La España de la precariedad, por Ricardo Cases

La España de la crisis brilla como una víscera cuando la retrata Ricardo Cases (Orihuela, 1971). En 2010 este fotógrafo, uno de los adalides del nuevo documentalismo, se mudó de Madrid a Valencia y se encontró con un diamante en bruto. Primero fue la colombofilia (los criadores de palomas o palomistas), que reflejó en Palomas al aire (2010). Después, la resaca de la burbuja inmobiliaria (El porqué de las naranjas, 2014), la tensión social (Podía haberse evitado, 2015) y los clichés culturales (El sol). Todos estos trabajos, previamente en fotolibros convertidos ipso facto en objeto de coleccionismo, forman parte ahora de una exposición retrospectiva comisariada por Horacio Hernández en la Sala Canal de Isabel II (se expone del 14 junio al 29 de julio). Se titula Estudio elemental del Levante y ofrece, en palabras de su comisario, un viaje a “un universo hecho de luz, sorpresa, precariedad y caos, un país sin reglas, fascinante y alucinatorio”. Es decir: al terrible aquí y ahora.