Hace medio siglo, el estadounidense Joel Meyerowitz, leyenda viva de la fotografía, retrató el día a día de los pueblos y gentes de Málaga. Convivió durante seis meses con gitanos y flamencos, quedó hechizado por el alma andaluza e inmortalizó las estampas de un país bajo la dictadura. Escenas que muchos aún guardan en la memoria.