Si estamos completamente seguros de que es imposible recuperarlo, toca inhabilitar el teléfono. Para hacerlo, hay que llamar a la compañía móvil y solicitarlo. Es necesario tener una copia de la denuncia policial para poder llevar a cabo la petición. Una vez inhabilitado, no se podrá usar con ninguna tarjeta SIM en España. Además, la OCU recomienda cambiar las contraseñas de todos los servicios —correo, redes sociales y otras aplicaciones— y también de las tarjetas que tuviéramos en el móvil.
Si resulta que el móvil lo han robado y la persona que lo ha hecho gasta dinero a través de él, OCU recuerda que existe una ley que protege a las personas que se ven perjudicadas. Según la Ley de Servicios de Pago, el móvil almacena los datos de la tarjeta de crédito o de débito o dispone de aplicaciones para el pago: el usuario solo es responsable de los cargos que le hayan hecho por uso fraudulento hasta un límite de 150 euros. La cifra que se reducirá a 50 euros cuando se apruebe la nueva ley del mercado de servicios de pago, aún en tramitación, para que los consumidores puedan beneficiarse de esta mejora.
En caso de que el banco no quiera hacerse cargo de las cantidades defraudadas, la OCU aconseja reclamar ante el servicio de atención al cliente del banco. Por último, recuerda, algunas entidades financieras ofrecen seguros asociados a las tarjetas con cobertura por uso fraudulento.