El último cumpleaños de Akihito antes de abdicar
El emperador celebra sus 85 años a cuatro meses de ceder el trono a su hijo, el príncipe Naruhito y en medio de un debate sobre la necesidad de reformas legales que aseguren la continuidad de la familia real japonesa
El emperador Akihito de Japón celebró hoy su 85 cumpleaños, el último antes de su abdicación en 2019 y en el que hizo un llamamiento por la continuidad de la paz construida sobre el sacrificio de quienes fallecieron en la guerra. "Es importante no olvidar las incontables vidas que se perdieron en la Segunda Guerra Mundial y que la paz y la prosperidad del Japón de la posguerra se construyeron sobre numerosos sacrificios y esfuerzos incansables", dijo Akihito en una rueda de prensa celebrada tres días atrás en el palacio imperial y publicada hoy por su cumpleaños.
El emperador nipón llamó a transmitir la historia "con precisión" a las nuevas generaciones y dijo que en el ocaso de su reinado, le "reconforta profundamente que la era Heisei (la de su mandato) esté llegando a su final, libre de guerra en Japón". Akihito recordó la caída del muro de Berlín en 1989, primer año de su reinado, y cómo se erigió en símbolo del fin de la denominada Guerra Fría y trajo esperanzas de tiempos de paz mundial. "Los desarrollos globales posteriores no han ido necesariamente en la dirección que deseábamos. Me duele en el corazón que se hayan producido disputas étnicas y conflictos religiosos, se hayan perdido numerosas vidas por actos de terrorismo, y un gran número de refugiados sigan sufriendo dificultades hoy en el mundo", declaró.
El mensaje de hoy es el último que Akihito tiene previsto enviar al público en una rueda de prensa antes de abdicar el próximo 30 de abril de 2019 tras un reinado marcado por su pacifismo y su cercanía al pueblo nipón, algo que ha incomodado al Gobierno del primer ministro Shinzo Abe y a los sectores más conservadores del país. Aquejado de una frágil salud, Akihito abandonará el Trono del Crisantemo tras esperar casi tres años desde que planteó su deseo de renunciar, debido a las particularidades del encaje constitucional de la monarquía reinante más antigua del mundo. La renuncia será la primera abdicación en Japón en más de dos siglos.
La llovizna que caía hoy sobre Tokio no achantó a las decenas de miles de personas que aguardaron el saludo desde el balcón del palacio imperial que Akihito realiza con motivo de la efeméride y en el que estuvo acompañado por la emperatriz Michiko, el príncipe heredero Naruhito, su esposa Masako y otros miembros de la familia. A las seis de la mañana, unas cuatro horas antes del primer saludo al público, más de 200 personas guardaban cola para ver al emperador. Una septuagenaria de la fila explicó que había cogido el primer tren porque le hacía "ilusión verlo de cerca". En las horas posteriores los centenares se multiplicaron.
La multitud concentrada frente al balcón agitó banderas del país al grito de banzai (larga vida) mientras el emperador y su familia los saludaban desde las alturas en varias ocasiones. "Estoy encantado de haber recibido tal celebración por parte de tanta gente por mi cumpleaños", dijo el emperador a la multitud, a la que deseó que 2019 sea "un año brillante y bueno" para todos.
La de hoy fue la penúltima ocasión en la que Akihito se asomó de esta manera al pueblo nipón como jefe de Estado, mientras que la última se producirá en el tradicional saludo de Año Nuevo del 2 de enero, cuando se prevé que la aglomeración de público sea mayor. En su comparecencia mediática previa, Akihito agradeció emocionado la aceptación y el apoyo recibido por parte del pueblo. Sobre su abdicación, el todavía emperador dijo que desde que ascendió al trono se ha preguntado cuál es la mejor forma de desarrollar las funciones de "símbolo del Estado" que le otorga la Constitución, y que seguirá esforzándose en los meses que quedan.
El príncipe heredero Naruhito y su hermano, el príncipe Akishino, "han acumulado experiencia y creo que, mientras continúan con las tradiciones de la familia imperial, seguirán caminando su senda, a la par que la sociedad en continuo cambio", añadió Akihito, quien tampoco escatimó en elogios a la emperatriz Michiko, de la que dijo: "Siempre ha estado a mi lado, ha comprendido mis pensamientos y me ha apoyado en mi posición y deberes oficiales".
"Estoy realmente agradecido a la emperatriz –dijo Akihito–, que una vez fue una de esas personas (del pueblo), pero eligió caminar por este camino conmigo y durante más de sesenta largos años siguió prestando servicio con gran devoción a ambos, la familia imperial y el pueblo de Japón".
El emperador abandonará su cargo el próximo 30 de abril y al día siguiente su primogénito lo sucederá en un ritual a puerta cerrada. La ceremonia oficial de ascensión al trono del nuevo emperador se celebrará el 22 de octubre en un acto en el palacio imperial con la presencia de miles de invitados y delegaciones de todo el mundo.
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