El actor que tiene el mejor papel... y el mayor marrón
Alden Ehrenreich interpreta a un imberbe Han Solo en 'Han Solo: una historia de Star wars'. ¿Un tipo con suerte? No vayamos tan deprisa
Si se descuida acaba siendo dentista. Como su padrastro. O camarero, lo que le auguraron cuando dijo que quería ser actor. Su nombre, Alden, le viene del realizador de Campo de sueños, Phil Alden Robinson. De su apellido, Ehrenreich, solo sabe que es austriaco. Apréndanlo porque este californiano se ha hecho hueco en Hollywood: ha pasado por filmes de Spielberg, Coppola, Beatty o los Coen. Y, ahora, de cabeza a una nueva galaxia, la de George Lucas y Ron Howard, que vieron en él a un nuevo Harrison Ford. O al menos a un nuevo Han Solo. Este hombre de 28 años recupera uno de los personajes míticos que ha encarnado uno de los actores más carismáticos de la historia. Ante todo, mucha calma. Han Solo: una historia de Star wars, por cierto, se estrena en España el 25 de mayo.
Entre ¡Ave, César! (2013), La excepción a la regla (2016) y ahora Han Solo: una historia de Star wars no dejan de llegarle papeles de bribón buenazo. ¡Dilo si te atreves: el papel del más tonto! El del inocentón. No me había parado a pensarlo, pero vas a llevar razón. Deben ver algo así en mí. Me creo un gamberro, pero a veces soy demasiado inocente. “Un idealista”, me dijo Francis Ford Coppola. Él me aconsejó que no cambiase, que no me convirtiese en un cínico, y de verdad que lo intento. Además, me ha venido bien.
A Harrison Ford tampoco le fue nada mal con esa imagen. El personaje de Han Solo es tan divertido… Sabe de todo y no sabe de nada. Casi siempre se libra más por suerte que por pericia. Tiene algo. Cuando conseguí el papel me vi todas las películas de nuevo. Las siete que había entonces de una tacada, fijándome en él.
"Necesito demostrar quién soy del mismo modo que Han Solo en la película. Él es demasiado inocente para el mundo en que se mueve. Lo mismo digo"
¿Cuál es su favorita? De niño, el póster del Episodio I (La amenaza fantasma), con Anakin bajo la sombra de Darth Vader, me encantaba. Tenía todos los juguetes de la serie. Incluido el muñeco de Han Solo que mostraron los de Disney en la convención de Star wars para anunciar mi participación en el proyecto. Mi madre todavía los conservaba. También guardo de esos años el sable de luz de Luke Skywalker. De niño era un poco raro, me gustaba interpretar todos los papeles. Ya fuera en Star wars o La extraña pareja. Hacía de Jack Lemmon y de Walter Matthau.
Un gusto ecléctico y quizá algo viejuno para un héroe galáctico. ¡También me gusta el Primavera Sound! Estuve en el festival por primera vez con 21 años. Me gustan muchas cosas y no están reñidas. ¿Sabes lo que es tener a Warren Beatty [Ehrenreich es de una familia acomodada que se juntaba con las estrellas de Hollywood: a lo largo de la entrevista saldrán más encuentros estelares] de mentor contándote sus experiencias con gente como Elia Kazan o George Stevens? ¿O que te hable de Orson Welles? Soy un enamorado del cine. De niño siempre veía películas antiguas con mis padres. De ahí viene mi idea de lo que es ser actor, de esas pelis. Lo confieso, me convertí en el rarito de la clase, pero fui encontrando otros como yo y nos hacíamos nuestras propias sesiones. El padrino, Cowboy de medianoche… Básicamente, cine de los setenta.
Por lo que he oído, su salto a la fama no tuvo la misma calidad. Oíste bien. Tenía 14 años cuando me dio por rodar con mi mejor amigo unos vídeos de lo más gamberros. Para el Bat Mitzvah de una amiga grabamos uno que no tenía ni pies ni cabeza. Nuestros padres nos dijeron que no lo podíamos poner. Pero lo emitimos en bucle durante la celebración y Steven Spielberg, que estaba allí, pensó que tenía potencial. Cuando recibí varias llamadas con risitas de chica al otro lado de la línea creí que era una broma, pero al final era cierto que me llamaban de DreamWorks. Leslee Feldman, la jefa de casting, me ayudó a navegar las aguas hasta conseguir un agente, un par de cosas en televisión y, cuando tenía 18 años, mi primera película, en Argentina, Tetro, de Francis Ford Coppola.
¿Se puede ver el vídeo en YouTube? No lo he visto desde hace unos diez años y estoy seguro de que los poderes fácticos se habrán cuidado muy mucho de que no se vuelva a poder ver nunca más [risas].
¿De Spielberg al cielo? Tampoco creas, no volví a hablar con él en años. Nos vimos un par de veces, una de ellas en la fiesta de cumpleaños de su hija. Él estaba allí, grabándola. De locos. Siempre fue muy amable conmigo y la verdad es que su apoyo me dio ánimo para superar años de rechazos porque, lo pintes como lo pintes, por cada sí que recibes te llegan muchísimos más noes. Pero algo así te da confianza para continuar.
¿Le quedaban uñas tras seis meses de pruebas para conseguir el papel de Han Solo? A mí lo que me gusta es actuar. Más que el éxito, más que la fama. La interpretación es lo que más disfruto y es a lo que quiero dedicar mi vida. Y así es como me lo tomé. Iba a pasar un buen día actuando sin más esperanzas. Cada prueba era una escena diferente y la repetíamos tantas veces que, para cuando me dieron el sí, ya me sentía cómodo con los directores y con el equipo. Además, ¿sabes lo glorioso que es estar rodeado de los mejores? Y ya habrás oído esto, pero no me canso. Decir lo de “salto al hiperespacio, coged la velocidad de la luz” y que se proyecten en la cristalera de la cabina los rayos de luz que veía de pequeño en la película no tiene precio. No necesitas ni actuar. Parece que estás en el espacio volando entre todas esas cosas que intentas esquivar, en una cabina que se agita de verdad, como un simulador. Recuerdo especialmente uno de esos días, el que hice la prueba junto a Chewbacca (Joonas Suotamo) en el Halcón Milenario en Londres mientras rodaban Star wars: el último jedi. Me vi en medio de esto cuando se me pasó el jet lag del viaje y era todo tan surreal que parecía una película de David Lynch.
No es que se parezca a Lynch, si consideramos el enorme tamaño de estas producciones galácticas. No te creas. Como actor no noté una gran diferencia con otros rodajes. Por fantástico que pueda parecer, al final es como cualquier otro filme. Rodamos la biografía de un personaje ficticio. Lo que cambia es que cuando están rodándote un primer plano tienes un ejército de stormtroopers que pasa detrás de ti.
¿Cómo se mete uno en la piel del personaje más admirado de la galaxia, de uno de los iconos de la cultura popular? Intentando no pensar en ello. Absorbí todo lo que pude del mundo en que se mueve Han Solo, de su nave, para luego interiorizarlo y no volver a pensarlo. Que me salga de dentro, para no tener que pensar si este Han sonríe más de lado que el otro o no. Quise sentir que era yo. No se trata de imitar a nadie, sino de hacerlo personal. Por ejemplo, muchos describen el personaje como un John Wayne. Yo le veo más el tono desvergonzado y aventurero de Dos hombres y un destino. Ese es el Han que reflejo.
Antes hablaba del póster que tanto le gustó de pequeño, el del joven Anakin bajo la sombra de Darth Vader. En su caso, ¿sintió la sombra de Harrison Ford durante el rodaje? Lo que sentí fue su apoyo a todo el proyecto. Me habría sentido mal sin su bendición en esta aventura. Lo primero que hice fue quedar a comer con él.
¿Le dio algún consejo? Nada de nada. Solo eso de: “Si te preguntan, tú di que te lo he contado todo. Pero no sueltes nada”.
Durante el rodaje vivió un tremendo terremoto que acabó con el despido de Phil Lord y Chris Miller y la llegada de Ron Howard en su puesto como director. Fue un momento agridulce, pero todos coincidieron en que las diferencias creativas entre la productora y los directores eran muy grandes. La llegada de Ron se sintió como la de un chaval recién salido de la universidad y que lo sabe todo. Si algo está en llamas, él hizo Llamaradas. ¿Tienes que rodar una persecución? Ahí está Rush. ¿Qué aventura espacial es más grande que Apolo 13? Y, además, es de la misma generación que George Lucas. Hablan el mismo idioma. Cuando coincidieron los dos en el rodaje se estaban criticando, dándose puñetazos en el hombro y hablando de sus experiencias con Harrison Ford como dos chavales.
Todo suena demasiado idílico. Sé que hay mucho en juego. Yo necesito demostrar quién soy de la misma manera que Han Solo en la película. Él es demasiado inocente para el mundo en que se mueve. Lo mismo digo. A veces me fue difícil diferenciar mi experiencia de la suya.
¿Y ahora, qué? ¿Preparado para el salto al hiperespacio de Hollywood? Harrison Ford nunca llevó demasiado bien la cantidad desmedida de fama que le dio este personaje. Me apetece viajar y sé que, con la película, voy a tener que hacerlo. La pega es que en estas giras promocionales no ves demasiado. Pero estás fuera constantemente. Ser actor hace de ti un aventurero. Eso no tiene precio, especialmente cuando eres estadounidense. Porque cuando crecí me limité a ver Los Ángeles y Nueva York, donde fui a la universidad. Y ambas ciudades no tienen nada que ver con la sensibilidad del resto del país, la del sur, la de la América profunda. Otra galaxia. Quiero hacerme un buen viaje para conocer mejor el mundo, empezando por mi país, entender qué es lo que nos está pasando.
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