La Casa Encendida acoge las III Jornadas sobre gentrificación

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Hace algo más de dos años, se realizaban en La Casa Encendida de Madrid las I Jornadas sobre gentrificación. Había un atrevimiento claro con uno de los "nuevos tótems mediáticos". La intervención de un grupo anarquista en una tienda especializada en boles de cereales en Londres, en respuesta a los procesos de gentrificación que se estaban produciendo en la ciudad, despertó el interés general. Hoy, el término se ha ido asentando en nuestro imaginario, convirtiéndose en una de las dinámicas urbanas estrellas del siglo XXI.

Supongo que conviene definir qué es eso de la gentrificación. Más o menos, vienen a ser los procesos urbanos que hacen que la población local de una serie de barrios –habitualmente céntricos y con señas de identidad propias, habitualmente habitados por clases populares–, sea desplazada y sustituida por población de mayor nivel adquisitivo. Zonas centrales de la ciudad, población popular, el atractivo del barrio se convierte en objetivo del nuevo maná de nuestras ciudades. La metrópoli de los servicios, del turismo. España ya es el segundo país del mundo receptor de turistas, encadenando récord tras récord. Madrid se ha convertido, en los últimos años, en uno de los principales destinos turísticos.

Veamos el proceso, aclarando primero que cada caso es diferente, cada caso responde a dinámicas distintas y, sin embargo, lo que sí parece recurrente es el resultado. Repetimos, barrio céntrico, con interés turístico-cultural, habitado por clases populares, migrantes. Arterias comerciales, equipamientos culturales, planes de regeneración urbana, lucha contra la inseguridad ciudadana. Viviendas baratas, tejido comercial local y por ende en franco declive. La semilla ya está sembrada. El resultado: la fisonomía del barrio va cambiando, el precio de la vivienda sube de forma notable, el entramado comercial tradicional es sustituido por franquicias y locales de diseño. La población local abandona el barrio, desplazándose a zonas periféricas. Y mientras, paradójicamente, el barrio se convierte en un parque temático. Lo que le hacía atractivo, su autenticidad, su historia cotidiana, su tradición, su entramado comercial se va diluyendo entre bares de diseño, franquicias y turistas.

Este mes de enero, los días 30 y 31, se celebran en La Casa Encendida las III Jornadas sobre gentrificación, el espacio de reflexión, de debate, de encuentro para conocer las dinámicas que están afectando a nuestros barrios. Con un formato que aúna el debate (30 de enero) y el recorrido por un barrio (31 de enero).

En anteriores ediciones se recorrió los barrios de Malasaña y de Lavapiés. Se comprobó de primera mano los cambios y las realidades de estas dos zonas de la ciudad. En anteriores ediciones se descubrió qué es la gentrificación y las luchas que desde diversos colectivos sociales se llevan a cabo para oponerse a las transformaciones que se producen en nuestros barrios y ciudades. Porque no se puede olvidar que, en definitiva, la gentrificación contribuye (o es otra cara de la misma moneda) a una ciudad más injusta, más desigual y más insolidaria.

Nuevos conceptos, nuevas realidades.

[Vamos a llamarle Fernando, vive desde hace diez años en Lavapiés en una vivienda de dos habitaciones. Hasta el año pasado pagaba 600 euros de alquiler. Entonces, el casero le sube el alquiler hasta los 900 euros. Se plantea abandonar el barrio].

Esta, es una realidad recurrente en los barrios gentrificados. Mientras, conocemos que entre 2013 y 2016 el precio de alquiler aumentó en nuestro país un 30%, que en 2017 lo hizo un 10,2%, con Catalunya y Madrid a la cabeza con un 17% y un 12,1%, respectivamente. Barrios madrileños como Lavapiés, Chueca, Malasaña, las Letras, Opera, La Latina… Curiosa la coincidencia con barrios gentrificados. Y los desahucios por impago de alquiler ya son el 60% del total. ¿Alguna propuesta? La Plataforma de Afectados por la Hipoteca acaba de presentar su propuesta de Ley de Vivienda en la que, entre otras medidas, plantea regular el precio del alquiler mediante un índice de referencia local que marca el precio de los pisos en alquiler, tal como ya hace Berlín.

[María regentaba una mercería en el barrio de Malasaña, sí, regentaba. Hoy ha sido sustituida por un local comercial franquiciado].

Esta es otra realidad recurrente en los barrios gentrificados. En las jornadas se debatirá sobre la transformación de los mercados tradicionales de Madrid, como actor imprescindible en el entramado comercial de nuestros barrios.

[Madrid posee ya más de 10.000 plazas en pisos turísticos, cerca del 90% ilegales. Los datos cambian cada día].

La apuesta por la economía de los servicios, en especial por el turismo, y nada más, tiene estas cosas. Todas las personas recordarán la respuesta ciudadana a la masificación turística que invadió los medios de comunicación este pasado verano. Aprovechando que el Pisuerga pasaba por Valladolid, se acuñaba un nuevo término: la turismofobia. Cual serpiente de verano quedó en nada, lo que sí pervive es la necesidad de repensar el modelo turístico de nuestro país. "Todo el poder para el turista", la masificación, la apuesta por los alojamientos turísticos por grupos inmobiliarios, sirve de motor para los procesos de gentrificación; es la gentrificación 2.0. El desembarco de los pisos turísticos hace que la oferta de vivienda decrezca y que los precios suban. No se puede olvidar que la inversión en alquiler turístico es una de las más rentables del mercado inmobiliario.

[Un estudio en Barcelona hablaba de alquileres sobre los 750 €/mes, y de 1670 €/mes de beneficio si se pone en alquiler turístico].

[En el barrio del Poblenou en Barcelona, los vecinos y vecinas que viven a menos de 100 metros del parque del Poblenou han cambiado. Nuevos vecinos con ingresos superiores en un 20,5% a los anteriores, los vecinos con, al menos, una licenciatura aumentaron un 689% y la presencia de extranjeros de países del norte un 3791%].

Los procesos que mejoran la ciudad, en este caso mejoras en el entorno, no benefician a todos por igual. Una vez más los precios de la vivienda suben y los vecinos existentes no pueden pagarlos. Es la gentrificación verde. ¿Alguna solución? Mejorar la calidad ambiental de los barrios pero acompañando de medidas que controlen la especulación inmobiliaria en la zona, promuevan las promociones de vivienda social y limiten las licencias de alquiler de corto plazo.

[En Vallecas, habían proliferado los narco-pisos y okupas de toda clase. Los propietarios de los pisos, que son grupos que poseen muchos en toda la ciudad, denunciaban el allanamiento según el barrio donde estuviera, allí no. Los vecinos denunciaron que lo que se pretende es degradar la zona y comprar a bajo precio un ala de la Avenida de la Albufera para gentrificarla]. Es la narco gentrificación.

Óscar Beade es vecino del barrio madrileño de Usera, arquitecto y profesor de la Escuela Superior de Diseño de Madrid. Desde hace años viene documentando los cambios que se están produciendo en su barrio. Según Airbnb nos encontramos ante el nuevo barrio de moda –el número 10 entre los 17 top del mundo–. Sus reservas han crecido un 228% entre 2015 y 2016. El encontrarse fuera de la almendra central hace que los precios sean más baratos, su buena comunicación y cercanía al centro, la proximidad de Madrid-Río y del Matadero y el nuevo centro comercial Plaza Río 2, hacen de Usera un barrio de interés. Con su especial característica de ser el barrio chino de la ciudad. ¿Nos encontramos ante el próximo barrio a gentrificar? Estas jornadas contarán con la presencia de Óscar, que introducirá a los asistentes en el barrio de Usera, conociendo los cambios producidos y las perspectivas de futuro.

Mucho de lo que hablar, mucho de lo que debatir. Será en La Casa Encendida, los 30 y 31 de enero, durante las III Jornadas sobre gentrificación.