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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Respiro para el cine

La rebaja del IVA debería convertirse en un abaratamiento del precio de las entradas

Colas en la puerta de un cine de Madrid
Colas en la puerta de un cine de MadridJAIME VILLANUEVA

La rebaja del IVA para el cine, del 21% al 10%, es una excelente oportunidad para comprobar los efectos de una reducción impositiva en un mercado relevante. Como media, la disposición debería reducir el precio de las entradas en 0,66 euros, que, también como media en España, cuestan 7,3 euros. En pura lógica, puesto que el IVA es un tributo en cascada que paga el consumidor (espectador), las entradas de cine deberían abaratarse en esos 66 céntimos; pero la experiencia de otros mercados demuestra que las caídas de costes no suelen transmitirse al cliente, sino que se incorporan a los beneficios. Habrá que comprobar hasta qué punto se traslada el descenso del IVA a las entradas, que sería lo deseable; porque algunos exhibidores se han apresurado a declarar que mantuvieron los precios sin repercutir la subida anterior del impuesto al 21%.

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Sin reserva alguna, la reducción del IVA es una buena noticia para la cultura en general y el cine en particular. Imponer el tipo máximo de un impuesto en una industria cultural solo está justificado en momentos muy excepcionales. Dicho lo cual, es de justicia recordar que el IVA no es el problema principal del cine español. De hecho, los 0,66 euros que se ahorrará —en el mejor de los casos— el espectador en la taquilla no van a suponer un estímulo extraordinario para que los espectadores acudan en masa a las salas. Se supera un obstáculo innecesario, eso sí, pero el precio de la butaca tendría que bajar bastante más para que tuviera un efecto significativo en la recaudación.

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La estrategia correcta para el cine español es configurar una industria, todavía débil, que sea capaz de producir películas que conecten con el público y, además, esté en condiciones de competir con los nuevos negocios audiovisuales. Y estos son aspectos en los cuales el cine español va muy retrasado.

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