23 fotosMigrantes y refugiados en Bosnia, la nueva puerta de entrada en los Balcanes hacia la UELa mayoría de las 2.500 personas que han quedado varadas en el país malviven cerca de la frontera con CroaciaEl País14 oct 2018 - 21:10CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinBlueskyCopiar enlaceAlgunos migrantes cuelgan telas para intentar mantener una cierta intimidad en el edificio de Bihac que comparten con un millar de personas.Kamila Stepien (MSF)Un grupo de migrantes cocina en la ladera junto al antiguo albergue en Bihac.Foto: Antonio Pita / Edición: Gema GarcíaVista del exterior del edificio en Bihac, que carece de puertas y ventanas.Kamila Stepien (MSF)Uno de los migrantes prepara pan 'naan' en el exterior del edificio en Bihac.Foto: Antonio Pita / Edición: Gema GarcíaUna de las estancias del albergue abandonado en Bihac (Bosnia) que alberga a un millar de migrantes y refugiados.Kamila Stepien (MSF)Un hombre en el piso superior del inmueble abandonado en Bihac (Bosnia), en el que está oficialmente prohibido encender fuegos. La gente los hace igual para poder cocinar.Kamila Stepien (MSF)La única estancia con literas del edificio abandonado en Bihac.Kamila Stepien (MSF)Dos niñas sirias, de cuatro y tres años, frente a la tienda de campaña en Velika Kladusa donde duermen con sus padres y otras ocho personas.Foto: Antonio Pita / Edición: Gema GarcíaUna mujer recoge la comida que proveen en Bihac voluntarios de la Cruz Roja bosnia y grupos de la sociedad civil.Kamila Stepien (MSF)Un argelino muestra junto a las duchas en Velika Kladusa los dientes que le faltan. Asegura que se los rompió un policía croata de un porrazo, en una de las ocasiones que cruzó la frontera y fue posteriormente devuelto.Foto: Antonio Pita / Edición: Gema GarcíaMigrantes y refugiados hacen cola para recoger la comida que distribuye la Cruz Roja bosnia en el inmueble de Bihac.Kamila Stepien (MSF)Un joven iraní muestra en Bihac su teléfono, que asegura que fue destrozado por la policía croata al otro lado de la frontera.Foto: Antonio Pita / Edición: Gema GarcíaUna de las estancias del albergue abandonado en Bihac, el pasado julio.Kamila Stepien (MSF)Una mujer, sentada entre dos tiendas de campaña en la ladera junto al edificio en Bihac.Foto: Antonio Pita / Edición: Gema GarcíaDos kurdos iraquíes se lavan antes de cocinar. Pese a la instalación de baños y duchas, muchos migrantes y refugiados en Bihac y Velika Kladusa se lavan con agua embotellada.Kamila Stepien (MSF)Imagen de la ladera en Bihac donde se acumulan decenas de tiendas de campaña.Foto: Antonio Pita / Edición: Gema GarcíaEl paquistaní Deyaz Alí, apoyado en una muleta en Bihac. Asegura que un policía croata le fracturó la pierna de un porrazo y que, al darse cuenta, apoyó la bota contra la pierna y se levantó del suelo.Foto: Antonio Pita / Edición: Gema GarcíaLa Cruz Roja bosnia entrega el desayuno a los migrantes y refugiados en Velika Kladusa. Al fondo, la cola de espera.Foto: Antonio Pita / Edición: Gema GarcíaUn nigeriano muestra en Velika Kladusa el documento que le entregó la policía eslovena antes de devolverle a Bosnia.Foto: Antonio Pita / Edición: Gema GarcíaUn joven, sentado ante su tienda de campaña en Velika Kladusa.Foto: Antonio Pita / Edición: Gema GarcíaUn trabajador humanitario de Médicos sin Fronteras transporta a una persona en silla de ruedas en el camino de tierra que lleva de la explanada en Velika Kladusa donde se asientan los migrantes y refugiados a donde la ONG cuenta con una clínica móvil tres veces por semana.Foto: Antonio Pita / Edición: Gema GarcíaTres jóvenes dentro de una tienda de campaña en la explanada de Velika Kladusa donde se concentran cientos de migrantes y refugiados.Foto: Antonio Pita / Edición: Gema GarcíaUn hombre transporta cartones en la explanada a las afueras de Velika Kladusa ocupada por tiendas de campaña de cientos de migrantes y refugiados.Foto: Antonio Pita / Edición: Gema García