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Columna
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Acuerdos

Los políticos parecen de acuerdo en algo: no hay, para los venezolanos, una vida posible. En ninguna parte

Leila Guerriero
Mauricio Macri durante la Cumbre de las Americas celebrada en Lima el 14 de abril.
Mauricio Macri durante la Cumbre de las Americas celebrada en Lima el 14 de abril.Andrés Stapff (REUTERS)

En la reciente Cumbre de las Américas de Lima, Mauricio Macri, presidente argentino, dijo: "el caso de Venezuela demuestra hasta qué punto nos puede llevar un proceso de corrupción descontrolado". Nicolás Maduro, excluido del encuentro, respondió: "Les daré una lección a los peleles del imperialismo: Macri, Temer y Santos. Saldrán derrotados". El tema central de la cumbre fue Gobernabilidad democrática frente a la corrupción. Raro, si se piensa que muchos de quienes asistieron están rozados por la corrupción que cuestionan (lo que recuerda la comedia cínica de los senadores gringos interrogando a Mark Zuckerberg por haber facilitado datos de usuarios a una empresa que, a su vez, los usó para manipular votos en beneficio del partido de muchos de quienes, indignados, interpelaban al CEO de Facebook). Pero lo que importa es Luis Alberto. Fui al supermercado chino y encontré un empleado nuevo con una impericia tal para cortar el fiambre que temí que se amputara. Entendí pronto su inhabilidad: es técnico informático. Venezolano. En Caracas tenía un salario bueno (cinco dólares al mes), pero en su país no hay nada -ni comida, ni medicinas, ni dinero para comprar lo que no hay-, y se fue. Llegó a Buenos Aires en bus. Su esposa quedó allá. Luis Alberto vive en una pieza ínfima, tiene las manos destrozadas por la fiambrera y la lejía, la espalda hecha polvo por levantar cajas. En los túneles del metro, donde hay wifi gratis, se queda largo rato enviando currículums por ver si consigue una vida similar a la que tuvo. El viernes estaba contento: había reunido dinero para el pasaje de su mujer. El lunes los precios dieron un salto y se quedó de nuevo sin esposa. Lo bueno es que los políticos -los que fueron a la cumbre y los que no- parecen, esta vez, de acuerdo en algo: no hay, para los venezolanos, una vida posible. En ninguna parte.

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Sobre la firma

Leila Guerriero
Periodista argentina, su trabajo se publica en diversos medios de América Latina y Europa. Es autora de los libros: 'Los suicidas del fin del mundo', 'Frutos extraños', 'Una historia sencilla', 'Opus Gelber', 'Teoría de la gravedad' y 'La otra guerra', entre otros. Colabora en la Cadena SER. En EL PAÍS escribe columnas, crónicas y perfiles.

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