En la piel de María Luisa
María Luisa M. B., una anciana de 83 años, ha estado a punto de enfrentarse a una petición de seis años de prisión por haber matado a su hijo de 64 años que sufría una minusvalía mental, falta de movilidad y era ciego, sordo y mudo. Siento vergüenza de pertenecer a esta sociedad; no estoy a favor de que se mate a las personas, tengan o no problemas, pero yo, madre, me pongo en la posición de ella, imposible, es para vivirla, pensar qué le pasará a mi hijo cuando yo muera, y creo que no haría lo mismo, pero puedo entenderla. ¿Dónde ha estado hasta ahora el Ministerio Fiscal para actuar de oficio ante la dejadez de nuestras instituciones?, ¿quién está incumpliendo la Ley de Dependencia?, ¿a qué condena penal habría que castigarles? María Luisa merece descanso el tiempo que le quede de vida. Bastante tendrá con castigarse a sí misma por haber tenido un hijo con tantos problemas, con una calidad de vida que no quisiéramos para nadie —menos para un hijo—, el no haber sido capaz de acompañarle en ese trance y su angustia por dejar a sus otros hijos esa vida que ha llevado ella hasta ahora.— María del Carmen Velasco García.
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