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Serena Williams, la heroína imperfecta

Tras apartarse temporalmente de las pistas para ser madre, la tenista ha ofrecido este año su versión más humana y regresa volcada en el tenis, su hija y su fundación dedicada a crear escuelas en África

Serena Williams en el Masters de Cincinatti (EE UU) el 14 de agosto de 2018.
Serena Williams en el Masters de Cincinatti (EE UU) el 14 de agosto de 2018.Tannen Maury (EFE)
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Tiene 36 años y lleva casi 20 siendo famosa por su buen hacer sobre las pistas de tenis, pero desde hace un tiempo Serena Williams está mostrando su cara más humana. La estadounidense está dando fe de que como madre, empresaria, modelo y celebridad es una ganadora igual que con la raqueta. 2018 ha sido el año en que Serena ha vuelto al tenis después de tomarse una temporada de descanso para ser madre. Durante su ausencia y en estos últimos meses de vuelta al trabajo, la menor de las Williams ha dejado varias lecciones, principalmente de humildad, vulnerabilidad y capacidad de superación. Empezando por su embarazo y maternidad. Como dice ella misma en la última portada de Time, que protagoniza, “nada sobre mí ahora mismo es perfecto. Pero soy perfectamente Serena”.

Ha confesado que estuvo a punto de perder la vida al dar a luz a su hija. Al volver a la pista, apareció enfundada en un mono negro con un mensaje en Instagram destinado a empoderar a todas las mujeres que se están recuperando de un parto. Al mismo tiempo ha seguido con sus negocios de moda, fue una de las invitadas estrella de la boda del príncipe Enrique de Inglaterra y Meghan Markle y ha afrontado dos fuertes varapalos en lo deportivo. Cayó en la final de Wimbledon y poco después sufrió la mayor derrota de su carrera, cuando perdió 6-1 y 6-0 frente a la británica Johanna Konta en el Silicon Valley Classic. Pero Serena, según sus propias palabras, sigue actuando “como una superheroína”.

Serena Williams el 29 de mayo en un partido de Roland Garros.
Serena Williams el 29 de mayo en un partido de Roland Garros.GTRESONLINE

En febrero una cadena de televisión publicó una carta de Serena Williams en la que explicaba que estuvo a punto de morir al nacer su hija Olympia. “Tras un embarazo fácil mi hija nació por cesárea de emergencia, al bajar drásticamente su ritmo cardíaco durante las contracciones. La intervención fue bien. Tener a Olympia entre mis brazos fue la experiencia más increíble que ha sentido en mi vida. Pero pasadas 24 horas llegaron seis días de incertidumbre”, relató. La tenista sufrió una embolia pulmonar y tras abrirse la cicatriz de la cesárea tuvo que volver a ser intervenida. "Los médicos encontraron un gran hematoma y sangre coagulada en mi abdomen, por lo que tuve que volver a operarme para evitar que los coágulos fuesen a los pulmones. Tengo suerte de haber sobrevivido”, aseguró. Nueve meses después de dar a luz, Serena volvía a ganar un partido en un Grand Slam. Ha resultado campeona en 23 de estos torneos. Esa victoria se la llevó enfundada en un mono ajustado negro, algo que explicó con este mensaje: “Siempre quise ser un superhéroe, y esta es mi forma de serlo”.

Fue una traicionera foto de Snapchat, que luego borró, con la que desveló que estaba embarazada de 20 semanas. Para entonces sus seguidores se habían dado cuenta de que había ganado el Open de Australia en enero de 2017, estando de dos meses. El embarazo ha supuesto para ella “un nuevo poder”, según desveló a la revista Vogue. Dedicó la foto con el mono negro “a todas las mujeres que han tenido una dura recuperación de un parto, va por vosotras. Si yo puedo hacerlo, vosotras también”.

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Seeing us off. Flying baby style! @olympiaohanian

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En este periodo, la tenista ha tenido que hacer frente a comentarios racistas y sexistas que ha sufrido durante toda su carrera. El año pasado el extenista Illie Nastase habló sobre la hija de Serena, de padre blanco. “Veamos, de qué color es, ¿café con leche?”, dijo. Poco después John McEnroe comentó que si la número uno del mundo durante 300 semanas “jugara en el circuito de hombres, sería el número 700”. Ella le dedicó un tuit: “Te adoro y respeto, pero mantenme fuera de declaraciones que no bases en hechos”.

A finales del pasado noviembre, Serena Williams dio el "Sí, quiero" al empresario de 35 años Alexis Ohanian, cofundador de la red social Reddit e inversor en más de cien startups con un valor en bolsa de 17.000 millones de euros, según su perfil de Instagram. Una boda a la que asistieron Kim Kardashian, Eva Longoria o su gran amiga Beyoncé. Meses después Serena se convertía en una de las grandes atracciones de la boda del príncipe Enrique y Meghan Markle, a la que asistió como amiga cercana de la duquesa de Sussex.

Su imagen estos meses ha sido la de una mujer capaz de estar en todas partes y de conocer a todo el mundo. Tampoco ha cesado su actividad al frente de su fundación, con la que construye escuelas en África, y ha estado especialmente pendiente de la línea de moda que lleva su nombre. Poco después de que la cadena HBO estrenase una serie documental sobre su vida titulada Being Serena el pasado mayo, llegó su regreso a las pistas. En poco tiempo ya estaba disputando la final de Wimbledon. Aunque perdió, Serena ha recordado a sus nueve millones de seguidores en las redes que esto solo acaba de empezar. Amenaza con conquistar el US Open que comienza el próximo 27 agosto.

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