No somos iguales
La mañana de este lunes no fue como cualquier otra. Recibí un correo que consiguió sorprenderme e indignarme a partes iguales. El mensaje detalla una convocatoria de prácticas para estudiantes universitarios en la Misión Permanente de España ante las Naciones Unidas. Sin duda, un puesto al que muchos quisieran aspirar. El problema es que las prácticas, nueve meses en Nueva York, sean no remuneradas. Resulta ridículo pensar que el Ministerio de Asuntos Exteriores pueda creer que un alumno medio puede costearse una estadía como esta. Es impensable para quienes, aun con excelentes expedientes, estudian gracias a una beca. Me pregunto cuántos funcionarios de las altas instituciones del Estado tuvieron padres que pasaron alguna mañana en la cola del paro.— Iván Zalinkevicius. Alicante.
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