal se coló inmediatamente en Narcos bajo la personalidad del agente Peña y en la comedia de espías Kingsman: El círculo de oro como el agente Whisky.
Con cuarenta años, un bigote impecable y las cosas bien claras, Pedro Pascal también puede presumir de algo muy difícil: encontrar su propio aroma. El actor renueva otro año más como rostro de LOEWE SOLO, el perfume masculino de la firma de lujo española. "Me encantan los aromas. Yo creo que, aunque suene un poco cliché, al ser actor tengo que recurrir muchas veces a la memoria, a las emociones y a las sensaciones... Y muchas de las memorias o recuerdos más fuertes vienen por el aroma. Por otro lado, me encanta la marca y que tenga ese carácter tan español", confiesa el actor.
Nadie mejor que Pascal para encarar los valores que implica LOEWE SOLO. Un hombre que busca el equilibrio en todas sus decisiones, la armonía en las situaciones extremas de la vida de cotidiana. "Me gusta mucho el personaje que encarna el hombre SOLO. Estamos tan influenciados por lo que diga todo el mundo de nosotros, que alguien con una actitud tan firme ante la opinión de los demás me resulta muy inspirador", explica Pascal. Y así es como huele: intenso, fuerte y con carácter. Un perfume con notas cítricas, especiado y amanerado, con el sándalo, la guayaba y el mazapán entre sus notas contrapuestas.
Un hombre muy parecido al personaje al que le debe su actual vida. "Sin ninguna duda es muy Oberyn Martel. Yo creo que le encantaría. Él es un poco el caballero actual, pero de otra época o más bien de la ficción... Podría ser el hombre LOEWE SOLO", confiesa Pascal. ¿Y qué hay del resto de sus personajes? "Javier Peña fuma mucho, toma mucho café, está siempre angustiado... Y el Agente Whisky es demasiado gringo", bromea.
Pero en esta elección de la casa LOEWE por Pedro Pascal existen más vínculos en común de los que imaginamos. Hijo de padres chilenos -tuvieron que exiliarse durante la dictadura de Pinochet, primero en Dinamarca y después en Estados Unidos-, Pascal también tiene raices españolas. "Mi abuelo era vasco y mi abuela de Mallorca, y cuando era joven, hace 20 años, me fui a estudiar a Madrid y me enamoré de esa ciudad: la gente, el ambiente... la ciudad en sí me hizo tener ganas de quedarme para siempre", recuerda Pascal. "Una de las cosas más bonitas que me han pasado es saber que en España mis papeles en Juego de Tronos y en Narcos sean tan queridos. En realidad, estoy buscando la oportunidad de volver y quedarme".
Y es que Pascal también aceptaría con gusto ser chico Almodóvar. "Es uno de mis grandes iconos como director. Tenía como trece años cuando me llevaron al cine y vimos en el Orange Country de California Mujeres al borde de un ataque de nervios. Ahí entendí lo que se puede hacer con comedia", comenta el actor, que también siente predilección por Fellini y el cine clásico italiano, aunque le encantaría verse en un thriller. "Puede que el trabajo no sea tan entretenido o que no me acostumbrase a que me llenaran de sangre. La verdad es que no sé cuántas tomas hay que hacer para que estas escenas salgan bien, pero me encantaría sentarme y verme en una escena donde se construye mucha tensión y ser parte de esa experiencia".
Por el momento sigue labrando su carrera en Hollywood, visibilizando a los actores latinos en la complicada era Trump. "La gente en Norteamérica entiende de una manera muy limitada lo que es ser latino. No son capaces de asimilar la complejidad y diversidad del concepto. Todo lo meten en el mismo saco. Pero ahora he conseguido volver eso a mi favor. Me da la oportunidad de ser gringo, de hacer de europeo y también de latino, porque al fin y al cabo soy todas esas cosas".
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