Quim Torra, president de los escraches
Los alborotos de los escuadristas de los CDR castigan con tino, sin necesidad de apelar al poder judicial (ya se sabe que siempre es franquista), a todo disidente de la causa nacional
Qué delicia, los pacíficos muchachos de los CDR (Comités de Defensa de la República) arreando a manifestantes españolistas y polis de toda laya. Qué pena que los mossos del conseller Miquel Buch obstaculicen su benéfica tarea. Qué glorioso el president Quim Torra llamándole al orden, a que depure a quienes aporrearon a los escuadristas. Cataluña no necesita policía. Bastan los CDR.
La benemérita actuación de limpieza étnico-política de estos no se limita a los consuetudinarios cortes de autopistas, entrañablemente inaugurados el 3 de octubre de 2017 para celebrar el éxito de aquel estupendo referéndum, sabor Crimea. Se desparrama en otras misericordiosas actuaciones micro.
Las preferibles son los escraches. Castigan con tino, sin necesidad de apelar a ningún poder judicial (ya se sabe que siempre es franquista), a todo disidente o dudoso de la causa nacional, al grito de “la calle es nuestra”. ¿De quién, si no?
Las sedes de los traidores partidos constitucionalistas han merecido una cincuentena de sus escraches, y los que merecerán si no se corrigen. Alguna mossa, Núria Oliva, lava la vergüenza colaboracionista del cuerpo participando en el ataque al local de la alianza prosocialista de La Seu (21-5).
Pero lo más purificador es denunciar al infiltrado. ¿Cómo? Asediando las sedes de Esquerra y PDeCAT (2-8 y 19-10), y sus guardeses botiflers al grito liberal de “el pueblo manda, el Govern obedece”. Y claro, a ese presunto juez, Pablo Llarena, tras su cena en el Cou-Cou de la villa ampurdanesa de Mont-ràs (28-7), o por mantener su domicilio de Sant Cugat (14-11), al fin higienizado con pintura del color que merecen los judíos. Igual que a Manuel Valls (13-11 y 4-12), que le den, por republicano francés. O al Rey por seguir siendo monárquico en Girona (28-6), o a las familias de polis sospechosos en Calella (4-10)...
Honor y gloria a Quim Torra por la parte que le toca, que es toda. Pues enardece a los puristas cedeerres: “Apretad, hacéis bien en apretar” (1-10). Les incentiva, contra sus inicuos policías. Felicidades, porque como el venerable Jordi Pujol, a todo antepone la famiglia, y la complacencia familiar: “Mi hijo vota la CUP, mi hija está en un CDR, mi familia está muy comprometida con el país y estoy muy orgulloso de ello” (4-6, a TV3).
Fuera Mossos, fuera Buch, fuera Valls, fuera Esquerra. Larga vida a Torra, el honorable president de los escraches. Y a sufamilia, que tanto y tan acertadamente le inspira y conforta.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.