Elsa Pataky, hay vida más allá de Thor

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La cita es a las 11.00 en una de las tiendas que la marca española de calzado Gioseppo tiene en el centro de Madrid. Una hora antes se amontonan los fotógrafos en la entrada. Elsa Pataky sigue dando juego, no importa que resida en Australia, tampoco que sus redes sociales den cuenta de lo que va ocurriendo en su vida, ni siquiera que su marido, el actor Chris Hemsworth, el dios del trueno de la saga Thor, haya realizado un adelantamiento a la velocidad del personaje que encarna y se haya erigido en el famoso con mayúsculas de la familia. Elsa ha dado nombre a una forma de estar ante las cámaras, el posado Pataky, y eso proporciona un caché que para alcanzarlo todavía le va a exigir a Thor pisar muchas alfombras rojas.

La actriz acaba de retomar su trabajo como coprotagonista en la serie de Netflix, Tidelands, la primera que esta plataforma rueda en Australia y parece feliz. Feliz de estar en España, aunque sea por unas horas. Feliz de volver a ejercer de actriz, ese arte que la apasiona tanto como para haber hecho varias veces cambios radicales en sus 41 años de vida persiguiendo su sueño. Y feliz con esa familia de cuento que ha creado junto a Hemsworth (34 años), envidiada por todos quienes siguen a la pareja en las redes sociales y se asoman a los idílicos parajes que rodean Byron Bay, el lugar en el que residen, y donde ven a sus tres hijos —India Rose, de 6 años, y Tristan y Sasha, los gemelos de cuatro— criarse como pequeños robinsones domesticados.

Ellos precisamente fueron el detonante del retiro provisional de Elsa Pataky. “Tener una familia era otro de mis grandes sueños, los niños siempre me han encantado y cuando nacieron mis hijos, tenía muy claro que no quería perderme nada de sus primeros años. Coincidió bien, Chris empezaba a tener reconocimiento como actor y me permitió decir: 'Tú te dedicas ahora a tu carrera y yo a mantener unida a la familia y te seguimos y apoyamos'. Ahora nuestros hijos ya son más independientes, van al colegio… Empecé a buscar proyectos y parece que el destino me dio uno al que no podía decir que no. Rodamos a hora y media de mi casa, me han dado todo tipo de facilidades como madre y el papel es maravilloso. Te hace pensar que si tienes paciencia, las cosas llegan".

Elsa Pataky proviene de una familia de padres separados y no se esfuerza por negar que eso influye en su afán para pelear por la suya. "Sabes lo que es una familia separada y lo que se sufre. Es un pequeño trauma con el que tienes que lidiar y sí luchas más por tener una famillia, para mí es mi prioridad absoluta". La actriz es hija es hija de José Francisco Lafuente, bioquímico español y de Cristina Medianu, una publicista rumana. La pareja se separó cuando Elsa tenía cuatro años y ella se quedó con su padre hasta los 14, cuando decidió ir a vivir con su madre, que tiene otro hijo de una relación posterior, más joven que la actriz. Reconoce que casi nunca habla de ellos pero sigue manteniendo relación con los dos. "De mi padre me llega todo lo que tiene que ver con el deporte, la vida sana... Mi madre es una gran abuela a quien le encantan sus nietos y que me ha ayudado desde el principio. Cuando tuve a los gemelos no lo podría haber hecho sin su ayuda".

Grabar para Netflix provoca que la actriz reflexione sobre los cambios que ha experimentado su profesión desde que se marchó hace algo más de 12 años a Los Ángeles a perfeccionar su inglés para poder trabajar en ese mercado. “Ahora es increíble, da igual donde grabes. Estrenas una serie y se emite en ciento y pico países al mismo tiempo”, dice.

Algunos afirman que la carrera de Elsa Pataky se quedó a medio hacer. Ella opina que ha hecho siempre lo que ha querido y se siente “una privilegiada porque me ha pasado todo lo que había soñado. Soy muy positiva y siempre me he puesto pequeñas metas en la vida, si aspiras a grandes objetivos te puedes llegar a frustrar”. Se pone seria para resaltar que nada ocurre por casualidad y que el esfuerzo es el único motor en su trabajo. “Ser actor exige superarse a sí mismo continuamente y es una profesión que tiene muchos altibajos en los que te puedes venir abajo”, afirma la intérprete y modelo.

Nada que objetar si quien dicta sentencia sabe bien de lo que habla, porque Pataky sabe lo que es sentirse sola en una ciudad como Los Ángeles y también que de repente el mismo lugar te dé la oportunidad de conocer a un chicarrón australiano que te quita el hipo y te cambia la vida. Todo por compartir profesora de inglés para corregir sus respectivos acentos. Hemsworh no era conocido todavía, vivía en un apartamento que compartía con varios compañeros, y Elsa se ríe cuando recuerda que entonces era ella quien pagaba las cenas de sus primeras citas. También que muchas de ellas consistieron, como sigue ocurriendo ahora, en quedar para ir al gimnasio juntos o para surfear en la playa de Santa Mónica, próxima al apartamento en el que vivía entonces Pataky.

“De Chris me enamoró que es un hombre muy honesto, muy familiar, que adoraba a sus padres, sus hermanos y sus sobrinos. Creo que me encantó esa parte paternal. Pero sobre todo que es muy divertido. Y, porque no decirlo, que tiene un físico increíble”, reconoce una sonriente Elsa.

Llegó el éxito y Los Ángeles se les quedó grande. “Profesionalmente es muy interesante pero nosotros somos muy sociales y allí la vida es muy de puertas adentro, te pasas media vida metida en un coche. Queríamos que nuestros hijos crecieran sin presión, en el campo, en un paraíso”, explica la actriz. La pareja lo tiene claro, el humor les unió y les une y es el mismo con el que aceptan que haya gente empeñada en no saber interpretar sus bromas en las redes sociales y quieran encontrar en ellas signos de crisis: “Si la hubiera no bromearía con ello en las redes”. Elsa Pataky está tranquila, sabe que hay vida con Thor y más allá de él.