_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Alta traición

Nada de lo que Trump dice tiene que ver con la verdad. Solo con el poder, el suyo

Lluís Bassets
Encuentro entre Trump y Putin en Helsinki.
Encuentro entre Trump y Putin en Helsinki.Pablo Martinez Monsivais (AP)

Definitivamente, el argumento de la novela El complot contra América de Philip Roth se ha hecho realidad con Trump. El presidente es un agente del enemigo, Hitler en la fantasía del novelista, Putin en la realidad. La última y definitiva prueba ha llegado de su propia mano, en la conferencia de prensa posterior al encuentro con el presidente ruso en Helsinki, en la que se ha mostrado servil e incluso sumiso con su homólogo al admitir una responsabilidad simétrica en las malas relaciones entre ambas potencias y, sobre todo, dar credibilidad a la palabra presidencial rusa en detrimento de los servicios secretos estadounidenses respecto a las comprobadas interferencias en las elecciones presidenciales.

No importa su improvisada rectificación, dirigida a apaciguar a los republicanos indignados ante el deterioro de la imagen de Estados Unidos y ante la victoria obtenida por Putin en Helsinki. Los 18 meses de presidencia trumpista significan el mayor desastre geopolítico que haya sufrido Washington en su historia al menos desde la guerra de Irak, pues se ha enajenado a sus aliados, ha minado y dividido las instituciones que había construido durante 70 años y ha proporcionado todas las ventajas imaginables a Moscú.

Poco o nada se sabe de la cumbre y es muy probable que su contenido sea preocupantemente nulo, sobre todo tratándose de dos potencias enfrentadas en tantos contenciosos. La falta de sustancia no esconde su valor como escaparate, especialmente del prestigio de Putin y de la vanidad de Trump. Pero pocos esperaban que fueran las explicaciones posteriores de Trump y luego su abrupto y chapucero desmentido los que se alcanzarían dimensión histórica.

Nunca se había visto una conferencia de prensa tan vergonzosa para la imagen de EE UU, con un desequilibrio de actitudes y de autoridad entre ambos mandatarios tan explícito. El bochornoso espectáculo es también un desastre para su protagonista, pues da alas al fiscal Mueller, el encargado de investigar las interferencias rusas, que ya ha mandado a los tribunales a 32 personas, 25 de ellas rusas, ha obtenido autoinculpaciones de tres colaboradores del presidente y no dudará en estrangularle judicialmente si tiene la oportunidad.

Nada de lo que Trump dice tiene que ver con la verdad. Solo con el poder, el suyo. Con frecuencia para amedrentar o debilitar a sus interlocutores, tal como ha hecho con Theresa May y Angela Merkel; o de forma más discreta con un representante del Gobierno español, en un reciente encuentro en el que se permitió desconsideradas y desfavorables valoraciones sobre la crisis catalana.

Trump ha sido ya tachado de traidor en su país. Tras la catástrofe de su semana europea, con descalificaciones y desplantes a diestro y siniestro, Gobiernos e instituciones, no hay muchas dudas de que también ha traicionado los valores y los intereses compartidos entre Estados Unidos y quienes han sido sus socios europeos de la OTAN y de la UE durante los últimos 70 años. Urge echar al agente de Moscú.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_