
9 cosas sobre el postparto que nadie me contó y me hubiese gustado saber
Duelen y desconciertan, como cuando los órganos se recolocan (sí, eso sucede)

Vamos, nada que ninguna primeriza no haya hecho. Mi niño llegó tal y como la literatura explicaba que un parto vaginal normal debía ser: una experiencia fabulosa. Hasta ahí todo de sueño y una suerte impresionante, ¿no? La caída en picado que me sobrevino a las 48 horas de tener a mi bebé en brazos fue tan brutal que tardé un año en recuperarme por completo. Tanto libro y tanta historia y se me olvidó prepararme para una de las partes más importantes de una recién estrenada maternidad: el puerperio.
El puerperio o postparto es una etapa de la salud femenina muy silenciada cuya visibilización es de importancia capital. La idealización de la maternidad y la presión sobre nuestra recuperación gracias a una narrativa social que presenta a la supermujer perfectamente en forma, divina, reincorporada al trabajo, con un tipo estupendo y un bebé delicioso poco tiene que ver con la realidad. En el lado bueno de las cosas he de decir que, por suerte, se sale del túnel. Tanto es así que no solo conseguí salir del túnel sino que se me olvidó todo lo malo, lo suficiente como para volver a repetir.
Acabo de volver a convertirme en mamá y esta vez, aunque iba muchísimo más preparada para los oscuros días postparturientes, nuevos síntomas y desconciertos me han acompañado. Por ello he hecho una compilación de todas aquellas cosas que me han sucedido durante el postparto que no vi llegar y me pillaron de lo más desprevenida.

Las primeras dos semanas no hubo cojines mulliditos ni flotadores suficientes en los que sentarme. "Para copar con el dolor de un desgarro o episiotomía se recomienda tomar ibuprofeno y para desinflamar es conveniente recurrir a la aplicación de un gel local o agua de Burow", explica la doctora M. Veciana, especialista en ginecología y obstetricia, quien también aconseja la aplicación de "una crema con centella asiática para ayudar a cicatrizar la herida".
Personalmente volví a sentirme normal de nuevo al año de dar a luz a mi primer hijo, aunque hay mujeres que lo consiguen mucho antes y otras que necesitan más tiempo. Y al parecer no soy la única a la que le llevó un año recuperarse. Según un estudio realizado por la doctora Julie Wray de la Univerisdad de Salford, en Reino Unido, en el que entrevistó a mujeres de dos a tres semanas, tres meses y seis a siete meses de postparto, las seis semanas estipuladas para la recuperación postnatal "son una total fantasía". Es más, en base a los datos recogidos, Wray marcó como tiempo de recuperación total exactamente 12 meses.

María Fe Estébanez matrona en el Centro de Educación Materna Llevadonas cuenta que lo que me ha sucedido es de lo más normal. Se trata de los famosos entuertos que no son más que contracciones uterinas "necesarias para la involución del útero y recuperación del parto. Durante el postparto del primer hijo podemos percibir estos entuertos sin apenas notar molestia. En cambio, son más perceptibles y dolorosos a medida que se tienen más hijos". La matrona también confirma otro de los goles que se ha marcado la naturaleza en mi segunda experiencia puerperal "cuando estamos dando el pecho, los entuertos son más dolorosos porque la contractilidad es mayor". ¡Y vamos si lo son! En cualquier caso los entuertos son algo "totalmente normal e inevitable ya que forman parte del proceso del parto. Para aliviar estos síntomas se puede tomar algún fármaco analgésico", añade Estébanez.
No es lo único que se recoloca: "todos los intestinos han de recolocarse también", advierte la doctora Veciana, y aunque ésta recolocación "es un proceso que ha de seguir su curso natural y que en principio no se nota", un clásico efecto secundario es el estreñimiento, que llega en un momento muy poco oportuno: debido a la labor de pujas que se realiza en el parto, "se pueden aparecer hemorriodes o agravarse; también se pueden producir lesiones en el perineo que requieren puntos de sutura", cuenta Marta Andreu Roig, fisioterapeuta especializada en uroginecología y obstetricia en Llevadonas.
Para prevenir y mejorar los síntomas del estreñimiento durante el puerperio es recomendable seguir "una dieta alta en fibra (30g al día) y una mayor ingesta de líquidos", tal y como se indica en una revisión científica publicada por Cochrane. También puede ayudar tomar bebidas calientes al despertarse por la mañana.

"Es una buena idea prepararse para este momento e informarse. Una buena manera puede ser a través de los cursos de preparación al parto o los talleres de lactancia", explica María Fe Estébanez. La especialista resalta algo que he comprobado en primera persona y es que la lactancia materna puede ser maravillosa pero en sus inicios "hay que tener paciencia y perseverancia, y un gran apoyo familiar y profesional".
En la web de la Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia, de UNICEF, hay un sinfín de recursos y un directorio de grupos de apoyo de todo el territorio nacional, un recurso fabuloso especialmente para primerizas.

"Se considera normal que la mujer, tras dar a luz experimente una serie de cambios a nivel físico, hormonal y psicológico llamado maternity blues. No es un trastorno, sino un proceso que se ha de transitar y que si se cuenta con los recursos, apoyos y compañía apropiados quedará atrás en pocos días", relata Jazmín Mirelman, psicóloga perinatal en el Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal.
La principal diferencia entre la tristeza postparto y la depresión postparto "tiene que ver con su persistencia a lo largo del tiempo", continua Mirelman. En el caso de la tristeza, la sufrimos entre un 50% y un 60% de las mujeres y la depresión entre un 10% y un 20%. Mirelman matiza que en ambos casos es algo infradiagnosticado y, especialmente en el caso de la depresión postparto, "existe aún un porcentaje incierto de mujeres que transitan su maternidad con esta dificultad sin ningún tipo de atención psicológica ni psiquiátrica". ¿Por qué es importante empezar a salir del armario de la tristeza? "Hablar de la tristeza durante la etapa que rodea el nacimiento es una necesidad urgente en el actual contexto social. Tiene que ver con la soledad de las mujeres y las familias, y los obstáculos que se presentan a la hora de tener con quién contar para poner palabras a sus incertidumbres como medio de prevención antes de que aparezcan los síntomas", concluye la especialista.
Para mi segundo bebé avisé a todo mi entorno de que me podía volver a pasar, me preparé un pack de bienvenida a mí misma (ropa nueva cómoda, un pijama bonito, algún que otro cosmético…) y aunque le volví a ver las orejas al lobo el efecto liberador de haber hablado del tema sin tapujos, normalizar algo tan común, me ayudó a vencer a los nubarrones negros muchísimo mejor.

"Un embarazo es un sobreesfuerzo para toda la musculatura del suelo pélvico. Si además pensamos en todo lo que sucede durante la labor de parto no nos tendría que extrañar que podamos padecer incontinencia urinaria, ya que son músculos que van a recibir una gran presión de la cabeza del bebé y sufrirán un sobreestiramiento importante del tejido", cuenta Marta Andreu Roig.
Para las que hemos sufrido incontinencia (casi un 8% de mamás a los dos meses de dar a luz), lo ideal es que pasada la cuarentena acudamos a un fisioterapeuta especialista en suelo pélvico para que lo valore "junto con la zona abdominal, los diafragmas y la postura, para poder ayudar a solucionar cualquier otro problema que pudiera aparecer", dice Andreu y añade que "realizar ejercicios de suelo pélvico puede ayudar a reforzarlo y permite mejorar la situación". Sin embargo ejercitar el suelo pélvico por sí solo no siempre soluciona el problema. Hay que tener presentes otros aspectos, incluida la posibilidad de que estos no se realicen correctamente sin una orientación adecuada.

A los pocos días de dar a luz el brillo desapareció de la noche a la mañana y empecé a embozar el desagüe de la bañera cada vez que me duchaba. De hecho, ahora se me cae tanto el pelo que encuentro evidencias capilares en la ropita de mis bebés, en la sopa y en forma de bolas de pelo dentro de la lavadora.
Para mejorar esta situación poco se puede hacer, digamos que hay que pasarlo: "Actualmente hay poca evidencia que respalde algún tratamiento específico para trastornos endocrinos del cabello en mujeres postparto y posmenopáusicas", explica un estudio realizado por el departamento de dermatología de la Universidad de Liège, Bélgica. Por suerte es algo que se soluciona por sí solo a los tres meses del postparto o coincidiendo con el destete.

La especialista insiste en que aunque se trate de algo muy común "no lo deberíamos de considerar normal, hay que ponerle remedio —visitando a un especialista— ya que mantener relaciones dolorosas lo único que favorecerá es que no queden ganas de mantenerlas y que puedan aparecer otros problemas".

"El sangrado postparto se conoce como loquios y suele durar unos 20 días aproximadamente. Los loquios van disminuyendo progresivamente a medida que pasan los días. Al principio es un sangrado abundante y, finalmente, se parece más al final de una regla", relata María Fe Estébanez.
Para esos primeros días ármese de un buen arsenal de compresas grandes y braguitas viejas o de poca calidad que no le importe tirar a la basura. Sobretodo no cometa el mismo error de novata que yo: en casa me esperaban únicamente pequeños protege slips y compresas light que yo juraría que las escuché reírse de mí cuando en cuanto me vieron entrar al baño.
