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Los países que discriminan por género registran más muertes de niñas a edades tempranas

Para disminuir la mortalidad infantil, las políticas deben situar el foco más allá del desarrollo económico para reducir la desigualdad de género mediante el cuidado de la salud, la educación, la higiene laboral y el empoderamiento político

Una madre con su hija malnutrida en el hospital Al-Mudhafar de Taez (Yemen).
Una madre con su hija malnutrida en el hospital Al-Mudhafar de Taez (Yemen). MARZOOQ AL-JABIRY (AFP)
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El número de niños que mueren antes de los cinco años es alarmante. Si bien la tasa de mortalidad infantil varía a lo largo del planeta, 5,9 millones de niños en esa franja de edad fallecieron en 2015. Más de la mitad de estas muertes tempranas se debieron a enfermedades evitables y a dolencias que se podían tratar, como la diarrea y la desnutrición. Esto significa que los fallecimientos son causados por la desigualdad socioeconómica y, en consecuencia, por la dificultad para acceder a una atención médica asequible.

En un nuevo estudio, hemos analizado los datos de 194 países y hemos llegado a la conclusión de que la tasa de desigualdad de género de un país está relacionada con una mayor cifra de mortalidad infantil en el que las niñas se ven mucho más afectadas, especialmente en los países con un nivel de ingresos medio-bajo.

A escala mundial, los niños tienen mayor riesgo de morir antes de los cinco años si han nacido en zonas rurales, si proceden de hogares pobres y si la madre no pudo acceder a la educación básica. El género tiene un mayor impacto en el acceso al empoderamiento social, que a su vez interfiere en los procesos de toma de decisiones y en la distribución de recursos en los hogares. En algunos países, las vidas de mujeres y hombres no tienen el mismo valor.

Por cada 107 niños que vienen al mundo, nacen 100 niñas. Los varones experimentan una mayor mortalidad en la infancia temprana, dato que ha sido relacionado con una mayor predisposición biológica en los niños a sufrir enfermedades. Por ejemplo, las niñas son menos propensas a padecer dolencias perinatales, anomalías congénitas y enfermedades infecciosas.

En 2015, 5,9 millones de niños fallecieron antes de cumplir los cinco años. Más de la mitad de estas muertes tempranas se debieron a enfermedades evitables y a dolencias que se podían tratar

En 2015, murió una media de 120 niños menores de cinco años por cada 100 niñas. Ese año la mortalidad infantil antes de dicha edad era mayor en los niños en todos los países del mundo a excepción de Tonga e India, donde fallecieron 81 y 94 niños por cada 100 niñas, respectivamente.

La mayor mortalidad en niños menores de cinco años comparada con la de las niñas fue registrada en Mongolia (148 niños por 100 niñas), Turkmenistán (144) y Vietnam (140). Se comprobó que el número de muertes de varones comparado con el de hembras era mayor en países con un nivel de ingresos alto y medio-alto, aunque no existía un patrón común a todo el mundo. El mapa situado a continuación divide los países en cuatro grupos de acuerdo con la tasa de mortalidad por sexos antes de los cinco años. El verde más claro indica los países en los que murieron 117 niños o menos por cada 100 niñas, mientras que el verde oscuro muestra los países en los que perecieron 124 niños o más por cada 100 niñas.

La tasa de mortalidad por sexo en menores de cinco años por cada 1.000 nacimientos, elaborada a partir de los datos de Unicef de 2015.
La tasa de mortalidad por sexo en menores de cinco años por cada 1.000 nacimientos, elaborada a partir de los datos de Unicef de 2015.

Localizando la desigualdad de género

Nuestro estudio comparó los datos de mortalidad en menores de cinco años con un índice global de desigualdad de género publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. El Índice de desigualdad de género mide estas diferencias fijándose en tres características propias del desarrollo humano: la salud reproductiva, el empoderamiento y la situación económica. El índice refleja el coste del desarrollo en la desigualdad de género, que ha sido asociada a una mayor mortalidad infantil. Esto puede tener su explicación si acudimos a factores culturales, sociales y económicos tales como la riqueza de un país y el acceso a la atención médica.

En el gráfico situado a continuación, presentamos la tasa de mortalidad en niños (puntos verdes) y en niñas (puntos azules) menores de cinco años, frente al Índice de desigualdad de género. Se demuestra cómo, en general, la mortalidad aumenta en aquellos países en los que la desigualdad de género es mayor, como Yemen y Tonga, situados en la parte derecha del gráfico. Sin embargo, apreciamos que algunos países tienen mayores diferencias entre la mortalidad de chicos y de chicas comparados con otros.

La relación entre el Índice de desigualdad de género, en el eje X, y la tasa de mortalidad masculina (verde) y femenina (azul) entre menores de cinco años, en el eje Y, por países en todo el mundo.
La relación entre el Índice de desigualdad de género, en el eje X, y la tasa de mortalidad masculina (verde) y femenina (azul) entre menores de cinco años, en el eje Y, por países en todo el mundo.

Las niñas se encuentran en un riesgo más elevado

Nuestro análisis muestra también que la desigualdad de género de un país está relacionada con las desproporcionadas tasas de mortalidad de niñas menores de cinco años, comparadas con las de niños. Es decir, cuanto más alto es el Índice de desigualdad de género, más baja es la mortalidad por sexo en menores de cinco años, lo que implica que fallecieron menos niños que niñas.

En el siguiente gráfico, el eje horizontal representa la desigualdad de género (con países más igualitarios en la parte izquierda) y el eje vertical muestra la comparación de la tasa de mortalidad entre niños y niñas menores de cinco años (donde 1,2 es la media: 120 muertes de niños por cada 100 de niñas). Cada punto constituye un país, lo que demuestra que en países con un nivel de ingresos mediano y bajo (la nube de puntos de color azul claro y verde pálido), una desigualdad de género más elevada está relacionada con una menor mortalidad en niños por cada 100 niñas.

La relación entre el Índice de desigualdad de género, en el eje X, y la tasa de mortalidad masculina y femenina en menores de cinco años, en el eje Y, por países en todo el mundo.
La relación entre el Índice de desigualdad de género, en el eje X, y la tasa de mortalidad masculina y femenina en menores de cinco años, en el eje Y, por países en todo el mundo.

Dadas las características específicas del diseño de nuestro estudio, no fuimos capaces de aseverar que las muertes de niñas menores de cinco años sean consecuencia de la desigualdad de género en cada país. Pueden existir factores adicionales que influyan en la relación que establecimos.

Sin embargo, la desigualdad de género puede aumentar la probabilidad de supervivencia de un niño más allá de los cinco años comparado con una niña. Esto se debe al impacto de la desigualdad en las madres. La desnutrición materna, la exposición a la violencia y la dificultad en el acceso a la educación pueden hacer que los niños y las niñas tengan peor salud, que podría tener su origen en una mayor propensión a sufrir enfermedades contagiosas, como infecciones de las vías respiratorias, o a complicaciones en el parto, así como al limitado acceso a la medicina preventiva.

Con el fin de disminuir la mortalidad infantil en general, las políticas deberían situar el foco más allá del desarrollo económico para reducir la desigualdad de género mediante una serie de puntos, entre los que se encuentran el cuidado de la salud, la educación, la higiene laboral y el empoderamiento político. Hasta que no se aborden estos temas, no se reducirán los efectos perjudiciales de la desigualdad de género entre generaciones, que conduce a una alta mortalidad de niños y, especialmente, de niñas.

Valentina Gallo es profesora de Epidemiología en la Universidad Queen Mary de Londres.

Artículo traducido gracias a la colaboración de Fundación Lilly y publicado originalmente en The Conversation.

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