_
_
_
_
Blogs / El Viajero
El viajero astuto
Por Isidoro Merino

Spitsbergen, la isla de los ‘inmortales’

En el archipiélago noruego de Svalbard hay más osos polares que personas

Glaciar en la isla de Spitsbergen, en el archipiélago noruego de Svalbard.
Glaciar en la isla de Spitsbergen, en el archipiélago noruego de Svalbard.Jarle Roessland (Visit Svalbard)
Isidoro Merino

Uno de los lugares más salvajes que quedan en Europa es Svalbard, un archipiélago bajo soberanía noruega con una población de algo más de dos mil almas de 40 nacionalidades diferentes que comparten territorio con tres mil osos polares (la ley exige ir armado con un rifle de gran calibre fuera de los núcleos urbanos por el riesgo de un encuentro con este peligroso e impredecible plantígrado, uno de los carnívoros terrestres más poderosos, de hasta dos metros y medio de altura y más de 700 kilos). En invierno el sol desaparece por completo desde el 26 de octubre hasta el 16 de febrero. Y está prohibido morirse.

Longyearbyen, donde transcurre la trama del thriller ártico Fortitude, se encuentra situada en la isla principal, Spitsbergen, a unos 1.500 kilómetros del Polo Norte, lo que la convierte en la ciudad poblada más septentrional del planeta.
Longyearbyen, donde transcurre la trama del thriller ártico Fortitude, se encuentra situada en la isla principal, Spitsbergen, a unos 1.500 kilómetros del Polo Norte, lo que la convierte en la ciudad poblada más septentrional del planeta.Rimante Hegland (Getty)

Longyearbyen, capital del archipiélago, donde transcurre la trama del thriller ártico Fortitude (aunque está rodado en Islandia), se encuentra situada en la isla principal, Spitsbergen, a unos 1.500 kilómetros del Polo Norte, lo que la convierte en la ciudad poblada más septentrional del planeta. Fue fundada en 1906 por el empresario estadounidense John Munro Longyear, propietario de la Artic Coal Company.

Una tienda de armas y ropa deportiva en Longyearbyen, la capital del archipiélago.
Una tienda de armas y ropa deportiva en Longyearbyen, la capital del archipiélago.LP Lorentz (Visit Svalbard)

Esta antigua explotación minera es hoy una localidad del tamaño de Ávila, con casas de madera pintadas de colores y temperaturas que en invierno descienden hasta los 40 grados bajo cero. También hay varios hoteles y cafés, además de restaurantes japoneses, tailandeses o italianos.

Entrada de la Bóveda de Semillas de Svalbard (Svalbard Global Seed Vault) en Longyearbyen, donde se custodian semillas de más de 5.000 especies diferentes de plantas de cultivo.
Entrada de la Bóveda de Semillas de Svalbard (Svalbard Global Seed Vault) en Longyearbyen, donde se custodian semillas de más de 5.000 especies diferentes de plantas de cultivo.Heiko Junge (Getty Images)

La bóveda del fin del mundo

Cerca del aeropuerto de Longyearbyen se encuentra la Bóveda de Semillas de Svalbard (Svalbard Global Seed Vault), también conocida como Bóveda del Fin del Mundo, donde se guarda una copia de seguridad de más de 5.000 especies diferentes de plantas de cultivo procedentes de todo el mundo, para conservar su diversidad genética y garantizar la supervivencia de la humanidad en caso de catástrofe o a causa del cambio climático. Esta especie de Arca de Noé vegetal es una enorme estructura subterránea, a prueba de bombas atómicas y terremotos, donde las simientes se guardan en cámaras a 18 grados bajo cero en el interior de una montaña helada.

En en el pequeño cementerio de Longyearbyen no se entierra a nadie por ley desde hace más de 70 años.
En en el pequeño cementerio de Longyearbyen no se entierra a nadie por ley desde hace más de 70 años.Simon Dubreuil - Dataichi (Getty)

¿Muertos? No gracias

En las afueras de Longyearbyen también existe un pequeño cementerio donde hace más de 70 años que no se entierra a nadie. ¿La causa? El permafrost: la tierra perpetuamente helada donde nada se pudre, que mantiene intactos los cuerpos. En Svalbard no hay servicios sociales (aunque sí un hospital) para personas mayores, y si alguien enferma de gravedad es enviado inmediatamente en avión al continente. Los pocos que fallecen en las islas también son trasladados a tierra firme.

Glaciar de Nordenskjold, en la isla de Spitsbergen.
Glaciar de Nordenskjold, en la isla de Spitsbergen.Jarle Roessland (Visit Svalbard)

Una de las razones para vetar las inhumaciones en el archipiélago es el riesgo de que los agentes infecciosos puedan permanecer en estado latente en el permafrost y resucitar dentro de años o de siglos, como ocurre en las franjas norteñas de Siberia, Canadá y Groenlandia que se están derritiendo por el calentamiento global. Investigadores del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) encontraron en junio de 2015 ADN de virus hasta ahora desconocidos en lagos de Svalbard, y ese mismo año se descubría un virus de 30.000 años atrapado en el hielo siberiano. En 1999 se pudieron extraer muestras del virus de la llamada gripe española, que mató a 40 millones de personas después de la Primera Guerra Mundial, de seis cuerpos que habían sido enterrados en las Svalbard en octubre de 1918.

Los rusos mantienen desde 1932 una explotación de carbón en Barentsburg, un pueblo minero que cuenta con administración propia y aún conserva un busto de Lenin y símbolos de la antigua URSS.
Los rusos mantienen desde 1932 una explotación de carbón en Barentsburg, un pueblo minero que cuenta con administración propia y aún conserva un busto de Lenin y símbolos de la antigua URSS.Marcela Cárdenas-Nordnorge

Lenin en Barentsburg

Antes de la llegada del navegante holandés Willem Barents, en 1596, nadie vivía en las islas Svalbard. En el siglo XVII comenzaron a ser explotadas por balleneros y tramperos. En 1920, tras la Primera Guerra Mundial, se firmó el tratado de Svalbard que reconoce la soberanía noruega y permite a cualquiera de los 40 países firmantes del pacto, entre ellos España, establecer actividades comerciales y explotar los recursos del archipiélago, siempre y cuando respeten las leyes noruegas y la autoridad del gobernador de la isla, nombrado por Oslo por periodos de tres años.

Pyramiden, un antiguo asentamiento minero soviético convertido en pueblo fantasma.
Pyramiden, un antiguo asentamiento minero soviético convertido en pueblo fantasma.Marcela Cárdenas-Nordnorge

Los rusos mantienen desde 1932 una explotación de carbón en Barentsburg, un decadente pueblo minero de barracas, grúas oxidadas y maquinaria en desuso que cuenta con administración propia y aún conserva un busto de Lenin, edificios de arquitectura soviética y símbolos de la antigua URSS. En su época de esplendor, Barentsburg llegó a contar con más de 2.000 habitantes; hoy viven allí menos de 500 personas, en su mayoría rusos y ucranianos. Arktikugol, la sociedad estatal rusa que explotó sus recursos durante más de medio siglo, está intentando reconvertir esta ciudad minera en declive en un destino de turismo de aventura.

Fantasmas de la URSS

De Longyearbyen parten en verano rutas de senderismo bajo el sol de medianoche y excursiones en barco o moto de nieve hasta Pyramiden, un antiguo asentamiento soviético convertido en pueblo fantasma, o a lugares como Isfjord Radio, una remota estación meteorológica y puesto de comunicaciones de la Guerra Fría que ha sido transformado en hotel de 22 habitaciones para amantes de la soledad, la lejanía y los paisajes blancos.

Isfjord Radio, una antigua estación meteorológica en Spitsbergen convertida en hotel.
Isfjord Radio, una antigua estación meteorológica en Spitsbergen convertida en hotel.Kirsit Ikonen

De febrero a mayo ofrecen estancias con pensión completa y safaris árticos desde 393 euros por persona y noche. La única forma de llegar hasta allí es en moto de nieve.

Viajes El País y B the travel brand organizan un crucero de siete noches en velero por las islas Svalbard en compañía de Paco Nadal.
Viajes El País y B the travel brand organizan un crucero de siete noches en velero por las islas Svalbard en compañía de Paco Nadal.

Viajes El País y B the travel brand organizan un crucero de siete noches en velero por las islas Svalbard en compañía de Paco Nadal. El viaje, con una duración total de 10 días, cuesta 3.790 euros por persona e incluye los vuelos con Norwegian, alojamiento en Oslo y pensión completa durante la travesía. Única salida: el 12 de abril de 2019.

De junio a septiembre, el buque polar Plancius circunvala el archipiélago en viajes de una semana, con salida y llegada en Longyearbyen. El Plancius navega hasta el Raudfjord, en la costa oeste de Spitsbergen, dominado por espectaculares glaciares y habitado por miles de focas oceladas y aves marinas, y llega hasta Phippsoya, el punto más septentrional del archipiélago, a 540 millas del Polo Norte geográfico. Desde 3.150 euros (más los vuelos) en la agencia Tierras Polares.

Trineos de perros en la isla de Spitsbergen.
Trineos de perros en la isla de Spitsbergen.Marcela Cárdenas-Nordnorge

Las aerolíneas Norwegian   y SAS   vuelan, vía Oslo y Tromso, al aeropuerto de Longyearbyen-Svalbard. Un billete de ida y vuelta entre Oslo y Svalbard (dos horas y media de vuelo) con Norwegian cuesta desde unos 197 euros.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Isidoro Merino
Redactor del diario EL PAÍS especializado en viajes y turismo. Ha desarrollado casi toda su carrera en el suplemento El Viajero. Antes colaboró como fotógrafo y redactor en Tentaciones, Diario 16, Cambio 16 y diversas revistas de viaje. Autor del libro Mil maneras estúpidas de morir por culpa de un animal (Planeta) y del blog El viajero astuto.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_