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Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez
Día Internacional de las Personas Sin Hogar

Mujeres triplemente vulnerables

Las mujeres sin hogar son invisibles por estar sin hogar, por ser mujer y por ser objeto de violencia por su género

Daniel Lobo

Es curioso que en el calendario de noviembre haya dos días tan señalados, que además son consecutivos, y que, sin embargo, cueste tanto relacionar. Esas dos fechas son el 25 de noviembre, Día Internacional contra las Violencias hacia la Mujeres, y el 26 de noviembre, Día de las Personas Sin Hogar. Tampoco es extraño porque, entre los prejuicios y estereotipos que existen sobre las personas sin hogar, uno de los que más pesa es que es una realidad muy masculina, lo que ha relegado a las mujeres sin hogar a una situación de invisibilidad enorme. Esta visión se ha traducido en que habitualmente el sinhogarismo se haya estudiado, explicado, comprendido e intervenido desde una visión androcéntrica, sin tener en cuenta la perspectiva de género.

Afortunadamente, cada vez existen más investigaciones y proyectos de intervención que ponen el foco en las mujeres sin hogar y en la relación que existe (como causa o consecuencia) entre las violencias estructurales contras las mujeres y el riesgo de vivir una situación de vulnerabilidad extrema, como es el sinhogarismo. Entendiéndolo, no solo como estar en situación de calle o pernoctando en un albergue, sino como un abanico mucho más amplio de situaciones de exclusión residencial. Y es ahí cuando vemos cómo el estereotipo cae sobre su propio peso, ya que vemos que es una realidad que afecta tanto a hombres como a mujeres, pero que sus estrategias para afrontarla son diferentes, al igual que los factores de vulnerabilidad que les afectan. Según un informe de FEANTSA (European Federation of National Organisations Working with the Homeless). “Si bien el sinhogarismo es a menudo percibido como que afecta principalmente a los hombres, la investigación ha demostrado que la forma típica de sinhogarismo entre las mujeres parece ser el sinhogarismo oculto", se explica en este informe."La mayoría de las personas que duermen en la calle son hombres, mientras que las mujeres tienen más probabilidades de tratar de encontrar otras estrategias para evitar terminar en la calle, incluyendo su estancia en casas de amigos y familia o soportar situaciones inaceptables de violencia doméstica”.

Las mujeres sin hogar son especialmente vulnerables a sufrir muchos tipos de violencias, solo por el hecho de ser mujeres. Pero no solo en el momento en el que viven una situación de sinhogarismo, sino que estas violencias son una constante. Ya en 2001 M.ª Isabel Herrero Fernández realizó un estudio con 42 mujeres sin hogar usuarias de Asociación Realidades. Entre los resultados, destacaba que un 75 % de las mujeres entrevistadas, habían sufrido malos tratos y/o abusos sexuales antes de estar en situación de calle. A lo largo de su infancia y su adolescencia. De ellas, un 58 % continuaron sufriendo malos tratos cuando pasaron a vivir en la calle. En el estudio, Herrero también señala que “las consecuencias de estos malos tratos sobre estas mujeres sitúan al maltrato como una condición de riesgo que aumenta la vulnerabilidad”. Investigaciones más recientes centradas en las mujeres sin hogar, también desde una perspectiva longitudinal de sus procesos vitales, como la realizada por Sonia Panadero en 2016, con una muestra de 138 mujeres, arroja datos muy duros que demuestran que la violencia es una constante en el recorrido vital de un porcentaje muy alto de las mujeres que están sin hogar. Por ejemplo, de las 138 mujeres que participaron en la investigación, el 42 % había sufrido malos tratos y el 28 % había sido objeto de abusos sexuales durante la infancia y la adolescencia. Otro dato que hay que destacar es que el 56 % de las mujeres había sufrido malos tratos por parte de su pareja a lo largo de su vida y, de ese 56 %, en el 22 % de los casos había sido en situación de sin hogar.

Además, la situación de mayor vulnerabilidad de las mujeres, queda constatada si tenemos en cuenta que casi la mitad de las mujeres entrevistadas había intentado suicidarse, el 32 % de ellas estando sin hogar. Las situaciones de violencia hacia las mujeres dentro de los hogares siguen muy silenciadas y ocultas, ya que un porcentaje alto de los casos las mujeres habían sufrido las violencias antes de estar sin hogar. Tal y como lo denominó Herrero en su investigación, podemos hablar de una triple invisibilidad de las mujeres sin hogar “por estar en situación de sin hogar, ser mujer y por sufrir violencia de género”.

Ante estos datos tan alarmantes, que comienzan a salir a flote gracias a estudios e investigaciones, no solo están reaccionando los y las profesionales de la intervención –donde se están incorporando líneas de actuación y proyectos con perspectiva de género–, sino que, con el auge del movimiento feminista, muchas mujeres sin hogar están alzando la voz para denunciar las violencias de las que son objeto y apelan a la solidaridad y a la sororidad para acabar con ellas. Un ejemplo de ello es la iniciativa de un conjunto de mujeres sin hogar participantes en Asociación Realidades que ha creado una canción de rap para denunciar precisamente esas violencias: “hemos hecho esta canción, desde nuestros recorridos vitales, para hacernos visibles, para denunciar las violencias machistas a las que hemos tenido que enfrentarnos estando sin hogar. Somos conscientes de que lo que nos afecta a nosotras, afecta a todas las mujeres. Por eso nuestra canción se llama 100 xCientas”, relatan. Precisamente el estribillo de la canción hace referencia a la necesidad de acabar con el machismo “en la calle y en las casas”. El hecho de haber sido objeto de violencias y malos tratos es, sin duda, un factor que aumenta la vulnerabilidad de las mujeres y las probabilidades de vivir una situación de sinhogarismo. Tal y como señala Herrero en su estudio “esto es importante de cara a plantear que el fenómeno del que hablamos y que afecta a las mujeres sin hogar, no las afecta solo porque sean mujeres sin hogar sino porque son mujeres”.

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