¿A qué huele la plastilina Play–Doh?
La compañía dice que "a vainilla dulce, ligeramente almizclada, con ligeros matices de cereza, combinada con el trigo"
Hasbro, la compañía que comercializa algunos de los juguetes más famosos del mundo como Little pony, Transformers, o Monopoly, acaba de anunciar que patenta el olor de la plastilina, en concreto de la marca Play–Doh, propiedad de Hasbro desde 1991 y que lleva siendo la delicia de los niños desde los años cincuenta. Aunque la empresa no ha anunciado que vaya a comercializar otros productos con el aroma de esta arcilla artificial hecha con cera, derivados del petróleo y colorante, lo que sí muestra este gesto es que son muy conscientes de su valor.
En su comunicado, publicado el pasado día 18, la compañía subraya que considera un activo muy importante el "olor favorito de la niñez" y que "induce a la nostalgia" y recuerda que con este paso Play–Doh "se convierte en una de las pocas marcas registradas de olores" en EE UU.
The iconic scent of Play-Doh is now an officially registered trademark. Help us celebrate by sharing your favorite memories using #Playdohscent - we’d love your “two scents.” https://t.co/IbUuD2AuQM pic.twitter.com/2bdbMduenB
— Hasbro (@Hasbro) May 18, 2018
¿Y a qué huele la plastilina?. El material moldeable, compuesto de harina, agua, ácido bórico y aceite de silicona, tiene "una fragancia de vainilla dulce, ligeramente almizclada, con ligeros matices de cereza, combinada con el aroma natural de una masa salada a base de trigo", según describe la propia compañía en el documento que presentaron ante la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos para poder registrar el aroma.
La nota de Hasbro explica que, desde la creación de la marca en 1956, su "olor característico ha servido como sello distintivo" del producto y que, después de más de seis décadas, dicho aroma "se ha vuelto cada vez más reconocible". A lo largo de su historia, la "receta ha permanecido prácticamente inalterada", por lo que cuando un niño abre ahora un bote de Play–Doh huele igual que el que usó su padre o su abuelo. La compañía invitó a sus clientes a compartir sus recuerdos de dicho olor en las redes sociales. Una fan cuenta que tiene un bote junto al ordenador en su trabajo porque le resulta tranquilizador.
"El aroma de Hasbro siempre ha sido sinónimo de infancia y diversión", cuenta en la nota uno de los responsables de márketing de la plastilina, Jonathan Berkowitz. "Registrando oficialmente el aroma icónico, protegemos el incalculable punto de conexión entre la marca y sus fans para años venideros", añade.
Aunque en la nota no se menciona cuáles son los planes de la marca con su nueva patente, Hasbro toma esta medida en un momento en el que triunfa la nostalgia y en el que algunas empresas han empezado a ver productos con aroma a plastilina, como velas.
Los historiadores no se ponen de acuerdo en quién es el padre de la idea y lo único claro es que en su origen, la plastilina nada tenía que ver con los niños. Para muchos, fue inventada en 1880 en Múnich por el farmacéutico Franz Kolb, que quería encontrar una alternativa a la arcilla que no se secara. Su composición es muy similar a la plastilina actual, salvo por su color: era gris. Ofreció su idea a Faber-Castell y se empezó a comercializar 10 años después de su nacimiento con el nombre de Kunst-Modellierthon aunque muy pronto se la conoció popularmente como plastilina.
Otros apuntan a que la inventó el profesor de arte William Harbutt en Bath (Inglaterra) en 1897, que se puso a hacer pruebas en el sótano de su casa harto de los problemas que sus estudiantes novatos tenían al usar la arcilla tradicional. Logró dar con “el barro que no se seca” y patentó el invento en 1899. El profesor publicó Plastic Harbutt, un compendio de las diferentes técnicas para trabajar con plastilina y material didáctico para los colegios, y le dio color, lo que la convirtió en un producto muy atractivo y con gran valor pedagógico.
En Estados Unidos, se comercializó en Cincinnati los años treinta del siglo pasado como un limpiador de papel pintado. Sin embargo, unos niños lo convirtieron en un improvisado juguete al usar el limpiador como pasta de modelar varias décadas más tarde. En 1956, Play-Doh dio a conocer su nuevo producto de forma oficial en una convención educativa. El material se convirtió pronto en un auténtico éxito de ventas.
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