_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Machismo

Los legisladores tienen la obligación de cambiar los tipos delictivos para que no vuelvan a producirse sentencias como la de La Manada

Almudena Grandes
Concentración en Pamplona contra la sentencia de La Manada.
Concentración en Pamplona contra la sentencia de La Manada. Álvaro Barrientos (AP Photo)

Cuento hasta diez antes de teclear cada palabra. Me propongo desterrar la rabia y escribir sobre lo que conozco. Desde mi conocimiento de la lengua española, creo que el tribunal de Pamplona no ha apreciado intimidación en lo que no fue otra cosa que una violación múltiple, porque sus miembros pueden y porque no les ha dado la gana. Lean los hechos probados en la sentencia, consulten el diccionario y lo comprobarán fácilmente. La insostenible interpretación de los términos intimidación y consentimiento viciado —si es viciado, porque el tribunal reconoce que se obtuvo a la fuerza, gracias a la superioridad numérica de los agresores, ¿cómo puede ser consentimiento y no existir intimidación?— en la que se basa la calificación del delito, sólo se explica por motivos ideológicos. Los jueces de Pamplona nos dicen que una mujer tiene que defender su honra con sangre, que si no expone su vida, no puede esperar que la consideren una víctima y, lo peor de todo, que una violación en grupo, en el contexto de unas fiestas y con alcohol de por medio, es una legítima juerga de chavalotes que igual se han pasado un pelín, pero que sólo querían divertirse. Lo único que he echado de menos es el tristemente célebre atenuante del instinto del cazador, la insuperable necesidad de sexo que anula la voluntad del macho. Con esa única excepción, la sentencia de La Manada rezuma el viejo y eterno machismo de todos los tiempos. ¿Hace falta decirlo una vez más? Sólo sí significa sí. No es no, y todas las violaciones son el único y mismo delito. Yo creo a la víctima, pero interpelo a los legisladores. Son ellos quienes tienen la obligación de cambiar los tipos delictivos para que no vuelvan a producirse sentencias como ésta. Y tienen que hacerlo ya.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Sobre la firma

Almudena Grandes
Madrid 1960-2021. Escritora y columnista, publicó su primera novela en 1989. Desde entonces, mantuvo el contacto con los lectores a través de los libros y sus columnas de opinión. En 2018 recibió el Premio Nacional de Narrativa.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_