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La rica heredera Petra Ecclestone abandona Londres por miedo

La hija de Bernie Ecclestone, expatrón de la Fórmula 1, se muda a Los Ángeles con su nuevo novio electricista, para dedicarse a la filantropía y a sus tres hijos

Petra Ecclestone y su hermana Tamara (detrás) el 14 de abril en Los Ángeles, California.
Petra Ecclestone y su hermana Tamara (detrás) el 14 de abril en Los Ángeles, California.gotpap/Bauer-Griffin (GC Images)
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“No me siento segura paseando por las calles de Chelsea”, ha justificado Petra Ecclestone, una de las herederas más ricas del Reino Unido, sobre su decisión de abandonar ese exclusivo barrio londinense para instalarse en Los Ángeles, donde le espera una mansión todavía más opulenta. La hija menor del expatrón de la Fórmula 1 Bernie Ecclestone ha optado por “empezar de nuevo” lejos de las estadísticas que confirman un sustancial aumento de los delitos en su tierra natal, aunque en su caso ella cuente con la protección de un nutrido equipo de guardaespaldas.

Todo lo que dicen o hacen las dos hijas del multimillonario Eccleston con su primera mujer, la antigua modelo croata Slavica Radic, tiene inmediato eco en la prensa británica, fascinada por el derrrochador estilo de vida de las hermanas. Tamara (34 años) y Petra (29) comparten el gusto por las pestañas postizas, las minifaldas y los tops sugerentes. Pero mientras a la primera le gusta exhibirse en su propio reality televisivo (una ventana a la cincuentena de habitaciones de su casa), la segunda asegura haber heredado el carácter “reservado” de su padre. La razón por la que Petra ha accedido ahora a hablar con el Sunday Times sobre su nueva vida obedece a la promoción de un nuevo centro de tratamiento de niños autistas, hijos de familias sin recursos, en el que ha invertido “un puñado de millones”.

Petra, arriba, y Tamara Ecclestone, abajo, en una gala benéfica en noviembre de 2017 en Londres.
Petra, arriba, y Tamara Ecclestone, abajo, en una gala benéfica en noviembre de 2017 en Londres.David M. Benett (Getty Images)

Las alarmistas opiniones que vierte en la entrevista sobre el estado de seguridad en la capital británica entroncan –sin ella proponérselo- con las expresadas recientemente por Donald Trump en una cadena de tuits dibujando la capital británica como un paraíso del crimen. Si la diatriba del presidente de Estados Unidos estaba motivada por la rabia ante las protestas contra su visita a Londres, en julio, los miedos que admite Petra Ecclestone se sustentan en su experiencia personal. Tiene contratados a cuatro guardaespaldas (uno para ella y el resto para cada uno de sus tres hijos) desde que hace dos años su residencia de Chelsea fue objeto de un ataque con cóctel molotov. Antes ya había sido víctima de un robo (medio millón de libras en joyas), con el que rememoró un episodio de la infancia en el que un intruso atacó a su padre en la casa familiar. A ese rosario se suma el secuestro de la suegra de Bernie Ecclestone (madre de su segunda esposa, Fabiana Flosi) hace dos veranos en Brasil, con la petición de un rescate millonario bajo amenaza de decapitarla. La policía consiguió rescatarla.

Aunque Petra se explaya en la entrevista “sobre lo inseguro que se ha convertido Londres, con constantes noticias sobre incidentes, ataques, robos…”, también reconoce implícitamente que su marcha a Los Ángeles le permitirá poner tierra de por medio tras su agrio divorcio del año pasado. El juez le concedió la custodia única de sus tres retoños (Lavinia, de 5 años, y los gemelos James y Andrew, de 3), entre especulaciones sobre la adicción a la cocaína y el temperamento violento de su exmarido, el millonario de turbios negocios James Stunt. La respuesta de Stunt fue cargar contra sus suegros en una entrevista donde calificó a Bernie Ecclestone de “enano” y a Slavica de “lady Macbeth”.

Bernie Ecclestone con su esposa Fabiana Flosi en 2014, en la celebración de su 84 cumpleaños.
Bernie Ecclestone con su esposa Fabiana Flosi en 2014, en la celebración de su 84 cumpleaños.GtresOnline

“He aprendido de mis errores: era demasiado joven cuando conocí a James, apenas tenía 17 años”, señala Petra sobre la intención de imprimir un giro a su vida desde el anclaje de Los Ángeles, donde posee la mayor mansión de todo el condado. Arrepentida de haber emprendido diversos y ruinosos negocios en el ámbito de la moda (el último una empresa de bolsos de piel de pitón y caimán), se dice resuelta a volcarse en causas filantrópicas y en el papel de madre y ama de casa. Y lo hará en compañía de su nuevo novio, el electricista inglés reciclado en vendedor de coches Sam Palmer, con quien no descarta tener más hijos e incluso adoptar un niño.

Toma como ejemplo a su madre Slavica, cuya procedencia humilde, asegura, le afianzó siempre los pies al suelo. Por poner un par de ejemplos siempre se negó a contratar a una niñera para Petra y Tamara y cocinaba ella misma. Del patriarca Bernie, poseedor de una fortuna que supera los 2.800 millones de libras, recuerda a un padre cariñoso y muy casero, que sólo se ausentaba los fines de semanas por su condición de consejero delegado de la F-1 a lo largo de cuatro décadas. La pareja se rompió después de un cuarto de siglo de matrimonio.

Cuesta creer, a tenor del ostentoso estilo de vida de las hermanas Eccleston (como botón de muestra, los festejos de la boda de Petra costaron unos 10 millones de euros) que la menor reivindique una vida “normal”. Lo que sí admite es la dificultad de hacer nuevos amigos porque “la gente se me acerca por mi dinero”. Si bien apostilla: “Lo tengo tan claro que ya no me hace daño”.

 

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