La defensa común europea
A menos que la pequeña y frágil Unión Europea actué unida y hable con una sola voz, esta entidad supranacional en horas bajas acabará por fragmentarse definitivamente. La defensa de Europa no pasa tanto por una estrategia militar conjunta, que también, sino más bien por una verdadera conciencia de patriotismo paneuropeo y que permita al Viejo Continente poder jugar de nuevo en la primera división global.
La exitosa experiencia del consorcio aeronáutico paneuropeo Airbus sería el mejor ejemplo del camino a seguir para poder jugar en un mundo global y ultracompetitivo donde grandes gigantes pretenden monopolizar el contexto político, militar, energético y comercial. Un consorcio energético paneuropeo renovable y solidario que una el potencial solar de las latitudes meridionales del continente con el industrializado norte, y que permita eventualmente la independencia energética continental, sería el más urgente e importante paso para avanzar hacia este gran objetivo.— Martí Gassiot. Barcelona.
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