_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La hidra de Vox

España ha dejado de ser excepcional por la derecha, pero lo sigue siendo por la izquierda

Víctor Lapuente
El líder de Vox, Santiago Abascal, durante una rueda de prensa.
El líder de Vox, Santiago Abascal, durante una rueda de prensa.Luca Piergiovanni (EFE)

Cuando acudíamos a un congreso internacional, los politólogos españoles metíamos en la maleta una respuesta para la inevitable pregunta de nuestros colegas: ¿por qué no tenéis ultraderecha en España? Tras una dura crisis económica, sufrís una importante desigualdad. Tras una oleada de casos de corrupción, sois de los europeos que más desconfían de sus políticos. Además, pocas sociedades han recibido más inmigrantes en los últimos 20 años. Si un país “debiera” tener un partido de extrema derecha exitoso es España.

Más información
La extrema derecha emerge en Andalucía: Vox obtiene 12 diputados
Tribuna | Las voces de la ira; por D. Innerarity
Opinión | Vox y la identidad vulnerable; por B. Barreiro

Los politólogos españoles no sabíamos qué contestar. Fabricábamos hipótesis de todas las formas y colores. Algunas más deprimentes, del tipo: “Bueno, es que el recuerdo de la dictadura de Franco está todavía muy vivo”. Otras más animosas: “Los españoles somos uno de los pueblos más tolerantes del planeta, tal y como indican las actitudes hacia los extranjeros o la comunidad LGTB”.

Ya no tendremos que especular más. Tras la irrupción de Vox en las elecciones andaluzas, España ha dejado de ser excepcional por la derecha, pero lo sigue siendo por la izquierda. En las democracias liberales hay muchos partidos como Vox, pero pocos como Podemos.

La izquierda alternativa en Europa ha sido superada por el nacionalpopulismo gracias a una estrategia errónea. Han insistido durante años en la misma táctica suicida que ahora proponen los dirigentes de Podemos: la activación de un movimiento “antifascista”. Manifestaciones, cordones sanitarios, boicoteos a los actos políticos de la derecha populista, y un largo etcétera de acciones reactivas que, como era de esperar, permiten a los líderes de la ultraderecha manejar la agenda política. En todo el continente, tanto la izquierda poscomunista como el resto de partidos tradicionales han desgastado más energías enfrentándose a los dirigentes de extrema derecha que dialogando con sus potenciales votantes.

Los nacionalpopulismos, como Vox, son la mitológica hidra de Lerna, la monstruosa serpiente policéfala a la que, si le cortaban una cabeza, le salían dos más. Si les atacamos directamente —acusándolos de fascistas, xenófobos, homófobos o haber lanzado una “cruzada contra las mujeres”— les reforzamos. Sus potenciales simpatizantes perciben esos calificativos como una prueba más de la arrogancia de las élites políticas.

Así la hidra conquistó Europa. Y ahora ha llegado a España.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_