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Paseo mundial por las tumbas de la cultura

Visitantes ante la tumba de George Washington, en la iglesia de Mount Vernon, en Virginia (Estados Unidos).
Visitantes ante la tumba de George Washington, en la iglesia de Mount Vernon, en Virginia (Estados Unidos).Ian Dagnall (Alamy)

Una nueva web traza un colosal mapa de 170.000 nichos de escritores, artistas y científicos

HABITUADOS a los reportajes que invitan a los turistas a visitar museos, ciudades, monumentos, paraísos naturales e incluso restaurantes en países remotos y exóticos, deseo romper una lanza por un tipo de viaje que ninguna agencia o revista especializada recomendaría jamás. A saber, las peregrinaciones literarias hacia los cementerios donde se encuentran las tumbas de artistas, poetas y escritores. París atesora maravillas —todos lo sabemos—, pero el fetichista literario sabe además que en Montparnasse reposan Baudelaire, Cortázar, Cioran, Vallejo, Beckett, Ionesco, Susan Sontag y Carlos Fuentes; que en Montmartre puede visitar a Stendhal y Zolá, o que en Père Lachaise le aguardan Balzac, Proust, Óscar Wilde, Isadora Duncan, Teresa Wilms y Miguel Ángel Asturias, entre otras personalidades del cine, la música o la filosofía.

Para cualquier lector español de poesía sería un placer dejarle un lirio a Cernuda en Coyoacán (México), a Salinas en Ballajá (Puerto Rico) o a Machado en Collioure (Francia). Por otro lado, ciertas peregrinaciones literarias pueden hacernos recorrer largas distancias dentro de un mismo país porque en Chile Neruda está en Isla Negra, Huidobro en Cartagena, Donoso en Zapallar y Gabriela Mistral en Coquimbo, enormes distancias que nada tienen que ver con las que separan en Suiza a las tumbas de Joyce en Zürich, Borges en Ginebra y Nabokov en Montreux. Aunque puestos a hacer kilómetros le sugiero al devoto lector que una vez en Nueva York cumplimente a Melville en el Bronx, que baje un día hasta Baltimore para ver a Edgar Allan Poe y que apenas pueda suba hacia Providence para encenderle una vela negra a Howard Phillips Lovecraft.

No ha sido fácil disponer de un catálogo mundial de tumbas literarias, pues reconozco haberme perdido buscando a Pierre Loti por Hendaya y a Lafcadio Hearn en Tokio. Así, hasta hace poco una de las fuentes de consulta más útiles era el bellísimo Tumbas de poetas y pensadores (Siruela) de Cees Nootebbom, libro exquisito y constelado de maravillosas fotografías. Sin embargo, acabo de descubrir una web extraordinaria, www.findagrave.com, que en realidad es una suerte de red social que desde 1995 ha levantado el inventario de más de 170 mil tumbas de celebridades entre los que encontramos actores (4.680), actrices (3.007), arquitectos (1.780), abogados (283), exploradores (531), magos (13), músicos (4.944), criminales (761), filántropos (169), políticos (14.956), deportistas (6.015), científicos (1.468), hombres de negocios (1.313) y por supuesto poetas y escritores (4.164), entre otras categorías donde no hay periodistas aunque sí animales famosos, pues gracias a www.findgrave.com he sabido que Rin-Tin-Tin está enterrado en Lile, Lassie en Los Ángeles, la mona Chita en Palm-Harbor y la oveja Dolly en Edimburgo.

Al parecer, las tumbas más buscadas por viajeros y devotos son las de George Washington, Benjamin Franklin, William Shakespeare y Walt Disney —en ese orden—, pero por fin tenemos una cartografía de cementerios literarios y gracias a ella espero que otros peregrinos literarios peruanos puedan visitar al Inca Garcilaso en Montilla, a Aurora Cáceres en Madrid y al poeta brigadista Carlos Oquendo de Amat en Navacerrada.

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