Cataluña, Cataluña
Si el Parlamento, cualquier Parlamento, es la representación de todos los ciudadanos, su presidente, con más motivo. Por tanto, en el ejercicio de su cargo institucional el presidente de un Parlamento no puede ser parcial; esto es, ponerse explícitamente al lado de una parte de los ciudadanos. Menos aún llevar símbolos. Pues eso es lo que hace el presidente del Parlament de Cataluña, portando un lazo amarillo en su solapa cuando preside dicha institución.— Jorge Arroyo. Sant Cugat del Vallès (Barcelona).
La sinrazón de los independentistas catalanes parece carecer de límites. Su última ocurrencia es una doble presidencia: una simbólica y otra efectiva. Puesto que Puigdemont no puede ejercer la presidencia de la Generalitat de forma efectiva, que la ejerza simbólicamente. Vamos, todo un despropósito.— José Antonio Pozo Maqueda.
¡Cataluña!, ¡Cataluña!, ¡Cataluña!, pero... ¿“qué hay de lo mío”?— Luis García Baeta.
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