_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Pobres y ricos

El peronismo lo mismo es de izquierdas que de derechas, bebe del nacionalismo como de la revolución

José Andrés Rojo
Juan Domingo Perón, presidente argentino, y su esposa Eva Duarte saludan desde un vehículo descubierto, durante un acto en Buenos Aires (Argentina).
Juan Domingo Perón, presidente argentino, y su esposa Eva Duarte saludan desde un vehículo descubierto, durante un acto en Buenos Aires (Argentina). Cover

Cuando V. S. Naipaul llegó a Argentina en 1972, quiso entender lo que era el peronismo, así que se puso a preguntar. Le recomendaron que visitara al padre Mujica, que se ocupaba de los fieles de un barrio de chabolas en la zona de Palermo. El sacerdote lo recibió con malas pulgas y medio enfadado le dijo: “Solo un argentino puede entender el peronismo. Podría hablarle del peronismo durante cinco años y usted seguiría sin entenderlo”. Al padre Mujica lo asesinaron en 1974 cuando Perón, de regreso a Buenos Aires, inició una durísima represión contra los guerrilleros peronistas que lo habían devuelto al poder. Naipaul explica que seguramente Mujica estaba en alguna lista, y los pistoleros procedieron cuando le llegó su turno.

Perón empezó a hacerse célebre en 1943 cuando era un coronel del Ejército que predicaba “un furibundo nacionalismo”. Ganó dos veces las elecciones, y gobernó “como dictador” —observa Naipaul— entre 1946 y 1955. Fue derrocado en septiembre de ese año, y salió al exilio. Su esposa, Eva —Evita—, que se convirtió en un gran icono del peronismo, había muerto en 1952. Fue embalsamada y su cadáver estaba en 1972, cuando Naipaul empieza su crónica, en la casa que el militar argentino tenía en el selecto barrio de Puerta de Hierro, en Madrid. Franco lo trató con todos los honores durante su estancia en España, era una manera de agradecerle el apoyo político y económico que Perón le facilitó entre 1946 y 1949, unos años difíciles para la dictadura.

Argentina y el fantasma de Eva Perón, 1972-1991 es un largo trabajo de más de 100 páginas recogido en El escritor y el mundo, donde se han reunido una serie de ensayos de Naipaul, fallecido a mediados de agosto. Se inicia durante una época en la que, en Argentina, todo el mundo estaba descontento y de repente casi todos se hicieron peronistas. Las guerrillas actuaban con contundencia, y fueron asesinados docenas de policías. Muchos de los guerrilleros eran peronistas, los montoneros, y reclamaban el regreso de Perón. Volvió, ganó las elecciones en octubre de 1973, pero no pudo gobernar demasiado tiempo ya que murió unos meses después.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

El ensayo de Naipaul es una fascinante exploración sobre una manera de hacer política que no solo ha regresado con fuerza en las últimas décadas a Latinoamérica, sino que se está exportando con bastante éxito fuera de sus fronteras. El peronismo lo mismo es de izquierdas que de derechas, bebe del nacionalismo como de la revolución; tenía razón Mujica: es difícil de entender. Naipaul da algunas claves. “Perón y el peronismo ofrecen fe”, apunta. Escribe que Perón decía que “en manos del pueblo, la violencia no es violencia; es justicia”. Y un peronista le explica que esos enemigos del pueblo son el imperialismo americano, sus aliados autóctonos, la oligarquía, la burguesía subordinada, el sionismo y la izquierda cipaya (el Partido Comunista y el socialismo en general).

Cuando aborda el caso de Evita, Naipaul observa alarmado que “en Argentina no hay historia”: reina la leyenda. Y cuenta que en su autobiografía, Eva Perón dice que descubrió la pobreza cuando tenía 11 años. Luego copia una frase de Evita: “Y lo extraño es que no me doliese tanto la existencia de los pobres como el saber que al mismo tiempo había ricos”. Puro resentimiento. Y es ese resquemor el que, para Naipaul, explica el peronismo. La capacidad de ofrecer “el odio como esperanza”.

En marzo de este año, durante una visita a Argentina, Pablo Iglesias reivindicó las raíces peronistas de Podemos. ¿A qué se refería exactamente?

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

José Andrés Rojo
Redactor jefe de Opinión. En 1992 empezó en Babelia, estuvo después al frente de Libros, luego pasó a Cultura. Ha publicado ‘Hotel Madrid’ (FCE, 1988), ‘Vicente Rojo. Retrato de un general republicano’ (Tusquets, 2006; Premio Comillas) y la novela ‘Camino a Trinidad’ (Pre-Textos, 2017). Llevó el blog ‘El rincón del distraído’ entre 2007 y 2014.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_