El desahucio del acuerdo nuclear con Irán y sus efectos
La decisión de Trump tiene múltiples ramificaciones y podría afectar a sus aliados europeos con inversiones en Irán
El presidente Donald Trump anunció que su país ya abandonó otro pacto suscrito por su predecesor, Barack Obama. Esta vez se trata del acuerdo nuclear con Irán, firmado el 2015, y que impedía al menos por una década el acceso de Irán a la elaboración de armas nucleares.
La decisión de Trump tiene múltiples ramificaciones. Lo más inmediato será la reanudación de las sanciones contra Teherán –que podría afectar a sus aliados europeos que tienen inversiones en Irán- y tensionar las relaciones con los demás países integrantes del acuerdo: Francia, Reino Unido, Alemania, Rusia y China.
Los líderes de Francia y Alemania, Emmanuel Macron y Angela Merkel, respectivamente, habían estado hace días en la Casa Blanca para, entre otras cosas, persuadir a Trump del serio error que sería retirarse del acuerdo nuclear con Irán. En juego esta la proliferación nuclear en una zona de alta volatilidad como el Medio Oriente.
El resto de los firmantes también ha expresado su oposición a la retirada de EE UU del pacto nuclear. El conservador canciller británico Boris Johnson ha reconocido que no hay un “Plan B” al respecto.
Por ahora, el presidente iraní Hassan Rouhani ha reaccionado con cautela, esperando que hacen los otros cinco firmantes del acuerdo. Pero Irán tiene presiones internas que no soportará si el acuerdo nuclear se desmorona por completo.
Algunos pueden pensar que Trump abandona el acuerdo para obtener ventajas en otros ámbitos, incluyendo el comercial.
El consejero de Seguridad de la Casa Blanca John Bolton -a quien conocí bien en mis años como embajador ante Naciones Unidas y cuyo lema “negociar desde posiciones de fuerza” siempre ha privilegiado la fuerza sobre la negociación- no me cabe duda que influyó poderosamente en Trump para desahuciar el acuerdo nuclear con Irán, que al presidente norteamericano nunca le gustó. El propósito de la Casa Blanca sería quebrar económica y políticamente a Irán.
Pero la pregunta obvia es: ¿cuáles serán los efectos de esta decisión para el diálogo entre Trump y Kim Jong-un para la desnuclearización de Corea del Norte? Si un acuerdo formal, largamente trabajado, apoyado por otros cinco países es cancelado, ¿qué incentivo tiene Pyongyang para llegar a un pacto con EE UU?
Si Trump está dispuesto a negociar con Kim, lo lógico sería salvaguardar el acuerdo con Irán, limitado a propósitos pacíficos asegurados con verificación internacional.
Y entretanto, Oliver North enjuiciado por el caso Irán-Contra bajo el cual el dinero de ventas secretas de armas a Irán se canalizaba a los contras en Nicaragua, acaba de ser electo presidente de la poderosa Asociación Nacional del Rifle de EE UU. Las ironías de la historia.
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