El edificio menos profundo de Europa
Jean Nouvel firma en La Haya un elegante edificio para la Oficina Europea de Patentes que, más ancho que alto y muy poco profundo, resulta difícil de definir
Lo anuncian como el edificio más delgado de Europa. Y sus 27 pisos ubicados en un volumen de 156 metros de largo –o ancho–, 107 de altura y tan solo 24,6 de fondo corroboran esa afirmación. Se trata de un edificio pantalla “calmo y sereno”, apostilla con razón su autor Jean Nouvel (1945). Coronada por una cubierta ajardinada, la nueva sede de la oficina de patentes europea, EPO, en Rijsvijk, cerca de La Haya, quiere representar a la vez la innovación y la vanguardia –que se asocia a las patentes–, y la sostenibilidad –que iguala futuro con responsabilidad–. Sin embargo, el récord al que aluden para destacarlo es la falta de profundidad y es evidente que ese dato podría invertir su superlativo y ponerlo en su contra si lo calificáramos, con mayor tino, como el edificio más plano de Europa, el menos profundo o el más superficial. Así, como las palabras las carga el diablo parece mejor idea buscar una explicación en el propio inmueble. ¿Qué lo fuerza a ser tan delgado o plano? ¿Es una circunstancia azarosa o económica –la forma del solar– o existe alguna ventaja arquitectónica en la búsqueda de esa falta de profundidad que deberá compensar la resistencia al viento de las fachadas?
Nouvel, que lleva cuatro años trabajando en este proyecto, ha culminado, entretanto, algunos de sus proyectos más valorados. Notablemente, a finales de 2017 inauguró el Louvre de Abu Dabi y actualmente concluye en Doha el Museo Nacional de Catar con forma de una sucesión de rosas del desierto. Su socio en el diseño del edificio para la EPO, el holandés Diederik Dam (1966), es un experto en dos cuestiones clave del proyecto: la sostenibilidad y la altura de las oficinas para 2.000 trabajadores. El estudio de Dam levantó en Róterdam la sede de la compañía de energía Eneco, considerado un inmueble modélico en cuanto al consumo energético. Y también las oficinas de Maastoren, las más altas de Holanda, que en breve serán superadas por otro edificio firmado también por el equipo de Dam, la torre de viviendas De Zalmhaven. Así, la impronta del socio holandés queda ampliamente demostrada y justificada, sin embargo, es la marca Nouvel la que está más que presente en un inmueble que remite a la elegancia de la Fundación Cartier y consigue construir una apariencia más leve. Se trata, naturalmente, de solo una apariencia porque son las fachadas de 156 metros de largo las que deben soportar la fuerza de los vientos y enviar esa carga a la base del inmueble.
Que Nouvel sea distinto en el desierto y en la ciudad habla a su favor. Y describe más razón que marca. Que la marca de Dam no necesite ser visible también retrata a un tipo encomiable de prioridades arquitectónicas. Que ambos se beneficien de la colaboración es lo que debería definir la apuesta de futuro.
¿En qué se materializa esa colaboración? Ambos arquitectos defienden que un edificio transparente y ventilado es una “solidificación del horizonte marino”. La línea del inmueble es descrita por Nouvel como “un barco en el agua” pero también como un polder local apelando al genius loci que tan a menudo le gusta citar. Dam confirma que es la transparencia lo que permite ahorrar en electricidad. Eso y los 825 metros cuadrados de paneles fotovoltaicos ubicados en el jardín colgante de la azotea. Nouvel se refiere a la doble fachada sándwich, que también remite a la de la Fundación Cartier, para explicar el ahorro energético en un edificio construido con 100.000 metros cuadrados de vidrio y 10.000 toneladas de acero. Al final, ambos arquitectos están de acuerdo en que la trasparencia remite a la vez a la “dignidad de la institución que representa”, la Oficina de Patentes Europea, y a una superficie abstracta –el edificio– que quiere camuflarse en el lugar. Juzguen ustedes. Este elegantísimo edificio es también una gran pantalla. Nada en él explica las ventajas de su gran fachada. Será difícil encontrar las explicaciones en su falta de fondo.
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