_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Elósegui y las vergüenzas del PP

El Gobierno concibe los cargos como canonjías para premiar a los suyos

María Elósegui, jueza del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en la Facultad de Derecho de Zaragoza.Vídeo: Andrea Comas (EL PAÍS). EFE
Teodoro León Gross

El nombramiento español para el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha generado ruido, y eso siempre atrae los focos mediáticos. Casi todos han apuntado a la elegida, María Elósegui: sus ideas homófobas, con fundamentos integristas, aportan combustible atractivo para la polémica. Y tanto más al desvelarse que mintió en su currículum; como ya sucedió en 2002 con otra candidata del PP, Margarita Retuerto. Pero el peligro, en estos casos, es que las ramas no dejen ver el bosque. Máriam Martínez-Bascuñán ya apuntó ahí; y, de hecho, las cosas van más allá.

Más información
Elósegui: El nivel de defensa de los derechos humanos en Europa es un lujo
Editorial | Candidata inadecuada
La jueza Elósegui: el género en disputa

El Gobierno presentó una terna que delata la predisposición patológica a usar estos cargos para sus favores políticos. Pero los planes fallaron por diversos factores, alguno relevante aunque inadvertido, como el escándalo Agramunt. Conviene hacer memoria para el contexto: Pedro Agramunt, senador del PP, presidía por turno la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa —altísimo rango internacional— y fue cazado en un viaje a Siria para reunirse con Al Assad invitado por Rusia. Ya tenía un oscuro background de valedor de Azerbaiyán. La Asamblea exigió su dimisión, pero se atrincheró, de modo que le vaciaron el cargo, un gesto humillante sin precedentes. El PP no reaccionó ni por esas. Esto, como se verá, tendrá importancia.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

La mecánica de la elección de juez del TEDH, alejada de la meritocracia en el caso español como ayer analizaba el profesor Sarmiento, se presta a estos enredos políticos. Esta vez se ha superado todo. La terna del tribunal presidido por el Secretario de Estado de Exteriores era precisamente el director de la Asesoría Jurídica de Exteriores, Martín Pérez de Nanclares; el ex presidente del Tribunal Constitucional Pérez de los Cobos, que militó en el PP; y Elósegui, una catedrática del gusto del sector Opus. Pérez de los Cobos era poco viable por los idiomas, aunque el Gobierno no quiso vetarlo: ya se estrellaría allí, imponiéndose Nanclares. En Estrasburgo, el comité del Consejo evaluador de los candidatos antes de pronunciarse la Asamblea en efecto dio 7 votos a Nanclares, 3 a Elósegui y 0 a De los Cobos. Pero aún faltaba el efecto Agramunt. Allí se la tenían guardada al Gobierno español por su bochornoso amparo al senador valenciano. Así que, según entendieron que Nanclares era el candidato del Gobierno, aun presentando el perfil más competente, tenían un aliciente para votar a Elósegui, con su currículum además falseado para ganarse apoyos sin escrúpulos. La izquierda se sumó o picó, una de dos. El final ya se sabe.

Este caso retrata la cultura política española —ahora el PSOE presiona para revocarla, pero enfrente se burlan al grito de ¡disfruten de lo votado!— y muy particularmente del Gobierno del PP y sus groseros abusos institucionales. Concebir los cargos como canonjías para premiar a los suyos trae a la memoria a Soria y el Banco Mundial. El prestigio del país es algo que ni se valora; y a la vista queda el valor que dan al Consejo de Europa o al Tribunal de Derechos Humanos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Teodoro León Gross
Málaga, 1966. Columnista en El País desde 2017, también Joly, antes El Mundo y Vocento; comentarista en Cadena SER; director de Mesa de Análisis en Canal Sur. Profesor Titular de Comunicación (UMA), licenciado en Filología, doctor en Periodismo. Libros como El artículo de opinión o El periodismo débil... Investigador en el sistema de medios.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_