Un nuevo sistema para tratar la depresión materna
Sudáfrica acaba de incorporar al sistema de salud la atención psicosocial a los controles rutinarios de las embarazadas. Un tercio de las mujeres sufren trastornos perinatales en el país
La ansiedad y la depresión son dos condiciones que en muchas ocasiones acompañan al embarazo y parto y que son tan importantes como cualquier examen físico. Cada vez más países son conscientes de la salud mental perinatal (antes y después del alumbramiento) y uno de los que acaba de incorporar un nuevo sistema de atención a las mujeres es Sudáfrica. Hace solo un mes, la región de Cabo Oriental de ese país incorporó la atención psicológica a las embarazadas durante los controles rutinarios. La depresión y la ansiedad maternas afectan aproximadamente a un tercio de las mujeres de Sudáfrica, según datos oficiales.
La doctora Simone Honikman está al frente de este proyecto que existe desde 2002, pero que solo ahora se ha incorporado de forma oficial al protocolo habitual: “Nuestra herramienta es breve y fácil de usar”. El sistema consiste en un cuestionario estándar que enfermeras, matronas o asesores realizan en la primera visita prenatal, disponible en los cuatro idiomas hablados por la mayoría de las beneficiarias del proyecto: inglés, afrikáans, xhosa y francés.
Anusha Lachman es psiquiatra infantil de la Universidad de Stellenbosch: "La depresión materna afecta aproximadamente a un 10% de las mujeres embarazadas a nivel mundial, cifra que asciende al triple en África. Las razones son claras: la situación socioeconómica, los altos niveles de violencia doméstica, el abuso de sustancias y la falta de apoyo". Liesl Hermanus, otra de las profesionales implicadas en el proyecto añade: "Vemos pacientes cuyos cónyuges han sido asesinados en tiroteos, que han sido diagnosticadas con VIH, que están desempleadas, que lidian con el abuso de sustancias o la violencia en el hogar, así como adolescentes a las que han echado de casa".
Sharmaine Miller, una funcionaria sanitaria que trabaja en la unidad de maternidad desde hace 29 años, conduce los exámenes de salud mental, mientras que Hermanus se ocupa del asesoramiento. "Las enfermeras nos han brindado su apoyo incondicional, y nos avisan cuando identifican a pacientes vulnerables, como una madre que llora mucho en la sala de parto", comenta Miller. Hermanus trabaja en la unidad ginecológica desde hace ocho años. Suele tratar a las pacientes en su oficina, donde su energía, su organización y un cesto lleno de juguetes hacen que las mujeres se sientan seguras. "Hago mucha escucha y explico la importancia de tocar y hablar con los bebés. Cuando el embarazo está más avanzado, veo que las pacientes comienzan a sentirse mejor y se emocionan con sus pequeños”, señala.
Vemos pacientes cuyos cónyuges han sido asesinados en tiroteos, que han sido diagnosticadas con VIH, que están desempleadas, que lidian con el abuso de sustancias o la violencia en el hogar
Desde su creación, este sistema ha evaluado a más de 37.000 mujeres y asesorado a casi 7.000 madres. Miller examina diariamente cerca de 15 mujeres embarazadas, y les brinda consejos prácticos que van desde técnicas de lactancia materna hasta cómo solicitar ayudas económicas cuando no tienen suficiente dinero para comida, y mucho menos para pañales. Entre dichas mujeres, una asegura que estaba tan desesperada que pensó en quitarse la vida: “Me siento mejor cuando hablo con ella, siempre está activa, viendo el lado positivo. Estoy aquí y estoy bien porque sé que te tengo de mi lado. Estoy muy orgullosa de ser mamá".
El proyecto también capacita a enfermeras y profesionales de la salud de toda África para que respeten y atiendan a las mujeres antes y después del parto. Uno de sus programas, por ejemplo, enseña a pacientes y a trabajadores sanitarios a ponerse en el lugar del otro a través de juegos de roles. Honikman asegura que ayuda a aumentar la empatía y el respeto entre el personal y sus pacientes, lo cual es crucial para la evaluación psicológica.
Cassey Chambers, gerente de operaciones de la ONG South African Depression and Anxiety Group, apunta que es común recibir llamadas de madres abrumadas meses después del nacimiento de sus hijos. “Están estresadas, deprimidas y angustiadas. Muchas piensan que no tienen contención, y tienen miedo de hablar con alguien y que piensen que son malas madres", explica. "Todo el mundo piensa que tener un bebé es lo mejor que te puede pasar, pero nadie dice que también es un momento estresante, solitario y aterrador", apunta Chambers.
Claire Keeton es periodista de The Sunday Times.
Este reportaje pertenece a la iniciativa Repensar la salud, que agrupa a cinco grandes cabeceras para publicar temas sobre salud global.
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